Ya se cumple un año y tres meses de haberse iniciado la “Operación Militar Especial“ y los tres objetivos perseguidos por Rusia no se han conseguido aun. Es decir: 1- La desnazificación de Ucrania; 2- La integración de lo que es llamada “La Nova Russilla“ o Nueva Rusia y 3- La desmilitarización de Ucrania. Todavía el ejército ruso no ha conseguido ninguna de las tres. Si bien es cierto que los batallones neonazis fueron derrotados en el campo de batalla que culminó con la liberación de Mariúpol, todavía la ideología fascista gravita sobre el ejército proxi de la OTAN y sobre el pueblo ucraniano no prorruso. Aunque gran parte de la Nueva Rusia que comprende todo el territorio del Donbass hasta Odesa, no ha sido tomado completamente y esto, después de un año y tres meses es una decepción para el pueblo ruso.
Cómo es posible que después de tanto alarde sobre la supremacía del ejército y armada rusa sea puesta en cuestionamiento al Ucrania no poder ser vencida en poco tiempo. Estamos hablando de una superpotencia contra un país que es la sexta parte del territorio ruso con armamento anticuado de la era Soviética e infiltrada por miles de agentes rusos (espías) que deben haber ubicado y cartografiado, absolutamente, todos los movimientos ucranianos, depósitos de todo tipo y armamento defensivo y ofensivo sin importar que el ejército ucraniano haya sido sustituído por soldados de la OTAN y Rusia no haya logrado, a esta, altura, la victoria total.
Dice un refrán: “Guerra avisada no mata soldados“. El presidente Putin hizo advertencias y más advertencias al gobierno criminal de Ucrania de que pararan la agresión contra los pueblos del Donbass y empezó a concentrar tropas y equipos en la fronteras Ucrania-Belorrusia y Ucrania -Rusia sin preocuparse por los agentes ucranianos infiltrados en esas fronteras ni preocuparse por la vigilancia de las mismas por los satélites de la OTAN.
Desde antes de la “Operación Militar Especial“, los analistas militares rusos debieron de estar seguros que su ejército iba a terminar enfrentando a la OTAN pero no se prepararon para eso, por el contrario atacaron por varios frentes con un ejército de conscriptos sin tener reserva para mantener el terreno conquistado por lo que cuando los ucranianos se reorganizaron emboscaron a las tropas rusas. Esto, sin contar con que una parte del armamento ofensivo ucraniano había sido sacado de Ucrania. Este fue un error garrafal producto de una subestimación del ejército de Ucrania que era un ejército bien entrenado. Este error le costó a Rusia más de 20 mil muertos en la segunda semana de la guerra cuando tuvieron que retroceder a toda máquina.
Los ejércitos rebeldes de Donetsk y Lugansk, forjados en la lucha le sirvieron de escudos al ejército de conscriptos para mantener los territorios del Donbass. Otro error fue movilizar solo 300 mil reservistas cuando debieron movilizar, mínimo, un millón de soldados con experiencia militar. Rusia, evidentemente, tiene superioridad militar pero no le ha servido de nada pues ni siquiera la totalidad del territorio del Dombas han conquistado.
Cuando empezó la “Operación Militar Especial“, desde las primeras semanas los ciudadanos ucranianos se dividieron en los que querían seguir siendo ucranianos y los que se consideraban rusos y la estrategia implementada por los rusos era de un avance lento para preservar vidas de civiles ucranianos y prorrusos así como minimizar la pérdida de soldados. Pero eso es un error, si Rusia quiere desnazificar y desarmar Ucrania debe realizar una guerra de “tierra arrasada“ bombardeando masivamente la retaguardia de su enemigo y haciendo lo mismo en el frente para avanzar rápidamente como hicieron en la II Guerra Mundial pues tienen mejores y mucho más armas y municiones que en su Gran Guerra Patria.
A menos que esta estrategia no esconda una sorpresa que determine una derrota militar de la OTAN podemos afirmar que Rusia ha perdido la guerra aunque se quede anexionada la región del Donbass. Mientras tanto estamos ante una guerra de desgaste en donde se enfrentan dos tecnologías militares a costa de miles de muertos de ambos bandos.