Durante lustros, mediante protestas, la sociedad dominicana exigió a diversas administraciones gubernamentales que se destinara el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación, como ordena la ley.

En las elecciones del 2012 y mediante acuerdo, los candidatos a las presidenciales se comprometieron a obedecer la ley general de Educación.

Finalmente, bajo la administración del expresidente Danilo Medina, se empezó a cumplir la ley.

Entendemos que con la pandemia, varias naciones del mundo buscaron alternativas para reestructurar sus presupuestos economicos, adecuándolos a la emergente necesidad de la crisis sanitaria.

En un intento similar, recientemente, en la administración del presidente Luis Abinader se hizo la absurda propuesta de la reducción de más de cuatro mil millones de pesos al presupuesto del Ministerio de Educación para lo que resta del año 2022, de de los reucursos que no se han ejecutado, es decir que no se han invertido hasta el momento. Esos fondos serían reasignados en el presupuesto complementario.

Esto, inmediatamente, disparó las alarmas de todos los sectores porque esa propuesta reasignación de los recursos de Educación violaría la ley general de educación 66-97 y la Constitución.

La educación es fundamental para las naciones, y es por ello que cuatro organismos internaciones, el Banco Mundial, la UNESCO, la OCDE y el BID, le dan seguimiento a aquellas naciones cuya inversión en este importante sector es algo prioritario.

Los países que más invierten en educación lideran el ranking de las naciones que desarrollan importantes programas para el desarrollo y la disminución de la pobreza y la inequidad, y es donde nuestra nación queda muy mal parada.

Promover mayor inversión en educación debe y debió ser la propuesta y no la del desvío de los pocos recursos que tan relevante área.

Si el pais desea reducir la brecha de la pobreza no debe permitir que los políticos pretendan desconocer la importancia de mantener la inversión necesaria para la educación.

Lejos de reducir la inversión en la educación, se dee abogar por aumentarle los recursos y no desviarlos, para que la nación avance y pueda crear mayores oportunidades para el desarrollo de su gente.