La verdad es que en el juego geopolítico del mapa mundial hay fichas que se mueven con aplicación del espacio geoestratégico que no podemos con precisión preliminarmente advertir ciertas consecuencias en los conflictos entre naciones.

En el caso de Ucrania, se veía venir la declaración de reconocimiento como repúblicas autónomas, ya autoproclamadas, de Donbas y Lugansk, una vez que ellas hicieron su proclama como tal en un referéndum pasado.

Putin ha declarado que no permitirá la incorporación de Ucrania a la OTAN de ninguna manera, porque no acepta que en sus propias narices fronterizas se estacionen las armas letales y sofisticadas de USA y la OTAN; ese es su reclamo vital y estratégico suyo.

Existen varios documentos y una Doctrina Primakov que prevé la conservación de Rusia de sus áreas de influencia y la propuesta de un mundo multipolar, desde los inicios del año 2000 cuando se produce el desmembramiento de la Unión Soviética; razones que impulsan a Rusia a desencadenar la guerra a Chechenia y Georgia, quedando pendiente Ucrania en su Doctrina de Seguridad Ncional y Cooperación que da origen al COE.

Ucrania es un territorio nación soberana desprendido de la desintegración de la Unión Soviética en el año 1991, cuando la gran nación Federación Rusa no pudo aguantar los reclamos democráticos y de desarrollo económico social que vivía el mundo occidental, conocido al través de la tecnología y el internet manejado por las emergentes generaciones.

Le fue imposible evitar el contagio y colapso de mala forma porque la glasnost y perestroika de M. Gorbachov produjeron la inminente apertura. Se les escaparon varias naciones que ya no querían su influjo: Georgia, Odessa del Sur, Abjasia, Moldavia y Ucrania.  Esta última sale en defensa de su derecho legitimo a ser soberana y propugna por su destino independiente y rechaza que los territorios de Donbass y Luhansk se declaren en efectos autónomos. Acaba de reconocer el gobernante autocrático Vladimir Putin el día 21 de febrero.

El presidente de Zelensky, de Ucrania, respondió el mismo día con cierto aire de fantochería que se defendería a toda costa, pero en realidad no esta preparada para combatir a los rusos de igual a igual, por eso busca su alianza con la OTAN, que le niega Putin. Al tiempo que se cubre bajo la sombrilla poderosa de los estadounidenses, que son sus aliados y amigos en este conflicto. Apoyo militar muy limitado porque Ucrania no pertenece formalmente a la OTAN y esto traba consecuencialmente al presidente Biden para enviar tropas, aunque se vale de otros recursos o utiliza a los aliados de la Unión Europea.

Rusia, este lunes 21 de febrero, luego de reconocer a las Republicas Populares que se proclamaron independientes de Ucrania, ingresó sus tanques y soldados a ambos territorios para apoyar a los separatistas y blandir sus brazos poderosos por encima de los requerimientos de USA y la OTAN.

El foco de la cuestión no es Ucrania, es un pretexto para Rusia no permitir el ingreso a su área de influencia geoestratégica de la OTAN, por eso quiere minar la alianza del gobierno ucraniano con USA.

Mientras tanto, los tratados de Minsk, 2015, de establecer ciertas condiciones acerca de la seguridad en la región para todos, no se han cumplido y Putin muestra ir mucho más allá en su proyecto de una gran Rusia reclamando el dominio de territorios perdidos con el preterido colapso de Unión Soviética, de la cual fue un alto funcionario, incluso el ultimo Secretario General de la temida secreta de la KGB .

Al parecer este gobernante actúa como si estuviéramos una prolongación de la Guerra Fría que se proyecta en el tiempo, tocando de alguna manera con al propio presidente Joe Biden, como observamos en sus reacciones que dan la impresión de combate contra un país comunista. Rusia es administrada en forma autocrática desde hace 20 años desde el Despacho del Kremlin en la Plaza Roja.

El conflicto ucraniano es parte encadenada de una estrategia mayor apuntando al dominio geoestratégico de zonas por parte de los dos grandes polos que disputan no la implantación de los valores democráticos, en el lenguaje estadounidense, ni tampoco en la toma de territorio ucraniano por parte de los prorrusos o separatistas, sino el diseño de una estrategia mas global de los dos imperios. La población de Ucrania sufre las consecuencias, ver destruir sus bienes patrimoniales, pese a que no es ese el objetivo fundamental, tampoco el gasoducto y los ricos minerales, sino la puja por cercar el planeta, uno, y el otro, evitar que el cerco llegue a su entorno geoestratégico: Rusia.

Mi apreciación es que después de tantas escaramuzas,  el lenguaje diplomático y el diálogo entre las partes en disputa llega retrasado. No se ha evitado la guerra, pera las partes están conscientes de que no pueden usar las terribles armas nucleares, con las cuales todos perderíamos. Mientras tanto, hemos visto las alzas exorbitantes de los combustibles, que es apenas el inicio del daño a la economía mundial, como se evidencia en la Republica Dominicana con la gasolina y otros productos e insumos que se importan allende los mares.

Por justicia social y el respeto a las normas internacionales, asociado al derecho internacional público, los países poderosos que emprenden innecesarios conflictos por ambición geoestratégica, por riquezas naturales que median en sus territorios o por conveniencia estratégica de estacionamiento sensible a su poderío, deberían de compensar a nuestras débiles economías sacudidas por las tormentas que ellos desatan en algún rincón del planeta, tal como sucedió al término de la Segunda Guerra Mundial en 1945 con los Acuerdos de Yalta.

En el caso de Dominicana, la economía y el sistema de salud implementados por el Presidente Abinader había recibido reconocimiento y la ponderación positiva por su excelente desempeño  de los países hermanos y además de los organismos internacionales citados en varias publicaciones. Ahora este conflicto provocado por voluntades geopolíticas irrumpió en sus planes, la economía mundial se ha resentido y todavía no se sabe a ciencia cierta donde caeremos con las sanciones económicas aplicadas a Rusia con grave repercusión para la Unión Europea. Rusia invadió militarmente a Ucrania destruyendo cerca de Kiev sitios estratégicos y con 37 soldados ucranianos muertos y cientos de heridos. Tras la guerra abierta en territorio de Ucrania, y asediada la capital Kiev, con sugerencia de negociación tardía de Putin cuando tiene el control del conflicto, aparece en pantalla un presidente Zelensky con rostro arruinado y abatido.