Aunque febrero ha sido designado oficialmente el mes de la historia negra de los Estados Unidos, junio está cargado de efemérides simbólicas en el proceso de construcción de una identidad común entre todos los norteamericanos, es decir de congruencia con el término “melting pot”, que a menudo ha sido traducido específicamente como crisol cultural.

Fruto del final de la llamada Guerra de Secesión (en inglés llamada American Civil War), que intentaba separar dos maneras de concebir la producción económica y social, se produjo la aprobación por el Senado de la Proclamación de Emancipación presentada por Abraham Lincoln en enero de 1865. Este texto dio paso en la decimotercera enmienda a la constitución de ese país, la cual proscribe de manera específica el uso de la esclavitud.

El 19 de junio de 1867 los ciudadanos de Texas conocieron la existencia de esta modificación y esto motivó numerosas celebraciones que pasaron a llamarse Juneteenth. Eventualmente, todos los estados fueron ratificando esta enmienda, que ya tenía un carácter federal. También cada vez más personas en todo el territorino nacional fueron uniéndose a la celebración del Juneteenth.

Este camino de rosas ha tenido sus espinas. Si bien la aprobación en la cámaras vale para las leyes federales, los estados deben ratificarlas en los senados locales. En ese contexto, tres estados pospusieron hasta el siglo XX la ratificación final de la misma y en Mississippi, aunque el senado estatal ratificó la enmineda en 1995, no fue hasta que un médico nacido en la India, XXX, se involucró en el proceso, que se notificó oficialmente la ratificación de la citada enmienda ¡en el año 2013!

Peor, tan solo dos años después, en el 2015, en el estado de Carolina del Sur, un supremacista blanco dirigió un tiroteo masivo a una comunidad religiosa mayoritariamente afroamericana que provocó el que hasta ahora ha sido el discurso más emotivo por un presidente en contra del racismo: “Amazing grace”, que rescata no solo en las palabras sino también en la forma la diginidad de las personas que fueron agredidas.

Y cinco años después fue el turno de Donald Trump, el 16 de junio de 2020, de firmar una orden ejecutiva a favor de una reforma policial y judicial tendente a corregir excesos que se suponen son herederos de prejuicios del pasado.  El senador republicano por el estado de Carolina del Sur dijo en ese entonces que creía que las alocuciones del presidente a la hora de promulgar la orden habían sido adecuadas, uniendo al país en un momento donde se necesitaba liderazgo y dirección.

En esta misma línea, para ayudar a todos sus conciudadanos a compartir el sentido de satisfacción ante la eliminación de la esclavitud, su sucesor, Joe Biden, propuso en su primer año de gobierno que la fecha del 19 de junio de todos los años fuese considerada una festividad en todos los estados de la Unión, lo que se consiguió unos pocos días antes de su primera celebración, el pasado año 2021. Se espera que en razón de que las restricciones por precuación covid ya están alcanzando su mínima expresión, este año se produzca su verdadera primera gran celebración a escala nacional.