Escribo estas notas sin dejar de reconocer, como dice la canción, que buscando en el baúl de los recuerdos, cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Sin embargo retrotrayéndome, como dice la biblia, en aquellos tiempos, el Falcondo de los años 70’s, a pesar que se llevaba la riqueza que paría el suelo de Bonao y del país, hizo gala de un alma social de alto sentimiento humanitario y responsabilidad social.
Contó con una estructura de recursos humanos de alta estirpe de humanistas que crearon programas para sembrar solidaridad en su entorno o vecindad, grandes planes para siempre beneficiar a lo que ella llamó la familia Falcombrige. Las relaciones laborales eran cuidadas, veneradas y, cada día más dinámicas con grandes planes para su personal. Para decirle algo, según recuerdo los primeros gerentes, por ejemplo, Bill Dale, primer ocupante de la casa llamada de la Catalina # 21, manejaba e impulsaba toda una conexión empática para brindarle a su gente amplio sentido de pertenencia, sin igual. Esa casa llegó servir de receptora de tours para el pueblo y la llamada urbanización de los gringos, ya que además de ser un emblema, hasta cierto punto inspiraba recogimiento al verla o penetrarla. Llegó a ser un símbolo en cuanto a su decoración y exhibición de luces navideñas, y eso generaba una cascada que envolvía festivamente a toda la urbanización y, sobretodo, un referente para el remanso de paz que representaba esa conexión social. -así como oyen las cosas-
Y así, siguiendo el repaso, recuerdo a Míster King, quien caminó palmo a palmo con el tejido social del entorno, desarrollando planes de lo que se llama responsabilidad social. – O sea, planes de involucramiento al entorno a su política de contacto cara a cara y proyectos comunitarios-. Así mismo, cabe recordar a un John Cleyland,-un canadiense aplatana´ o-, quien sorprendía casi mensualmente con un anuncio de un plan de beneficio para su personal. Hombre de grata recordación. Pero más adelante, como parte de la magia humana, cabe recordar la gestión administrativa del sin igual George Tejada, el hombre duro de rostro humano y de estirpe bohémico silente. Este personaje, de origen dominicano, gozaba cuando anunciaba, que era frecuente, algún beneficio o algún un plan, incluso. Gozaba grandemente con los intercambios de pescas, softball, dominó, etc, era siempre una máquina de crear satisfacción laboral.
Y un Alberto Cabral, con su roncota, sus seis pies y pico. Wao, ¡que corazón humano administrando soluciones. Y qué decir, Orestes Trifilio, que aun siendo de la línea de proceso, dejaba siempre ver su rostro humano. Por igual, Brenes y Héctor Ulloa, dos gerentes secos, pero siempre abierto a la línea de dejar fluir las buenas relaciones laborales. El propio Juan Ceballos, con su cara de buldog, siempre dejaba en pie una solución y gozaba siempre los encuentros deportivos interdepartamentales a modo de un rio que no se le ven sus aguas, pero, que sus correntias corre por el debajo, como dicen. Y cuidado si se me queda, la dama de hierro maleable, a ella sería que el poeta le escribió que quebrantaría su corazón como el minero la roca. ¡Qué alma tan sublime tenía nuestra Rosa María Mañón. ¡Cuánta rectitud para en el fondo ser una ángel. Mi eterno recuerdo mi amiga y amiga de todos los obreros y su querida y amada Falcombrige. ¡Que pendón de lágrimas me da recordarle ya ida.
¡Y así en cascada, doña Arelis Rodríguez, la madre de los proyectos de Falcondo al campo y a la comunidad. ¡Que misión humana desempeñó! Todo era, si la comunidad tiene un problema, diríjase a la Fundación Falcombrige. Escuelas, profesores, talleres formativos, planes de incentivos a los estudiantes y a la educación. Ni seguir, hablando, prefiero dejarlo en un amplio sentido de pertenencia y solidaridad con los radios de acción de la empresa. ¡No más palabras, del dicho al hecho, Doña Arelis habrá de quedar eternamente en devenir histórico de Falcondo!. Ella y Rosa, para mí, dos emblemas del bien y la protección de su gente. Doña Rosa, gustaba ser la madrina de los juegos familia Falcombrige, se lo vivía.
Hoy hablo como testigo de excepción de una frase, creada por el suscrito por ser el poeta y escribano de la Falcombrige, esa generación sirvió de inspiración a la frase lapidaria de uso constante para denotar el alma humana de la aquella Falcombrige, que decía, ¨No solo níquel hay después del cable¨ Existen grandes corazones y gente que se aman¨. Esta frase -repito- la creamos para un encuentro llamado armonía laboral, queriendo decir, que después del cable, existía una llama viva de humanismo, gente laboriosa y grandes corazones que palpitaban a tono de amor y paz laboral.
