Durante el gobierno de Balaguer, la (UASD) transitó por un profundo proceso de transformación que se denominó Movimiento Renovador Universitario (MRU). Este se estructuró en períodos y etapas internas que responden al sentido y la amplitud de los cambios producidos en la institución. Según uno de sus protagonistas, Jacobo Moquete de la Rosa, el movimiento puede estructurarse de la siguiente forma:

  • Período de Gestación (1965).
  • Período de las Reformas Básicas (1965-1970).
  • Período de “Afianzamiento”, “Lucha y Pervivencia”, “Auge y Universidad Crítica” (1970-1976) (Moquete de la Rosa 14).

Movimiento Renovador Universitario (MRU) fue el proceso que transformó a la (UASD) dando la oportunidad de participar a todos los sectores de la vida universitaria, incluyendo a los estudiantes entre sus actores fundamentales. En el sentido más profundo, el MRU definió la proyección académica de la institución, composición del claustro y su carácter popular, enmarcados en el contexto político de la Revolución de Abril, el mandato transitorio de Héctor García Godoy y el gobierno de Joaquín Balaguer. A decir de Jacobo Moquete de la Rosa, el MRU también tuvo una connotación política pues se convirtió:

…en el movimiento nacional que concentró la mayor cantidad y la más alta calidad de fuerzas revolucionarias procedentes de la recién pasada contienda armada, en los momentos críticos en que, paradójicamente, los sectores y clases más conservadores de la nación recomponían su unidad, camino a uno de los regímenes políticos de más triste recordación: los Doce Años de Balaguer (Moquete de la Rosa, 80).

La gestación del MRU estuvo estrechamente relacionada con el proceso de democratización de la sociedad dominicana, que encontró en la gesta de abril el punto cimero de los reclamos populares para el retorno a la legalidad perdida dos años antes con el golpe de Estado a Bosch. Así, en pleno fragor de la lucha revolucionaria se discutieron los proyectos para la nueva etapa que se aspiraba a construir, entre los que estaban el proyecto educativo nacional como uno de sus pilares fundamentales. En estos trabajos participaron varios representantes de la comunidad educativa nacional, incluyendo estudiantes universitarios que se habían sumado a la resistencia armada, como Amín Abel Hasbún y Carlos Dore Cabral.

La necesidad de la reforma estuvo sustentada en que, a pesar de los cambios realizados luego de la caída de Trujillo, las estructuras académicas y administrativas de la institución se mantuvieron bajo el control de los grupos conservadores. Condiciones que incluso explican la inacción de la universidad ante el golpe de Estado a Juan Bosch y la intervención norteamericana de 1965.

En el período que Moquete de la Rosa ha calificado como Gestación, entre julio y septiembre de 1965, se establecieron las líneas fundamentales y se movilizaron las fuerzas para la planificación y ejecución del proceso asambleario en la universidad.

Los testimonios ofrecidos por varios protagonistas de estos hechos, como el propio de La Rosa, Rafael Kasse-Acta y Tirso Mejía-Ricart, convergen en ubicar a la Revolución de Abril como el período histórico donde nacieron las ideas de renovación universitaria, cuyos propósitos incluso se discutieron con el líder revolucionario Francisco Alberto Caamaño Deñó. Al cerrarse este período de la historia nacional, tras la firma del Acta de Reconciliación Dominicana, el 3 de septiembre de 1965, se echaron a andar los planes para iniciar la reforma en la (UASD), siguiendo las líneas trazadas durante la breve contienda armada. En palabras de Aybar Nicolás y Mejía Constanzo:

El Movimiento Renovador se sustenta en postulados encaminados a la transformación de nuestra universidad dentro del marco histórico que nos ofrece la Revolución de Abril de 1965, con el encendido matiz nacionalista qué le dio su máximo líder, Coronel Caamaño y, para satisfacer en el campo académico la justa demanda de nuestra juventud estudiantil que, además de alzar sus voces airadas en los predios de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, también habían concurrido a las trincheras a defender junto a las tropas constitucionalistas la integridad y la dignidad nacionales ultrajadas por las huestes norteamericanas que habían invadido el suelo patrio. (Moquete de la Rosa, 15).

