Leganés es uno de los municipios que hacen parte de la Comunidad de Madrid, que a su vez es la comunidad autónoma en la que se encuentra la capital del Reino de España con el mismo nombre que la comunidad: Madrid.

 

Leganés es una ciudad con casi 190 mil habitantes y está a algo más de 10 km de Madrid ciudad. Es lo que se llama una ciudad dormitorio. Aunque su comercio de barrio es vibrante, solo hace falta salir a las calles un sábado por la tarde para ver cómo el movimiento de vehículos solo hace por desplazarse a lugares en los que el verano castigue menos.

 

En la Avda. De Fuelabranda, presumiblemente una de sus más transitadas vías, solo se percibe el movimiento descrito. No hubo un lugar en el que nos pudiéramos sentar a tomar un refresco para aminorar el calor y continuar definiendo unas plantas arquitectónicas que se derretían con el estío castellano (castellano por aquello de que Madrid fue Castilla).

 

No es que no hay bares ni cafeterías; contamos un Kebab y dos bares un tanto grasientos que no inspiraban nada que no fuera alejarse. Pudimos constatar que lo del título de ciudad dormitorio no es una casualidad. Hace 17 años trabajamos 1 año en Leganés y no recordamos mucho de aquella experiencia urbana, además de ver la salida del metro y un paseo agradable hasta el estudio de arquitectura; no recordamos si estaba especialmente arbolado.

 

Nos marchamos de Leganés habiendo conocido, desde las aceras candentes, sus edificios con ladrillo visto de los años 60, 70, 80; sus terrazas con toldos verdes y su gente caminando por la sombra.

 

Nos resulta curioso constatar la realidad a la que hacemos referencia, y hacerlo en primera persona. Luego nos gustaría hacer un enfoque de lo que suponen realmente estas ciudades satélites conectadas por las autovías nacionales con la capital del Reino.

 

De momento sirva esta, como muy breve crónica -de un observador escueto, pero curioso- de lo que fue su paso por el satélite Leganés.