Y sigue uno recibiendo datos de la depredación a que fue sometida la sociedad dominicana durante los mandatos de la Generación Canalla.

Y la ira se mezcla con la impotencia en una combinación que pudiera resultar explosiva.

Y sueña uno con una sociedad que tenga la piel tan sensible como la de los peruanos, que no se andan con paños tibios ni apaños con los corruptos. Que no respetan jerarquías, que encarcelan a expresidentes, ministros, directores y sus familiares.

Cuando el país era devastado por la crisis fruto de la pandemia, un grupo de jerarcas del gobierno, incluyendo leonelistas y danilistas, con sus socios del sector extra gubernamental, se asociaba para hacer efectivos pagos a todas luces fraudulentos, de los cuales, se estima, se quedaron con más del ochenta por ciento.

De repente se volvieron muy institucionalistas, para honrar deudas del gobierno de hasta más de cincuenta años.  Y no pensaron en los millones de dominicanos que habían perdido sus empleos, en las miles de pequeñas empresas quebradas, en los miles de ciudadanos que morían en los hospitales o en sus casas.

Son esos mismos que hoy hablan de volver a retomar el poder; con Leonel Fernández a la cabeza, andan apostando al olvido

Es que así fue la Generación Canalla que gobernó a nuestro país por veinte años. Es un ejemplo más de la desmesura, de la ambición, de la falta de dignidad de este conglomerado político, que convirtió al Estado en una entidad mafiosa similar a la camorra italiana, para servirse.

Son esos mismos que hoy hablan de volver a retomar el poder; con Leonel Fernández a la cabeza, andan apostando al olvido; haciendo comparaciones de precios estúpidas, y de igual manera tratando de vender la imagen de que los funcionarios del gobierno del presidente Abinader son iguales a los de la Generación Canalla.

Asimismo, el señor Danilo Medina, a quien se puede sindicar de sicópata o sicario, porque no se ha envenenado con tres pasitos, lanzado del penthouse donde vive o pegado un balazo, tras los grandes crímenes cometidos por su entorno familiar, político y militar, anda arengando a su partido para que recupere el poder, pero, como siempre, creo que subestiman a los dominicanos.

La sociedad dominicana será sometida a prueba en las elecciones del año 2024; tendrá que elegir entre unos candidatos de esa oposición y el presidente Abinader. Tendrán los dominicanos que demostrar cómo está su autoestima social; porque después de la paliza, del trapeo, de la golpiza que estos señores le han dado a esta sociedad, tendría que tener el pueblo dominicano su autoestima social muy baja para entregar el gobierno a este grupo. Tendríamos que ser muy desvergonzados para echar tan rápido al olvido las acciones cometidas desde el poder por la Generación Canalla, la que se sirvió con la cuchara grande de la ambición; la que no resolvió un solo problema, excepto los problemas económicos de la jerarquía peledeístas y sus socios.

En una afamada serie de la televisión española, un personaje le dice a otro, "un poquito de por favor"; aquí podríamos decirle a la sociedad dominicana, un poquito de vergüenza, por favor.