I.- Que esto no se repita jamás
1.- Es una acción propia de salvajes, una atrocidad; algo así como una animalada. Lo menos que se puede identificar es como una barbaridad, una bestialidad en pleno siglo XXI.
2.- Semejante hecho, nos reduce como seres humanos; nos hace ver como poca cosa. Más o menos, como que los que aquí habitamos hemos perdido el juicio.
3.- Lo que la opinión pública nacional e internacional ha visto es un bebé gritando, agarrado de las barras de una jaula en movimiento, donde está encerrada su madre, y el niñito con ruegos y lágrimas.
4.- Nos quita la condición de pueblo civilizado, amante del ser humano y nos coloca en el plano de una comunidad de personas ausentes de sensibilidad y sin ninguna clase de compasión, de desgracias ajenas.
5.- Nos hace ver ante el concierto de naciones como una caterva de mujeres y hombres privados de benevolencia, sin comprensión y nada de piedad.
6.- Nos estamos presentando ante el mundo como desconocedores de la misericordia y practicantes de la crueldad, identificados con la ferocidad e inclinados a la inhumanidad. Al parecer nos hemos transformado de bondadosos a no apiadarnos de nuestros semejantes.
7.- Estamos dando argumentos concretos para que nos ubiquen como país racista, que odia a los negros y en particular a los haitianos.
8.- Esto constituye una afrenta que nos presenta como que tenemos sentimientos de odio, que discriminamos a nuestros vecinos por el color de su piel. Nos debe avergonzar ser calificados como personas que anidamos en la mente el desprecio.
9.- ¿De dónde nos ha salido eso de despreciar, hacer menos, ningunear a los prietos, faltar a la consideración, por qué ser ultrajantes con los haitianos?
10.- Es feo, no es nada sano, que nos coloquen el calificativo de caribeños propiciadores de abusos, tropelías, atropellos, desmanes contra recién nacidos. A lo mejor nos llegan a colocar el mote de gente sinrazón.
II.- Pedir excusa y explicar
11.- ¿Quién le metió en la cabeza a nuestro pueblo la fea idea de trato despectivo, peyorativo, altanero para con los haitianos y hasta con sus niños, sus infantes. Por qué minusvalorar a seres humanos por ser negros?
12.- Lo menos que debemos hacer es disculparnos ante toda la humanidad, exculparnos y decir que lo del niño desesperado, enganchado de un vehículo, clamando por su madre, es un hecho bochornoso, aislado, obra de funcionarios truculentos.
13.- Estamos en el deber de decirle a toda la humanidad sensible y no prejuiciada que seguimos siendo un pueblo solidario y fraternal; que creemos en el apoyo mutuo y en la unión sincera de toda la especie humana.
14.- Hay que hacer todo lo posible para demostrar que el pueblo dominicano mantiene su inclinación natural a la ternura, a la expresión sincera de estima y manifestación franca a ser hospitalario.
15.- Estamos en la obligación de esforzarnos para hacerle saber a la gente buena de todo el mundo que somos solidarios, que amamos al ser humano, sin tomar en cuenta nacionalidad, condición social o etnia. En sí, que este es un país lleno de gente auténtica, de completo humanismo.