Desde que entré a la Falcombrige, sentí un gran sentido de pertenencia que decidí asumir el papel de eslabón entre la gerencia y Sutrafado. Modestia y aparte, yo que entré a la empresa en los años 80’s, sería exactamente en 1989, y les cuento que cuando entré mi vecindario de casualidad no cerró la calle por la satisfacción que recibió de felicidad y celebración. Y juro que no entendía la gran algarabía manifestada, cuando ya a la semana me sentía asumido y abrazado por un cálido recibimiento que me elevó el más alto sentimiento de empatía y magia humana que se daba a través del alto compromiso de su gerencia y elevada camaradería existente en las relaciones humanas, planes sociales y involucramientos de sus recursos en el más y alto elevado amparo, de lo aquella gerencia que se atrevió a crear un programa amplio y diverso en aras de unir toda la familia de gerencia y trabajadores, en un plan activo de intercambio social, cultural, deportivo y familiar.
En este programa, entre otros eslabones, se crearon los juegos interinstitucionales, precisamente, llamado " Las Olimpiadas de Falcombrige " , ahí se desarrollaban unos intercambios entre todos sus grupos satélites, que eran; los dos clubes, Falcondo-de la gerencia-, de los trabajadores-su nombre lo indica-, el Centro Educacional, CEB, SEINSA, la Fundación Falcondo, todos los turnos, asimismo, se desarrollaban unos torneos de los llamados turnos, A, B, C, D y los diurnos. Es decir, la concentración del Falcondo de aquellos tiempos era, alma, trabajo, corazón y familia.
Un gran concordato, y lo acuño, robándole la frase a un político, era, primero la gente. Yo recuerdo, que cuando presentamos, en mi calidad de abogado de relaciones laborales, siempre respetando por orden y lineamiento de la gerencia, la dignidad y el derecho de Sutrafado, por consenso de la directiva y la gerencia, se desarrolló el torneo armonía laboral. ¡Que impresionante! Se izaron todas las banderas en el centro del play del club de los trabajadores, y oigan esto, intercambios de softball, con equipo conformado por la Gerencia, otros conformados por los dirigentes de Sutrafado, y más, equipos de Dominó, jugando de frente el presidente y gerente general, en su tiempo en inmortal Sergio Chávez y también, en su tiempo Ernest Mach, extraordinarios humanistas ambos. Yo recuerdo, que cuando a Falcombrige le azotó la crisis de precios del níquel, 2006-2008, que hubo que prescindir de más de 900 trabajadores, yo le sintetizo dos grandes episodios, el primero, Ernest, al anunciarlo, prorrumpió en llantos-lo ahogó la emoción y la tristeza. Un segundo fue, que le dio luz verde a Recursos Humanos, bajo una propuesta de Sutratrado-no se hizo ni un piquete para manejar ese sombrío momento-, repito, ese segundo fue que se creó el plan de protección de los enfermos de etiología ocupacionales, dirigido y sustentando por el otro ángel de la guarda de los enfermos de Falcondo, el Dr. Rafael González y Zabala, mi persona y José Estévez-en fin, todo el departamento de recursos humanos casi de luto y envolvió la crisis en un poquito de trato humano a los cesanteados y los enfermos que se iban. Y aquí, se puso a esa jornada, varias toneladas de almas y amor para esa crisis. Y esto es lo que hoy quiero, por lo menos esta nueva gerencia de Ioannis Mustaffa, y se hurgue en esa cultura y que esa gerencia se quede en su corazón con por lo menos una onza para la nueva Falcombrige.
Y finalmente, y no es detractando, esta nueva gerencia, según la percepción, porque nadie ve nada de los viejos tiempos,-conexión con el pueblo-, dicen, según se escucha, que ahora todo tiene apariencia de mundo frío, solo orientado a explotar la mina, obtener sus ganancias y sin ningún balance social, ni para su personal, pero mucho menos para su entorno. ¡Wao, qué liderazgo que necesita comprar aunque sea, una onza de alma social, siento que este pueblo, así con el nuevo estilo de desconexión, a pesar que a decir del ingeniero Frank Sang, que la producción minera representa más del 95% de la actividad comercial de la provincia, y de Bonao ni se diga, sigo creyendo que a esta nueva Falcombrige, le hace falta-repito-, una onza de alma, corazón y conexión empática con su entorno que le ha abierto sus mejores riquezas mineras y los corazones nobles de sus gentes. Nunca tienen fondos para hacer nada por el tejido social de Bonao, pocas cosas, por no decir, nada, hacen por elevar el espíritu de pertenencia por sus trabajadores. Si así siguen las cosas, y no despiertan y rompen la zona de confort, sería difícil que aunque produzca riqueza poca solidaridad podría recibir de su pueblo en caso de un llamado de formar fila en futuros proyectos.