Después de haber superado con éxito el desafío de las elecciones del 2024, donde la Junta Central Electoral (JCE), bajo la dirección del actual pleno, demostró su capacidad para llevar a cabo un proceso electoral eficiente y transparente entregando resultados en tiempo récord, la institución enfrenta ahora un nuevo reto: la organización de unas elecciones unificadas. En los comicios anteriores, la apuesta por la tecnología, mediante la implementación de los Equipos de Digitación, Escaneo y Transmisión (EDETs), eliminó los tradicionales descuadres en las actas, marcando un avance importante en la transparencia y agilidad del proceso. Sin embargo, la unificación de las elecciones presidenciales, congresuales y municipales en una sola jornada representa un desafío técnico y operativo sin precedentes, que requerirá una planificación aún más rigurosa y soluciones innovadoras.
Cinco boletas en una jornada electoral
La propuesta de unificación electoral busca que los dominicanos voten, en un solo día, por el presidente, senadores, diputados, alcaldes o directores de distritos, y regidores o vocales, lo que implica la entrega de cinco boletas diferentes a cada votante. Aunque esta unificación optimiza recursos y reduce los costos operativos, también introduce una complejidad considerable.
Tomando en cuenta que nuestro modelo implica el voto y conteo o escrutinio manual, manejar cinco boletas no solo alarga el tiempo que cada ciudadano pasará en la caseta de votación, sino que también complica el escrutinio. En elecciones anteriores, el conteo de dos o tres boletas ya era un proceso prolongado; ahora, con cinco boletas, el tiempo se extenderá aún más, aumentando la carga de trabajo para los miembros de los colegios electorales y retrasando la divulgación de los resultados.
Ajustes propuestos por la JCE para mitigar el impacto
Para enfrentar estos desafíos, en la reunión del pasado 12 de septiembre con la comisión bicameral del congreso que estudia proyecto reforma constitucional, la JCE propuso una serie de ajustes que buscan mitigar las dificultades logísticas que conlleva la unificación. Entre las principales medidas destacan:
- Reducción del número de electores por colegio: Se plantea reducir la cantidad de votantes por colegio electoral, de 600 a un rango de entre 300 y 400 electores. Esta medida busca mejorar el flujo de votantes, disminuir los tiempos de espera y optimizar tanto la jornada de votación como los procesos de conteo y divulgación de resultados.
- Ampliación de la jornada electoral: La JCE sugiere que la votación comience a las 6:00 a.m. en lugar de las 7:00 a.m., para dar más tiempo a los votantes y distribuir mejor el flujo de personas a lo largo del día, evitando aglomeraciones.
- Eliminación del voto preferencial para regidores y vocales: Esta propuesta busca simplificar el proceso de escrutinio, eliminando el voto preferencial en los niveles de regidores y vocales, donde el número de candidaturas es mayor. De esta forma, el tiempo de conteo se reduciría significativamente.
¿Escrutinio manual o automatizado?
El conteo o escrutinio automatizado de los votos ha sido planteado como una posible solución para acelerar el proceso y reducir los errores humanos. Sin embargo, su implementación no está exenta de desafíos, ya que el formato actual de las boletas en República Dominicana, con distintos tamaños por nivel y multicolor, no se ajusta a las soluciones tecnológicas de escrutinio automatizado comúnmente utilizadas. Además, no se tienen registrados casos exitosos en la región que utilicen estas tecnologías con boletas de características similares, lo cual significa que cualquier intento de automatización requeriría estudiar la simplificación de nuestro formato de boleta o desarrollar una solución personalizada.
El voto electrónico: una alternativa a considerar
Además del escrutinio automatizado, el voto electrónico también se plantea como una posible solución para gestionar la complejidad de las elecciones unificadas, ya que este permitiría reducir la carga operativa, al eliminar la necesidad de imprimir y manejar boletas físicas, y aceleraría el proceso tanto de votación como de conteo y permitiría eliminar en su totalidad los votos nulos. No obstante, la implementación del voto electrónico requiere una modificación en la normativa vigente, y, dado los precedentes y el contexto actual, presenta retos importantes. Entre estos desafíos se encuentran la necesidad de asegurar una solución tecnológica robusta y confiable, garantizar la transparencia y la auditabilidad del proceso, así como generar la confianza necesaria entre los votantes y los actores políticos.
La importancia de la gradualidad y el consenso
Tanto si se decide implementar el escrutinio automatizado como el voto electrónico en alguna de sus modalidades para las elecciones unificadas, la gradualidad y el consenso serán esenciales para asegurar el éxito de la transición tecnológica. La implementación debe realizarse de forma progresiva, con auditorias y pruebas piloto en escenarios controlados, lo que permitirá ajustar la tecnología a las particularidades del sistema electoral dominicano y garantizar su correcta aplicación en el contexto de elecciones unificadas. Este enfoque gradual no solo proporcionará el tiempo necesario para realizar ajustes técnicos y operativos, sino que también permitirá mitigar los riesgos inherentes a la introducción de nuevas tecnologías.
Por otro lado, el consenso entre los actores políticos será igualmente crucial para asegurar que el proceso sea transparente y confiable. Tal y como hizo el actual pleno para el proceso del 2024, involucrar a los partidos políticos y a otros actores relevantes en la discusión y validación de las tecnologías elegidas garantizará que haya una amplia aceptación de estas y fortalecerá la confianza en su uso. Un proceso de implementación escalonado, acompañado de un diálogo constante y la creación de mecanismos de auditoría, contribuirá a que la tecnología seleccionada no solo sea la idónea, sino que también sea percibida como legítima, confiable y adecuada para las necesidades del país.
Mirando hacia el futuro
La unificación de las elecciones ofrece tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, la optimización de recursos y la consolidación de los procesos electorales pueden generar importantes beneficios económicos y operativos. Por otro lado, la complejidad de gestionar cinco boletas y asegurar un escrutinio eficiente plantea la necesidad de ajustes significativos en la logística electoral. Las propuestas planteadas por la JCE, como la reducción del número de votantes por colegio, la extensión de la jornada electoral y la eliminación del voto preferencial en ciertos niveles, ofrecen soluciones viables que pueden mitigar los efectos más inmediatos de la unificación.
En las elecciones del 2024, la implementación de los EDETs fue un avance crucial para agilizar el proceso y eliminar errores de descuadres en las actas. Esto marcó un hito en términos de transparencia y eficiencia. No obstante, si se busca profundizar aún más en el uso de tecnología, como la automatización del escrutinio o el voto electrónico, el proceso será más ambicioso y complejo.
Si bien estas innovaciones tecnológicas podrían resolver varios de los retos inherentes a la unificación, también presenta sus propios retos. Es por ello por lo que, el año 2028 representa una oportunidad invaluable para realizar pruebas a pequeña escala y evaluar la viabilidad de implementar nuevas tecnologías de manera gradual. Estas pruebas permitirán detectar posibles problemas, realizar ajustes y garantizar que, para el 2032, el sistema electoral esté en plena capacidad de gestionar una elección unificada de manera eficiente, transparente y con el consenso de todos los actores políticos.