La fecha del inicio oficial del MRU se ha establecido en el 16 de septiembre de 1965, en el marco de la Asamblea realizada en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, en el que además se designaron las nuevas autoridades universitarias, lideradas por el ingeniero Andrés María Aybar Nicolás como rector. Unos días después, el 25 del mismo mes, tomaron posesión las nuevas autoridades y se puso en marcha el proceso de reformas.

El Consejo Universitario Provisional, presidido por Aybar Nicolás, trazó un plan de amplias reformas institucionales, como parte del que se llamaría Movimiento Renovador Universitario, cuyos enunciados filosóficos reforzaban el papel de la universidad en la transformación de la sociedad y la conciencia nacional.

Estas ideas sirvieron para confeccionar el articulado del Estatuto Orgánico votado el 28 de mayo de 1966, fecha en que también se elige al Dr. Julio César Castaños Espaillat, como nuevo Rector, y a los profesores, Dr. Fernando Morbán Láncer y Dr. José de Jesús Álvarez Vicioso, como los dos Vicerrectores. No obstante, el éxito, el movimiento creó recelos en el gobierno, ya que exigía una serie de cambios profundos en la universidad que el actual gobierno no creía “conveniente” permitir para salvaguardar la paz nacional. Los incidentes llegaron al extremo del ametrallamiento de estudiantes frente al Palacio Nacional en el cual murieron muchos alumnos, y otros salieron heridos. La brecha estaba abierta otra vez (Rodríguez González, 144).

Posteriormente, entre el 25 de septiembre y el 1 de marzo de 1970, se enmarcó el período de las Reformas Básicas. En el orden interno, este se estructuró en varias etapas: Revolucionaria, Institucionalización y Academicismo. La primera de ellas estuvo caracterizada por la presencia del Consejo Universitario Provisional, el retiro de la universidad de las autoridades y profesores identificados por sus ideas conservadoras y la incorporación de intelectuales con posiciones avanzadas y revolucionarias. También se elaboraron los documentos que recogieron las reformas propuestas, en medio de un clima de presión gubernamental y divergentes posiciones políticas al interior del recinto universitario.

En la etapa de la “Institucionalidad” se produjeron cambios básicos en la (UASD), bajo el rectorado de Julio César Castaños Espaillat. Contó con el trabajo de una Comisión para el Desarrollo y Reforma Universitaria, como organismo asesor del Consejo Universitario. Los principales resultados de este lapso son la aprobación de un nuevo Estatuto Orgánico, que estableció las bases jurídicas que normaron la reforma estructural y funcional de la institución. En la etapa posterior, nombrada del “Academicismo”, se continuó con las reformas emprendidas en la anterior, esta vez bajo el rectorado de Andrés María Aybar Nicolás.

La reacción gubernamental ante el Movimiento Renovador Universitario, fue la estrangulación económica sistemática y la represión policial, lo que provocó que en varias ocasiones se violentara el fuero universitario. Como respuesta a esta situación, en 1969 las autoridades universitarias y la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) iniciaron una estrategia que se denominó “Plan de lucha por el medio millón”, en reclamo del presupuesto que debía asignársele a la casa de altos estudios. Contaron con el apoyo de las principales organizaciones obreras, como la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y la Asociación Médica Dominicana (AMD), además de intelectuales, abogados, artistas y los integrantes de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UNER). Como afirma Lora:

En torno a esta demanda se produjo una movilización intensa que se prolongó por varios años, en respuesta el fuero universitario fue varias veces violentado al ser ocupada su sede por la Policía Nacional. Las incursiones de la policía alcanzaron incluso a los liceos, siendo el Juan Pablo Duarte en Santo Domingo el de más constante activismo y en el que en junio de 1970 murieron dos estudiantes como resultado de los enfrentamientos con la Policía (Lora, 94).

El plan por el reclamo presupuestario incluyó una variedad de actividades que iban desde mítines y concentraciones hasta veladas artísticas y culturales, conferencias, visitas a medios de prensa, entre una amplia gama de acciones. Finalmente, en el año 1969 el gobierno nacional entregó la cifra requerida por la (UASD), lo que para muchos constituyó una derrota del eslogan popular que afirmaba la inalterabilidad de Balaguer ante los reclamos de esta naturaleza.