En nuestro país, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), la estimación y proyección nacional refleja que la población dominicana posee una edad mediana de 28.15 años. La población dominicana se considera una población joven en edades comprendidas entre 0 a 34 años de edad, ya que estas ocupan más de la mitad de la población, específicamente el 60.63%. Si la media de edad es 28 años, esto quiere decir que tenemos una mayoría de millennials, generación que hoy ronda entre los 25 y 40 años, así como centennials que hoy vienen subiendo con edades comprendidas entre los 9 y 25 años, ambas generaciones comparten algunas características como ser nativos digitales, ávidos de información, mentalidades globales y progresistas, con una alta sensibilidad sobre el cuidado del medioambiente y el bienestar colectivo.

Como resultado natural de estas estadísticas sociodemográficas, tenemos en todos los colores partidarios nuevas caras políticas de estas generaciones, una promoción de nuevos políticos que le pueden permitir a la población en general, recuperar la confianza y apostar a la juventud que viene ganando su espacio. Algunos ya han trillado un camino y hoy ya han acumulado cierta experiencia y demostrado su capacidad, otros venimos incursionando en política por esa misma motivación de aportar a la colectividad y de ser una voz que reclame por las desigualdades y promulgue iniciativas que cierren las brechas y ayuden al desarrollo de la gente.

Vamos ganando espacio, aunque aun no con representatividad en la primera línea, pero sí en direcciones, segundas incumbencias del Estado y cierta cuota en la cámara de diputados. Lamentablemente aun suele considerarse que para ser político o sustentar una alta posición pública se deben tener canas, asociando la edad avanzada a la experiencia, al manejo y también a que quienes son más longevos se quieren prolongar y no ceder al que viene subiendo, siendo los dirigentes mayores los que descalifican a las jóvenes promesas para ocupar cargos de alta responsabilidad.

Hoy existe una generación que, por la misma visión global y avidez de información, posee características multidisciplinarias, estudian más de una carrera y/o más de una especialización y maestría, y tienen las habilidades de adaptación, comprensión, independencia y determinación para liderar y trabajar en equipo en miras de lograr resultados de alto impacto con eficiencia. Hoy ser joven es una gran ventaja, tomando en cuenta además que estas generaciones no buscan postergarse en un área o trabajo toda la vida, así aplica a la política, un joven político de hoy a diferencia de las generaciones anteriores de políticos tradicionales, busca aportar y dejar un legado, ser parte de algo y que sus acciones son las que duren en la posteridad.

Es precisa la inclusión de la juventud y hoy, si bien es imperante por la dependencia que administra que quien dirija sea un joven o una joven, aprovecho para destacar a Rafael Feliz García, cariñosamente Ninito, el nuevo ministro de la Juventud. Quienes le conocemos sabemos de sus inquietudes, de su capacidad de trabajo en equipo, de su amor por la academia, de la humildad y el calor de su familia, de su resiliencia y de la alegría y energía propia de sus 25 años. Ninito, valoro tu entrega de siempre sin mirar que recibes a cambio, la naturalidad con que incluyes a los demás sin creerte o saberte el centro de atención, los pasos que vas dando en miras de dejar algo positivo al mismo tiempo que aprendes y creces. Confío en que sigas siendo el mismo y que des lo mejor de ti, que en ese ministerio que tanto lo necesita, exista un antes y un después de Ninito para el bien del país y del gobierno de nuestro presidente, y que mañana conserves no los amigos que hoy van a tu despacho, sino los amigos del Ninito de las protestas, de los grupos de jóvenes, de los paseos, de las charlas y de las ideas.

Por más jóvenes como tú, como nosotros, no nos defraudes, por tus cualidades, representas demasiado.