image«La Administración de Joe Biden reivindicó el viernes 27 de diciembre de 2024  haber salvado la democracia en Guatemala y evitado el colapso de Haití, durante un repaso sobre sus principales logros en la política exterior hacia América Latina. » (EFE)

El domingo 15 de diciembre, desde las 3 de la mañana, los oídos de los habitantes de lo que queda de nuestra capital recibieron mil ecos desagradables por minuto. Hacia las 5:30, parece que hubo instrucciones estrictas para que la población se escondiera, como lo decíamos anteayer, «bajo la cama». Por supuesto, la dimensión de los proyectiles y el alcance aterrador de los calibres de moda lo traspasan todo… Observando bien los cielos, en ese domingo ruidoso en cuanto a la sinfonía continua de los cañones, se creería que las nubes de pólvora y las de los neumáticos quemados impedirían al sol decirnos «¡Hola!».

Hacia las 9:30 am, del mismo domingo 15 de diciembre, cuando intentaba no muy lejos de casa, comprender la cadencia de los disparos, mi teléfono sonó… Un proyectil milagrosamente «evitó» la cabeza de mi esposa, en el patio de nuestra casa…

Las balas perdidas de los verdaderos Marines (US Army) hacen ruido, alboroto, escándalo… Como sucedió en 2004. Las de los bandidos contratados matan en silencio… En 2024, la responsabilidad ha desaparecido completamente de nuestros hábitos.

Vivimos tiempos cataclísmicos con perfume de «solución final».  No estamos hablando de la remota época en que los visigodos y ostrogodos planeaban el exterminio de los habitantes de una aldea vecina. Si no hubiera sido por Pearl Harbor, los Estados Unidos tal vez habrían seguido mirando hacia otro lado… Se necesitaron algunos años antes de que los países se emocionaran por la suerte de los judíos…

«Esta bala es antigua.» (JL Borges)

Gilbert Mervilus