Si usted es empresario inmobiliario o constructor privado es razonable que geste oportunidades de inversión para el progreso edificatorio de la Metrópolis Santiago. Sin embargo, de lo que se trata en esta tercera década del Siglo XXI, es impulsar el crecimiento urbano regenerativo de ciclo virtuoso con orden, normas, estímulos y penalizaciones.

La Asociación de Promotores y Constructores de Viviendas de Santiago (APROCOVICI) convocó un exitoso conversatorio para demostrar que derribar árboles y encima de la piel de la tierra, construir apartamentos de viviendas o centros comerciales, no es el enfoque de trabajo que se precia como ético, moral y válido en este siglo XXI.  Se demanda una auténtica regeneración urbana con sentido metropolitano.

En este orden, que un partido y sus aliados hayan salido victoriosos en los 10 municipios de la provincia Santiago, más que una buena noticia, es un gran desafío.

Especialmente para el Ordenamiento Metropolitano que desde el Consejo para el Desarrollo Estratégico (CDES) promovemos para normar armónicamente el uso de suelo y favorecer el crecimiento edificatorio organizado y estructurante.

En Santiago hay una expansión urbana tendencial y contradictoria por municipios y distritos municipales. Los cálculos basados en los actuales contingentes poblacionales de municipios y distritos proyectan una distribución poblacional de futuros contingentes a razón de la jerarquía funcional del Área Metropolitana Santiago. La velocidad del crecimiento edificatorio supera el crecimiento poblacional.

Es previsible por la importancia del Municipio Santiago respecto al resto de entidades, que se estime que la mayor proporción de esa expansión urbana recaerá en el núcleo urbano principal de la Ciudad de Santiago.

El CDES www.cdes.do y el IDOM www.idom.com contratados por el BID, demuestran que si la distribución de la expansión urbana fuera homogénea y directamente proporcional al peso actual de las poblaciones, Santiago se extendería apenas unos 6.3 km2 para acoger todo el crecimiento poblacional proyectado.

Sin embargo, la dinámica de crecimiento detectada actualmente es más bien desordenada, caótica  y poco homogénea. Dista mucho de un escenario en el que la huella urbana de Santiago crezca armónicamente por contigüidad. Crece por el peso específico del capital inmobiliario sobre el suelo de la ciudad Santiago.

Peor aún, se estima que tan sólo una mínima proporción (20%) de esa expansión, exclusivamente 1.5 km2 se va a dar en territorio estricto del Municipio Santiago. El 80% acontecerá en otros territorios metropolitanos contiguos. Muy probablemente la menor regulación y control urbanístico que acontece en Distritos Municipales y Municipios contiguos a Santiago, hará que esos contingentes poblacionales que ocuparán hasta 4.8 km2 se distribuyan caóticamente,  por los restantes territorios.

Actualmente, la población se está asentando en el perímetro periurbano, empezando con altas probabilidades por el Distrito Municipal de San Francisco de Jacagua. Aquí, la proliferación desordenada de parcelas entre el núcleo cabecera, la Avenida Circunvalación Norte y el término municipio Santiago podrá extenderse hasta consolidar 6.5 km2 de nuevo suelo de expansión urbana, multiplicando casi por 5 la actual superficie de huella, con la gran alteración del territorio y previsibles problemas asociados al desorden que conllevará este escenario.

El Municipio Baitoa, que el 19 de Julio de 2011 fue aprobado para saltar de Distrito Municipal a Municipio, aunque no se hizo efectivo hasta el 1 de Enero 2015, tiene un comportamiento particular. Aquí los crecimientos lineales en la carretera principal y el entorno pueden llegar a extender la huella 1.8 km2 y más.

Se estima que los municipios de Puñal, Licey y Tamboril sean los que asumirán la parte más importante de las restantes masas de contingentes poblacionales futuros, atendiendo a los vectores de crecimiento que se han observado en las últimas décadas.

Por su parte, el Municipio Puñal es el que está creciendo más.  Se espera que continúe haciéndolo, asumiendo incluso un 50% de la población futura santiaguera que preferirá lotes o parcelas desarrolladas heterogéneamente por ensanchamiento de linealidades desde la actual zona del Hotel Cibao y el HOMS, triplicando la actual huella urbana de 2.0 km2 hasta los 6.4 km2.

Licey al Medio será otro municipio de mayor crecimiento proveniente de Santiago que va a absorber (30%). Además del que se prevé se registre en su propio núcleo. Estos crecimientos se configurarán como incrementos lineales hacia Santiago y ensanchamientos dentríticos del núcleo, llegando a una superficie de huella urbana adicional de este municipio de 1.8 km2.

Por su parte Tamboril experimenta un importante crecimiento de su huella urbana principalmente en los vectores de ensanchamiento del propio núcleo urbano, a lo largo de la carretera Tamboril y cerca del límite con Santiago. Sumando 20% de santiagueros que presumiblemente edificarían en Tamboril, lo que incrementará la huella hasta en 19 km2.

