Ser solidario es ayudar al prójimo en sus necesidades. Es respaldar la causa de un grupo social o una comunidad en sus momentos difíciles.
Puede manifestarse entre individuos, de un grupo social a otro. De un gobernante a su pueblo ejecutando acciones positivas y coherentes por el bien común de su colectividad. De nación a nación, cooperando en lo económico, la salud o seguridad humanitaria.
Ser solidario es cumplir con los dos primeros mandamientos bíblicos. Jesús dijo: “Amarás a Dios con todo tu corazón, y a tu prójimo como a tí mismo” (Mateo 22:37-39).
Que República Dominicana votara a favor de que Palestina se convierta en un estado miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas, como lo hicieron otros 143 países miembros, merece el mejor de los premios. La solidaridad tiene un valor por encima de todo cálculo.
Con su postura, el gobierno dominicano ha sido coherente en su posición ante la ONU desde el año 1947, con respecto a la conformación de dos estados independientes, como han de ser Israel y Palestina.
El voto dominicano en la ONU el pasado 10 de mayo no es motivo para resquebrajar los estrechos lazos políticos, culturales, sociales, económicos y de cooperación que mantiene este país con Israel.
Desde el siglo XIX y durante la década de 1940 en adelante, cientos de inmigrantes israelíes se han establecido en República Dominicana. Y en el 2009 establecimos relaciones diplomáticas con Palestina.
Judíos y palestinos han conformado dos comunidades muy laboriosas y progresistas en esta media isla, logrando adaptarse con rapidez a la idiosincrasia de los dominicanos.
Luego de la votación favorable de los países miembros en la Asamblea General, la ONU recomendó al Consejo de Seguridad reconsiderar la adhesión de Palestina como miembro de esa organización internacional.
Lamentablemente, lo único que puede hacer la Asamblea General es tramitar al Consejo de Seguridad lo que aprobaron sus miembros, porque el primero no tiene mecanismos jurídicos para que la decisión se aplique, lo que la hace inoperante para resolver conflictos internacionales.
Como era de esperarse, Estados Unidos e Israel protestaron y votaron en contra, junto a otros siete estados miembros.
La administración Biden, fiel aliada del gobierno israelí, ha estado firme en esa posición. El pasado 18 de abril, EEUU vetó una resolución que propugnaba porque Palestina se convierta en miembro permanente de la ONU.
Sin embargo, un gran número de países de la Unión Europea, entre los que se encuentran España, Irlanda, Malta y Eslovenia, han dado su apoyo para que se reconozca el Estado de Palestina, petición que podrían formalizar tan pronto como se conozca este miércoles 21, en la celebración del próximo Consejo de Ministros de la UE.
Con ellos, suman ya 143 los países que apoyan la inclusión de Palestina como estado miembro de todo derecho en la ONU.
Desde que el Estado de Israel inició su ofensiva militar en Gaza, cientos de protestas en apoyo al pueblo palestino han escenificado estudiantes universitarios en EE.UU., desde California hasta Nueva York, y desde Georgia hasta Pensilvania, rechazando de esta forma la política exterior estadounidense en el conflicto en Oriente Medio.
Policías antimotines han ocupado campus universitarios, y arrestado miles de estudiantes y docentes para sofocar el movimiento que protesta contra el genocidio que se ha estado produciendo en Gaza en violación al Cuarto Convenio de Ginebra de 1949, sobre protección de personas civiles en tiempos de guerra.
Estas masivas protestas han comenzado a preocupar a la administración del presidente Joe Biden, quien está en campaña electoral tratando de reelegirse para un segundo mandato presidencial en las elecciones del 5 de noviembre.
En un intento por congraciarse con los universitarios y los países que se están unificando a favor de un Estado Palestino, la administración Biden ha decidido distanciarse del gobierno israelí.
Ha amenazado a Tel-Aviv con suspender el suministro de modernos armamentos bélicos si el Ejército de Israel decide entrar a la ciudad de Rafath, como ha anunciado el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Ante esa estrategia política del presidente Biden, el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, dijo que es una declaración muy “decepcionante” la amenaza del presidente de EEUU, de suspender los suministros bélicos a su país.
Sacó a relucir en su declaración que muchos judíos-estadounidenses que votaron por el presidente Biden y su Partido Demócrata en 2020, ahora están indecisos de si lo volverán a hacer o no a favor del mandatario estadounidense.
Esta recordación podría influir lo suficiente en el presidente Biden quien por agradecimiento, convierta su amenaza en una simple retórica política y mantenga vigente el suministro bélico a su mejor aliado en Oriente Medio.