Una parte de mis amigos muy queridos y estimados, además de muy cualificados, defienden la idea de que no importa que entren y sigan entrando masiva e irregularmente haitianos en RD.
Tampoco ven cuestionable que los que no tienen derecho legítimo a ello, por no ser residentes autorizados, usen los servicios de Sanidad y generen otros gastos importantes para el Estado.
Gastos que ni siquiera son contabilizados en las Cuentas Nacionales, como "ayuda al desarrollo de Haití". Que de hacerse situaría a RD como uno de los principales Estados en brindar apoyo a los ciudadanos haitianos. Y el primero en términos relativos por su PIB y población.
El Dominicano es un Estado endeudado y que está abocado a tomar medidas de recortes del gasto corriente y de los servicios públicos y hacerlos más eficientes. E incluso tendrá que optar por la austeridad para atender los servicios de pago de la deuda externa.
Otra parte de mis amigos, tan competentes y formados como los anteriores, no comparten esa posición, que tachan de neoliberal, "libertariana" y de humanitarismo abstracto.
Lo más importante, es que veo regocijado que las posiciones que defiendo desde varias décadas (con mis muy modestos escritos, publicados, que se pueden consultar para demostrar que mis preocupaciones vienen de lejos y no son fruto de Estados de ánimos coyunturales sino de pensamiento estratégico), son asumidas de más en más por intelectuales, militantes, activistas y una inmensa mayoría de los ciudadanos dominicanos, especialmente de la clase trabajadora y los sectores populares.
Me apena que algunos dirigentes políticos históricos, admirados y respetados por mi, no vean más allá de sus narices en el tema haitiano.
La muestra de ello es basar su argumentación en que los haitianos aportan algo más del 7% al PIB… Y gastan menos que eso en Sanidad y etc. Esto parece una broma de mal gusto, por su obviedad.
Mientras más población haitiana esté en RD, cuando sean 5 o 6 millones en el territorio, aportarán aún más del 7%… y los dominicanos que aportan hoy casi el 93% restante aportarían algo menos que el porcentaje actual. ¿A quién sorprende ese dato estadístico?
Mientras más sean en la PEA los haitianos claro que aportarán más aún al PIB. La cuestión es sí estamos SOLO ante algo de "Data" , una cuestión tecnocrática, o incluso economicista, o si, la masiva población irregular haitiana, plantea otras cuestiones graves de Gobernanza, de estabilidad, de incremento de conflictos y de desafíos culturales, sociales y políticos, para no entrar en cuestiones de la Seguridad del Estado.¿Se trata de tener una visión tecnocrática o de hacer un análisis político de la totalidad concreta de la cuestión haitiana en RD?
Que el Estado Dominicano tiene el derecho soberano de decidir quién entra o no a su territorio. Si sigue siendo un Estado cuya misión constitutiva es defender sus intereses, los de su pueblo, se entiende.
Como nos muestra el ejemplo histórico de Europa que sólo recientemente pudo vivir casi 50 años de paz continuada. Rota por la guerra en la ex Yugoslavia, en los Balcanes y, más recientemente, en Ucrania.Por cuestiones ambas de fronteras, población y territorio.
Espero que ese no sea el análisis de otros grupos o personalidades que se reclaman de la izquierda marxista. Aunque es sabido que no hay unanimidad, ni mucho menos ninguna ortodoxia con "sello de goma de autoridad", para autoproclamarse ser el portavoz del "marxismo verdadero".
Y si es así, y existe unanimidad en RD entre los discípulos de Marx, en privilegiar el trasvase de población haitiana y no la defensa del "proletariado" dominicano en su mercado interno, entonces se condenan al ostracismo político interno, o sea, optan por la insignificancia política que será cada vez más acentuada.
Quienes no son capaces de defender con firmeza el mercado de trabajo interno para su clase trabajadora, queda inválidado para ser su vocero o representante político.
De hecho, asume el proyecto de país de los que han sido sus rivales históricos y de modelo societario. A los que les interesa un gran ejército de reserva, precarizado, sin sindicatos, de mano de obra irregular y, sin más interés inmediato, que ser súper explotados.
Lo que se explica no por una tara de los individuos sino por venir de una sociedad atomizada y darwiniana, de guerra de todos contra todos, donde la población por perder ha perdido hasta la esperanza. Aunque sigue siendo orgullosa de su identidad haitiana.
Lo que los trabajadores dominicanos no están dispuestos a soportar es aceptar trabajar por salarios míseros y horarios abusivos. Esto lo entendió hasta Biden, el consecuente neoliberal, cuando se le encendió una chispa keynesiana y dijo a los empresarios de su país: "si quieren que trabajen, paguenles más". Nada más y nada menos.
Por tanto, no se trata de que los trabajadores dominicanos son "racistas", "neo fascistas", y tampoco, son vagos.
Lo que no son es indiferentes y reclaman trabajo y mejores salarios en el mercado de trabajo dominicano. Y un alto ¡ya, aquí y ahora!, a la competencia desleal de una inmigración masiva, irregular y permanente,que los convierte en extraños en su propia tierra, con relación a su acceso a ciertos puestos de trabajo.