Anda por ahí un podcast bastante interesante que tiene la siguiente trama: es la opinión que tienen dos chicas modernas sobre determinados temas. “Hablemos de la vida”, podría llamarse dicho espacio, pero ellas eligieron otro nombre.
Ahí ellas debaten sus relaciones amorosas, su manera de ver la vida y el tema de cómo se sienten ante una modernidad en la que no sabes si es cierto lo que encuentras en la red. Como se ve, hay podcasts muy amables y cómodos que te animan a enfocar algunos asuntos de una manera diferente. He detectado algunos que uno los pone y son ya viejos: sus hacedores tienen que modernizarlos. A decir verdad, quienes tienen la responsabilidad de editarlos y de colocarlos, la casa matriz, por decirlo así, son los que no deberían permitir a que estos se pongan viejos. Hay que grabar nuevos para los nuevos clics, que pueden ser muchos.
En el caso de las dos chicas venezolanas, (en sus cuentas de IG las ves vacacionando en isla Margarita y son modelos), el carisma se nota como un plus de lo que ofrecen a los escuchas. Es una charla animada no exenta de momentos hilarantes. Para saber lo que ocurre allá, he visto a algunas periodistas venezolanas, para estar a tono, que tienen un live en sus cuentas de Instagram. En sesiones regulares, le dan seguimiento total al proceso político que dejaron atrás. A través de los años, son como las que monitorean la situación venezolana, ahora desde Miami, ciudad a las que han emigrado. Es de interés saber cómo se ha dado esta inmigración de venezolanos a Miami en los últimos años, y cómo estos se han integrado a la vida norteamericana.
Por otro lado, aquí hay gente que sabe tanto sobre Haití, que no estaría mal que sus presentaciones en la tele aumenten, así como el diseño de algún podcast que se limite a lo que ellos conocen: casi todo o mucho, de lo que ocurre en el lado occidental de la isla. Así encontraríamos detalles que no conocemos. Como sabemos, son gente que han vivido de manera intensa todo lo que se ha vivido en Haití: el descalabro, el pos terremoto, el robo de las ayudas, los cambios en el mando político, la inestabilidad política, el ascenso de las bandas, la muerte de Jovenel, el nuevo escenario político y económico, gente que tiene fundamento en lo que dice y una gran experticia en las temáticas haitianas esenciales. Sería un aporte que harían a la ciudadanía, la que reconoce que lo que ocurre del lado vecino, es cada vez más importante. Entre muchos otros, (deben ser cientos de miles), son importantes los podcasts del diario El País de España donde los temas son tratados a profundidad por los invitados en cada día de la semana.
Surfeando la web en materia de podcasts, algunos programas deportivos no pueden faltar, pero algo está claro: llevo años, sino décadas, siguiendo la carrera de algunos periodistas y analistas mexicanos, así como de otras latitudes: la conclusión es que son gente que puede recordar fechas, goles, jugadas, eventos, carreras, números deportivos, sucesos anteriores, más goles, problemas, estrategias en el campo de juego, tácticas con el balón, penales, contratos. Y así descifrar toda la dinámica del juego del fútbol que según Jorge Valdano: “es la cosa más importante entre las menos importantes”.
Hay datos que son de vértigo: hay 433 millones de usuarios activos en Spotify que acceden a 4,4 millones de podcasts. Entre todas las opciones, entrar a encontrar lo que uno busca es una tarea titánica: resulta como entrar a un bosque donde no sabes finalmente lo que vas a escuchar, pero algo eliges con un clic.
Para los próximos años, uno esperaría que en nuestro país tuviéramos una liga de fútbol que concitara el mismo interés que tienen las demás integrantes de la CONCACAF. Uno esperaría, quizás algún día se haga cuando ya no estemos aquí, un gran estadio como el de Cruz Azul, o el Amalfitani de Buenos Aires.
Como se muestra en los episodios, está claro que las chicas del podcast son físicamente muy agraciadas y derrochan todo el glamour en la conversación. Está claro que no le exigimos que hablen algo de Maduro, aunque una de ellas habló de su más tierna infancia cuando las cosas “no estaban como están ahora”.