De acuerdo con el régimen electoral vigente, a partir del 19 de marzo el presidente Abinader no podrá inaugurar nuevas obras.

Esas vacaciones parciales, porque las inauguraciones toman mucho tiempo en la agenda presidencial, deben ser aprovechadas para descansar, pensar y reflexionar.

El descanso es fundamental, porque Luis Abinader ha abusado de su salud con un horario de trabajo demasiado intenso y extenso.

Su esfuerzo por llevar al pais por un sedero diferente donde predomine la transparencia, la ética del quehacer público, la seguridad jurídica y ciudadana, la independencia del Ministerio Publico y la lucha la pobreza y el desempleo, han sido muy difíciles, enfrentando poderes oscuros que nos llevaron a una tormenta perfecta en materia de corrupción, impunidad y abuso de poder.

Igualmente, el agotador periodo durante y después de la pandemia y posteriormente la invasión de Rusia a Ucrania, requirieron esfuerzos y recursos extraordinarios para mantener el empleo y el subsidio a bienes esenciales como alimentos, combustibles y transporte, cuyos precios se dispararon 38%, 70% y 500% respectivamente en el 2021 y 2022.

Esas vacaciones parciales, las debe dedicar el presidente Abinader a pensar y reflexionar sobre su próxima gestión, dado que casi tiene asegurada su reelección en mayo próximo.

Debe reflexionar y pensar en cómo afrontar los nuevos retos en materia de reformas, que requieren una rápida atención y de la aprobación de importantes leyes que descansan el sueño eterno en el congreso y que son fundamentales para el país.

Reflexionar y pensar, en como seguir avanzado en la economía, revolucionando la agricultura para convertirla en una fuente de ingresos externos aumentando las exportaciones o sustituyendo muchas importaciones, especialmente de alimentos. Cerrar la brecha comercial es muy importante para el país.

Reflexionar y pensar en la privatización de la distribución de energía para cerrar ese inmenso hoyo fiscal que representan los subsidios a la electricidad y unas tarifas fuera de lugar.

Reflexionar y pensar en cómo aumentar la inversión pública, manteniendo la austeridad en el gasto corriente y mejorando los ingresos tributarios.

Reflexionar y pensar sobre el equipo de funcionarios que lo acompañara en su segundo periodo. Porque muchos son muy buenos, pero otros, muy poco convincentes.

Reflexionar y pensar sobre los futuros pasos sobre Haití, que en poco tiempo estará envuelto en una guerra civil de grandes proporciones.

Reflexionar y pensar sobre la deuda pública y los déficits, que, sin ser aun un problema, requieren ciertas acciones que conduzcan a un mayor equilibrio de las finanzas públicas.

Reflexionar y pensar sobre el tema ambiental y el cambio climático.

Reflexionar y Pensar en dirigir un pais con muchos problemas pendientes por resolver en salud, educación, pobreza, empleo, seguridad, infraestructura y en la microeconómica, especialmente del sector informal.

En fin, con Abinader en el poder los próximos 4 años, sin los sobresaltos de pandemias o nuevas guerras que afecten la economía mundial, pero continuando con su misma estrategia política, institucional, social y económica, se convertirá en el presidente mejor valorado que ha tenido el pais desde la caída de la dictadura trujillista.