En 1933, al caer la dictadura de Gerardo Machado en Cuba, fueron deportados miles de cortadores de caña jamaiquinos y haitianos y, desde entonces, los cubanos, ya sean blancos, mulatos o afro descendientes, cortan su caña. Desde ese año, los haitianos que buscaban abandonar su patria solo encontraban en la República Dominicana un sitio donde llegar, pero dada las características de la dictadura de Trujillo eso solo podía darse bajo acuerdos entre los dueños de los ingenios y los militares del vecino país y tan solo podían emplearse en el corte de la caña y terminada la cosecha tenían que regresar a su país.

Con la desaparición de la dictadura de Duvalier hijo mejoraron muchísimo las posibilidades de los haitianos de cruzar ilegalmente a Santo Domingo y, además, para trabajar en cualquier oficio y sin obligación de retorno, más cuando los militares dominicanos comenzaron a nutrirse económicamente de ese negocio.

Pero pocos dominicanos se han dado cuenta de que para los haitianos en años recientes han existido otras alternativas migratorias. El tamaño de la diáspora haitiana en Miami, Montreal y París es indicativo de esos flujos y aún más recientemente se han dado muy fuertes movimientos de haitianos hacia Brasil, Chile y Estados Unidos, en este último caso una migración ilegal a través del “tapón del Darién” en Panamá y viajando por toda Centroamérica hasta llegar a la frontera norteamericana donde tratan de cruzar ilegalmente, o legalmente alegando ser refugiados políticos. Las islas Turcas y Caicos y las Bahamas también han servido de refugio. Cuba los recibe, pero los devuelve rápidamente.

Ahora ha surgido otro posible destino: Guyana. Era uno de los más pobres y aislados países de nuestro continente con una densidad poblacional muy baja y concentrada en sus costas. Pero ha aparecido allí petróleo en grandes cantidades y fluyen emigrantes en busca de empleos. Surinam es otro país de baja población y una proporción muy alta de la misma también está concentrada en sus costas y posiblemente declare muy pronto que igualmente ha encontrado petróleo.

Bien podría Naciones Unidas, a través de sus organismos especializados en temas migratorios, o también la OEA, negociar con Guyana y Surinam flujos migratorios en aviones o barcos fletados para el transporte organizado a esos dos destinos, después de haber negociado con sus dos gobiernos las condiciones de ese movimiento poblacional.

Una vez que los haitianos lleguen a Guyana o Surinam tan solo pueden proseguir hacia los países integrantes de la Unión Europea o Estados Unidos, si consiguen visa. Por eso es que no hemos incluido a la Guyana Francesa como posible destino ya que, junto con las islas caribeñas de Martinica y Guadalupe, son parte integral de Francia y, una vez llegados a esos territorios, se puede proseguir hacia Europa sin visa.