El proceso electoral del pasado domingo dejó planteado un escenario del que, como en todo proceso, se extraen ganadores y perdedores. Los ganadores evidentes resultaron electos en sus correspondientes boletas. Entre estos resaltan Carolina Mejía, Betty Gerónimo, Dio Astacio y Lenin de la Rosa. Sin embargo, al margen de los resultados de los participantes, quiero poner de relieve los que -en mi criterio- son los grandes ganadores del proceso.

En primer término, la Junta Central Electoral. Teniendo el antecedente de unas elecciones municipales fallidas (2020), la JCE tenía el reto de producir un proceso tranquilizador de las ansiedades de la población, objetivo que cumplió a cabalidad. En segundo lugar, en su calidad de jefe de campaña y estructurador del convincente triunfo del Partido Revolucionario Moderno, merece la pena resaltar el rol de José Ignacio Paliza. De igual forma, la coordinación municipal de Victor D’Aza y Kelvin Cruz les convierte en grandes ganadores. Julio César Valentín y Justicia Social también son grandes ganadores del proceso. Hace poco menos de un año, vapuleado por miembros del PLD, Valentín salió a fundar Justicia Social, la cual -según se ha reportado- se convirtió en la tercera fuerza política municipal, solo por detrás del PRM y del PLD y presuntamente superando a Fuerza del Pueblo.

A pesar del resultado del Partido de la Liberación Dominicana, Danilo Medina merece mención de honor. Y lo merece por una razón esencial: en el marco de un proceso de deconstrucción del PLD, Danilo Medina evidenció -materialmente- lo que se decía sobre la posición real del PLD respecto de Fuerza del Pueblo.  Aún con un partido contundentemente afectado por factores internos y externos, funcionarios encarcelados, familiares del presidente Medina procesados, una huida de importantes dirigentes, Danilo Medina pudo nadar hasta un nuevo torneo electoral y reivindicar la narrativa de que el PLD es el segundo mayor partido del sistema. Un ejemplo ilustra bien esta situación: a excepción del PRM, el PLD es el partido que alcanzó el mayor número de alcaldías en municipios cabeceras.

A mi modo de ver, el gran perdedor del proceso es Fuerza del Pueblo. Un pobre desempeño la sitúa por debajo de PRM, PLD, PRSC y JS. Ese resultado, aunado al propio del PLD (que aunque no necesariamente malo para el PLD, sí para Alianza Rescate RD) lanzan un mensaje de alerta para Omar Fernández, un joven político en formación que tomó la valiente decisión de aspirar a senador por el Distrito Nacional y a quien -a propósito de sus aspiraciones- Vinicio Castillo asegura haber advertido sobre los efectos de una alianza con el PLD.

Quise esperar los resultados de estas elecciones para tomarme el atrevimiento de brindar, desde la humildad y al margen de mi afiliación partidaria, un consejo [no pedido] que entiendo inteligente para un político en gestación. El diputado del PLD Gustavo Sánchez se me adelantó y promovió a Omar como candidato vicepresidencial del candidato Abel Martínez. Yo, por el contrario, aconsejo a Omar renunciar a sus aspiraciones a senador y presentarse nueva vez como diputado por la circunscripción 1 del Distrito Nacional, teniendo el objetivo puesto en gestionar ocupar una posición en el bufete directivo de la Cámara de Diputados y/o una posición en el Consejo Nacional de la Magistratura como representante de partido de oposición. Por demás, considerando el método D’Hondt, la aspiración de Omar a diputado podría arrastrar a otro candidato a diputado de Fuerza del Pueblo, lo cual le vendría genial no solo a un partido como ese, sino a cualquier fuerza política. Ello permitiría a Omar continuar trillando, desde un espacio de poder y con paciencia, su trajinar en el territorio y su perfil político-académico, el cual no ha tenido tiempo de pulir.

Si bien es cierto que en política se gana y se pierde y de que hay múltiples ejemplos de grandes perdedores como Mandela, Churchill y Lula, aspirar a senador desde un partido debilitado contra un partido galopante no es la alternativa más inteligente para un político en formación. Lo anterior sobre todo por el efecto de un potencial resultado adverso: de Omar perder la senaduría, su corta y fulgurante carrera política sufriría un importante revés en una etapa muy temprana y lo manda a hacer política desde un local opositor en Gascue. Ello lo excluye de los escenarios de toma de decisión de poder, cosa que no pasa si Omar es diputado con asiento en el bufete directivo y en el CNM, sentándose junto a otros líderes y dirigentes de nivel para toma de decisiones de Estado. En cualquier caso, como candidato a senador o como candidato a diputado, esperamos a Omar en @RadioElectoral.

P.S. No quiero dejar de mencionar las victorias de nuevo cuño de los aspirantes a regidor/a Jorge Feliz (PLD), Rafael Gutiérrez (FP), Giancarlo Vega, Danilo Sánchez, Carmen Reynoso, Juan López, América Muñoz y María Laura Báez (PRM), una joven estudiante de derecho de 20 años que quedó como la regidora más votada.