La noche del 6 de abril de este 2022 asistimos al concierto celebrado en el Teatro Nacional de Santo Domingo en memoria de la vida y obra de doña Margarita Copello de Rodríguez. En dicho homenaje, dedicado a esa gran “Dama de la Música”, participó el joven y virtuoso pianista Dmytro Choni. Este pianista, nacido en 1993 en Ucrania, interpretó un Concierto para Piano y Orquesta del compositor ruso Serguéi Rajmaninov, interpretación que, a pesar de sufrir un desafortunado incidente ajeno a su buen hacer, logró superar con arrojo y profesionalidad. Tras finalizar el concierto y para corresponder a los aplausos del público brindó a la audiencia un encore que constituyó un profundo y significativo gesto al escoger una hermosa bagatelle del compositor ucraniano Valentin Silvestrov. Una pieza íntima y de hondo calado emocional a propósito de las tristes y dramáticas circunstancias en las que se encuentra Ucrania, tierra natal tanto del compositor elegido, como del pianista.

Pero, ¿qué sabemos de Valentin Silvestrov y por qué fue tan significativo para el joven pianista haberlo elegido para esa noche?  Silvestrov es un compositor de 84 años que fue reconocido como Artista del Pueblo de Ucrania, quien se vio obligado a salir de su país el pasado 9 de marzo a causa de la guerra que enfrenta Ucrania y buscar refugio en Alemania, siguiendo el mismo camino de alrededor de 3 millones de ucranianos. Silvestrov está considerado como uno de los más importantes compositores del siglo XX. Se ha caracterizado por su lucha a favor de la libertad y en contra de cualquier forma de totalitarismo, actitud que le provocó la censura de la antigua Unión Soviética. Su música se suma a la de otros compositores de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, y que sufrieron la guerra y sus consecuencias. Autores como el finlandés Arvo Part o el ruso Alfred Schnitke son admiradores de su obra. Una de sus obras, sonata para violín solo, fue interpretada por el violinista judío Gidón Kremer en un acto de recuerdo del Holocausto, pieza impactante por su dimensión humana. Silvestrov describe su música como “metamúsica” y la sitúa en la noosfera, palabra derivada del griego Noos, que significa intelecto o mente: ¡el espíritu! Es pues un compositor de profunda espiritualidad con una postura a favor de la libertad.

Por ello la intención del joven pianista Dmytro Choni en el concierto del 6 de abril constituyó un profundo e íntimo gesto de gran trascendencia, un grito casi silente frente a la tragedia y luto de su país, reflejado en la intimísima interpretación de esa bagatelle que con tanto corazón nos entregó.

¡Cómo extrañé que ante esa oportunidad no hubiéramos tenido algún gesto de solidaridad y agradecimiento tanto para el intérprete como para ese gran país que es Ucrania! Sean estas letras ¡un mensaje de esperanza para que finalice esta guerra y de agradecimiento a Dmytro Choni por sus interpretaciones!