Por último, el Municipio Villa González puede experimentar un incremento cercano a los 2.2 km2 aunque parece que en este crecimiento no será notable proporción alguna de santiagueros, sino más bien contingentes poblacionales directamente atraídos a los vectores de crecimiento propios de Villa González como el crecimiento lineal de El Palmar hacia el arroyo Quinigua, el ensanchamiento propio del núcleo de El Palmar y el crecimiento lineal a ambos lados de la Autopista Joaquín Balaguer

Una expansión tipo mosaico. Además de los crecimientos tendentes a mancomunar o absorber por las cabeceras y núcleos de los restantes Municipios y Distritos Municipales, se estima que el mosaico agrario que actualmente alberga un importante contingente poblacional de forma desordenada y en conjuntos semiaislados del periurbano, incremente su extensión y albergue mucha población también, siendo este uno de los fenómenos menos deseables y más negativos de la futura configuración del área metropolitana de Santiago.

El CDES www.cdes.do y el IDOM www.idom.com contratados por el BID, demuestran este particular fenómeno de ocupación del territorio en el ámbito de estudio desde sus orígenes en los años 1950 de pasado siglo XX.  Se ha observado que el crecimiento del mosaico ha sido desigual en los distintos cuadrantes alrededor de la Ciudad de Santiago, destacando una mayor expansión en los territorios periurbanos del Este y Norte frente al Oeste y Sur, que presentan un menor desarrollo de esta forma de ocupación de territorio. División de cuadrantes diferenciando distintos ritmos de crecimiento

El análisis asume que el "Mosaico" de viviendas dispersas en el periurbano de Santiago, inicia su extensión en 1950. Se detectan cuatro cuadrantes bien diferenciados con distintos ritmos de expansión y se calcula la tendencia en los próximos 36 años. Se proyecta esta tendencia de consumo de suelo según su evolución histórica de 1950 al 2023. Se ha llegado a ocupar más de 150 km2.  Se estima que en el escenario tendencial incrementará 80 km2 adicionales.

Este punto es clave destacar que los cuadrantes Este, Norte y en menor medida, el cuadrante Sur alrededor de la ciudad de Santiago, presentan una tendencia de expansión del mosaico que supera ampliamente el territorio libre de huella y sin limitantes geomorfológicos por lo que, previsiblemente, acontecer una peligrosa ocupación de espacios no aptos para el crecimiento.

El proceso de ocupación tendencial continúa por tanto con las pautas actuales de crecimiento, conurbando los viales existentes y creando una red más extensa de carreteras semiurbanas no especializadas. La falta de planificación de esta red agravará los problemas existentes al día de hoy: i) saturación de las propias vías, ii) pérdida de eficiencia del sistema del moderno transporte previsto, iii) mayor dependencia del centro urbano como fuente central de servicios).

Si no intervenimos ahora, el proceso será cada vez más anárquico, conurbando cada vez más el territorio y expandiéndose sobre todo comparado con el bajo crecimiento poblacional. Con el paso del tiempo, los problemas serán más acuciantes ya que se necesitará una gran inversión en infraestructuras para dar servicio a los hogares así como para abastecer de equipamientos.

Resaltamos la ocupación indiscriminada de zonas agrologicamente no aptas para el desarrollo urbano comportará un grave riesgo para la población, así como la pérdida irreversible de espacios con alto valor ecológico.

El modelo de ocupación del escenario tendencial del Área Metropolitana de Santiago presenta una particularidad muy relacionada con su configuración desordenada y dentrítica: la presencia de un vasto territorio ocupado por edificaciones que sin llegar a tener carácter urbano, no pueden tampoco considerarse rurales; el llamado mosaico.

El escenario tendencial muestra un modelo de crecimiento en baja densidad expansivo, atomizado y de formas dentríticas, que necesitará grandes esfuerzos de inversión para su mantenimiento.

Este tipo de crecimiento sin planificación ocupará unos nuevos 114 km2 al 2050, completando con 86 km2 de nuevo suelo en ámbito periurbano y una importante ampliación del mosaico que desdibujará completamente el aspecto del valle central e incluso de zonas de alto valor natural de la cordillera septentrional. Esto supone una tasa de crecimiento media anual de la huella de 1.3%. Esto quiere decir que en los próximos 40 años, Santiago consumirá una media anual de aproximadamente 3.18 km2, creciendo un 59% la superficie ocupada en la actualidad.

Soluciones: i) crear un Organismo de coordinación metropolitana; ii) Fortalecer la oficina del POT y Control Urbano; iii) También fundar oficinas en Licey, Puñal, Tamboril, y Villa González. Igualmente iv) articular descentralización progresiva de los impuestos prediales; iii) Coordinarse con el Viceministerio de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Regional (VIOTDR), en el contexto de la nueva ley 368-22; iv) asimismo, aumentar el espacio público y generar infraestructura Verde Metropolitana; v) elaborar un Plan Maestro de Infraestructura Verde y Creación de un Sistema de Parques Metropolitanos y vi) finalmente desarrollar viarios, con restructuración de la circulación norte y sur para establecer corredores de transporte público compatibles con las bicisendas, sendas peatonales y recuperación del concepto de “calle”.