En 1968 Richard Rogers realiza su propuesta de vivienda Zip Up para el concurso House for Today con la que gana el segundo lugar. El objetivo del autor con su propuesta era ofrecer al usuario un producto adaptable a sus necesidades cambiantes, mediante elementos prefabricados (la vivienda podía ampliar y reducir su tamaño, adoptando diferentes formas) y a precios asequibles.
En la propuesta se hacía una aproximación interesante hacia soluciones y sistemas de aprovechamiento energético tanto a nivel activo como pasivo. En ese sentido se incorporaba la generación renovable con eólica.
El nombre Zip-up proviene del uso de un sistema de cubierta y muros fabricados en serie con forma de anillos permitiendo el rápido ensamblaje de paneles sándwich de aluminio con aislamiento térmico, unidos mediante burletes de neopreno formando un volumen rectangular con bordes redondeados, apoyado en pilares de acero regulables, adaptables a cualquier tipo de terreno. Estos paneles contaban con un de aislamiento mayor (hasta siete veces) que una casa convencional, por lo que sería suficiente un calentador de 3 KW para acondicionar la vivienda.
Dado el hecho de no contar con divisiones internas fijas, se planteaba la posibilidad para el usuario de disponer del módulo básico a voluntad, en términos espaciales interiores y ampliar la casa mediante la incorporación de un módulo adicional.
Con la utilización de patas de apoyo con regulación –y no cimientos convencionales- se hace posible “colocar” la casa en cualquier terreno para luego, y también a voluntad del usuario, trasladarla con relativa facilidad a otro emplazamiento. Era un objetivo incluido en la idea, la posibilidad de trasladar el concepto a otras tipologías de edificios como fábricas, oficinas y hoteles.
El concepto Zip-Up fue un poco una especie de luz en el camino, por su versatilidad en cuanto a diseño modular y adaptable. El módulo podía crecer y decrecer, variando, incluso, algo en sus formas gracias, en parte a la sistematización de sus piezas (con catálogo de elementos construidos incluido) muy parecidos a los utilizados en la fabricación de coches.
Richard Rogers utilizó el sistema concebido para la casa Zip-up para construir la casa de sus padres Nino y Dada Rogers, en Wimbledom, Londres, en 1968.
Cabe preguntar: ¿Cuál será el gran obstáculo que impide el tan deseado – por algunos- boom de las construcciones modulares ligeras y prefabricadas?
Esta respuesta puede ser objeto de una serie de artículo que quizás podamos desarrollar.