El título de este trabajo es el mismo del documental elaborado por Jurgen Klaric, el conferencista más exitoso, mundialmente, en español, y uno de los 100 influenciadores en las redes sociales más importantes de Iberoamérica, que de acuerdo lo que sacamos de internet “es el mayor divulgador de Neurociencias aplicadas a las Ventas, Marketing y Educación”.
Al término de ver este documental, y de la conferencia que lleva el mismo título, y tratan sobre el mismo tema, mientras lo veía, reflexionaba, y sentía que revoloteaba en mi cabeza el triste y cíclico drama por el que luce atrapado el sistema educativo dominicano, que parecería pensado y ¿planificado? “con los deditos de los pies”, o como si gozáramos con “con ver las cosas al revés”, como exclama el estribillo de la sátira cantada por el fenecido humorista Milton Peláez.
Pero también me detuve en la parte denominada “manual del mañana. Guía para salir de las encrucijadas”, del libro “La encrucijada mundial”, del autor español Pedro Baños, en esa parte del texto en el que hace un “análisis general sobre la educación”, como “la piedra filosofal que ha permitido y determinado nuestra evolución, así como la necesaria adaptación a los cambios”.
Jurgen Klaric: “Un crimen llamado educación”
El documental recoge la realidad educativa de varios países, y en conferencia la inicia con una serie de interrogantes que parecerían capciosas, en las que envuelve a todos los actores del sistema educativo, y en la que implícitamente reparte responsabilidades de la problemática a la autoridad educativa, a maestros, maestras, padres, madres y tutores…
El autor responde a todas las inquietudes que el mismo formula en la introducción de la conferencia, que es más bien la conclusión a la que arribó en el documental…” todos somos responsables de un crimen llamado educación”.
Para luego asegurar que “yo si tengo una respuesta…no hay nada más maravilloso que la educación, y todos somos responsables de un crimen que está acabando con toda una generación…
“Nuestros hijos están saliendo de las escuelas y las universidades, y no saben nada…La educación es la fórmula de cómo acabar con la pobreza, con la falta de progreso y con la corrupción” ·
Condena a los pobres, a seguir siendo más pobres
Sin ser profesional de la carrera educativa, desde hace más de 20 años, y teniendo como instrumento la Fundación Padrino de las Escuelas de Bahoruco, venimos vinculados a la educación en todos sus niveles, encaminando las más variadas iniciativas hacia los actores que integran la comunidad educativa, pero también hacia los niveles de instrucción superior y técnico, así como al deporte y la recreación sana.
Esta asidua actuación la he venido sosteniendo por medio de mis escritos, mis prédicas, mis aportes, desde mi curul con varias iniciativas legislativa, e insistente prédica, y mi lucha por una educación de calidad, por la alta significación que tiene ese capital cultural para el desarrollo nacional para superar la pobreza.
En esa línea de predicamento ha sostenido que los ricos históricamente han tenido educación de calidad, y que los pobres históricamente han recibido una pobre educación, y es lo que deja palmariamente establecido el prolífico escritor español Pedro Baños, en el texto citado precedentemente que el problema fundamental está en que “la distancia cada vez mayor entre ricos y pobres se correlaciona con el éxito académico desigual”.
En citado libro, Pedro Baños, atribuye al educador estadounidense Eric Donald Hirsch Jr. afirmar que “los dos grandes problemas de nuestros sistemas educativos son el bajo rendimiento y la baja correspondencia demasiado exacta entre clase económica y nivel educativo…los estudiantes de clases medias y altas tenían un mayor bagaje de conocimientos, debido a la biblioteca de sus padres, a la transmisión doméstica de conocimientos por parte de familiares con altos nivel de estudios o al mayor gasto de su familia en recursos culturales”.
Y lo que podría considerarse como una efectiva solución salomónica, el escritor y el educador compagina en que “para el buen desempeño de los alumnos, especialmente aquellos de procedencia más humildes, es imprescindible que la enseñanza pública comience por sentar las bases de un capital cultural más o menos básico, funcional y estandarizado, que dé las mismas oportunidades a los alumnos”.
Se atribuye a Albert Einstein la frase…”si tú juzgas a un pez por no poder subir a un árbol, el creerá que es un estúpido”.