El gobierno del presidente Luis Abinader ha desarrollado pequeños proyectos y obras en combinación con el sector privado, que los ha denominado "una alianza estratégica publica-privada".
Consideramos que un sector neurálgico, muy importante, que amerita que urgentemente se aplique este tipo de alianza, es el de la educación, en sus tres niveles: básico, secundario y superior
El modelo educativo de la República Dominicana requiere de un cambio drástico en su currículo, ya que el mismo no responde a las necesidades actuales del país ni de las empresas, en un mundo totalmente globalizado y competitivo. El mismo se ha vuelto obsoleto, pues se ha quedado por debajo de la mayoría de los países del área, según los índices de medición que realizan los organismos internacionales.
El MINERD y el MESCYT, los dos ministerios responsables de la calidad de la educación, con el apoyo del sector privado, deben analizar cuidadosamente el pénsum de las asignaturas de cada una de las carreras de nuestras universidades y adaptarlo a sus reales necesidades, pues no se debe continuar graduando jóvenes desfasados y sin capacidad; requerimos la formación de jóvenes emprendedores, no para buscar empleos de mala calidad, sino, para que sean futuros pequeños, medianos y grandes empresarios.
Para ser competitivos a nivel internacional, tenemos que ir implementando y asimilando lo que le ha dado tan buenos resultados en materia educativa a países como Japón, Finlandia, a los denominados “Tigres Asiáticos” (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán), algunos eran mucho más pobres que nosotros, pero hicieron grandes inversiones y ajustes en la educación, cambiando su modelo educativo en sus tres vertientes.
Esos países eliminaron las asignaturas de “relleno” y todas aquellas que no aportan ningún valor a los estudiantes; se concentraron en las que verdaderamente son de gran utilidad y que están en consonancia con las necesidades del país, tales como: tecnologías, matemáticas financieras, computación, lectura, comercio internacional, idiomas, cultura, moral y ética, medio ambiente, entre otras, en coordinación con el sector privado, quien recomienda las áreas que para ellos son de sumo interés y que deben ser fortalecidas.
No pretendemos que se importe el modelo y el desarrollo de dichos países, donde ya existe una cultura de varias décadas, lograda a base de esfuerzos, tenacidad, consistencia y de fuertes inversiones, pero sí debemos aprender de ellos .
A pesar de la aplicación del 4 % del Producto Interno Bruto-PIB para la educación escolar y pre-universitaria, aún persisten en el país graves problemas sociales como: el desempleo, que ronda el 15 % de la población económicamente activa, la delincuencia juvenil, la drogadicción, el alto porcentaje de jóvenes que ni trabajan ni pueden ingresar a una universidad (los ni-ni), entre otros.
Una decisión importante para la solución definitiva a estos problemas sería volcar parte de los recursos de ese 4% a la construcción de Escuelas de Formación Técnico-vocacionales en todo el país, pues les abriría las puertas a nuestros jóvenes de obtener un empleo o su propia empresa.
Bajo la dirección del Instituto de Formación Técnica Profesional (INFOTEP) y en coordinación con los empresarios del país, se podrían capacitar a los jóvenes en las diferentes áreas técnico-vocacioles, artesanales y en los diferentes oficios.
La capacitación de los jóvenes en los diferentes oficios crea las bases para las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) que, apoyada por la Banca Solidaria, sería la bujía para el crecimiento y el desarrollo económico con una base sustentable en nuestro país. Ese fue el motor que impulsó el desarrollo que hoy exhiben los países asiáticos, pues de esta manera se motiva a los jóvenes emprendedores a iniciar sus propias empresas.
La lucha contra la delincuencia y la pobreza del país es una responsabilidad social de todos (Estado y sector privado) y debe ser enfrentada, no con el uso de la fuerza represiva, sino con mecanismos preventivos, como la educación, la formación técnico profesional y el empleo. Que así sea.