La presente jornada académica nos invita a reflexionar sobre el compromiso de cada uno de nosotros y nosotras con el fortalecimiento académico, institucional y gerencial de nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). De modo que, además de aportar el mayor número de profesionales cualificados en las diferentes áreas del saber, sigamos siendo, voz y conciencia de la patria. Además de ejemplo de calidad y excelencia para todas las demás instituciones de educación superior y del sector productivo del país.
Para lograr el éxito en esta tarea que tenemos por delante, es indispensable que cada sector que integra la familia universitaria, desde nuestros diferentes roles, asumamos el compromiso genuino de trabajar unidos para concretar las transformaciones internas que lo harán posible. Y que, además, le sigan demostrando al pueblo dominicano que los aportes con los cuales nos sostienen para educar a sus hijos e hijas se usan con pulcritud, en su exclusivo beneficio y bienestar del país.
También es necesario que la labor del personal docente uasdiano, que se entrega con pasión y entusiasmo a la responsabilidad de formar a los futuros profesionales que necesita nuestra nación, se les reconozca debidamente su esfuerzo y se les acompañe en su noble trabajo de transformación y nivelación social, procurando que cada día tengan mejores condiciones de trabajo, mayor calidad de vida, un ambiente laboral adecuado, que les garantice tiempo, herramientas, bibliografías y los recursos necesarios para investigar y con ello seguir produciendo, transmitiendo y creando conocimientos nuevos que resuelvan problemáticas reales y puntuales que afectan al país. Esto, indudablemente, es y será imposible con 40 créditos semanales y hasta 80 estudiantes por secciones.
Dicho esto, y logrados varios aumentos de salario en los últimos años y el anhelado bono del sueldo 14, así como nuevas sedes universitarias en el interior del país, debemos aprovechar las excelentísimas relaciones con el gobierno central y la disponibilidad del presidente Luis Abinader en colaborarnos siempre, para que la Universidad Primada de América, sino el presupuesto que por ley nos corresponde, se nos asigne un presupuesto justo que nos permita cumplir esta necesaria meta. Y, además, que nos aporte los recursos suficientes para capitalizar el Plan de Retiros y Pensiones, así como la ARS-UASD. De este modo, podremos ofrecerle una pensión y jubilación dignas al personal docente y administrativo al momento de retirarse. De igual forma un servicio de salud completo, de amplia cobertura nacional, que les brinde atenciones de primera y les cubra los medicamentos que necesiten.
Es imposible que estas conquistas, una vez obtenidas, no se traduzcan en beneficios reales para la razón de ser de la Universidad Primada de América: nuestros estudiantes, que vienen a las aulas de la institución a cumplir sus sueños de superación personal, intelectual, familiar y social. A estos, podremos garantizarles las secciones y asignaturas que necesitan para terminar a tiempo sus planes de estudios, aulas cómodas y climatizadas, laboratorios equipados y surtidos con todos sus materiales y reactivos. Del mismo modo, bibliotecas especializadas y actualizadas, programas de movilidad y becas internacionales para su mejor formación, servicios de calidad en tiempo oportuno y, por ende, una educación de vanguardia que les garantice una participación de primer orden en el mercado laboral competitivo, tanto dentro como fuera del país.
Esta es la Universidad Primada de América del Siglo XXI que queremos, y que nos comprometemos a construir para beneficio de toda la sociedad, orgullo de cada dominicano y dominicana en cualquier rincón del planeta que se encuentre. Y, sobre todo, que defienda los mejores intereses del pueblo, garantizando una UASD siempre abierta, plural, democrática, participativa e inclusiva, patrimonio cultural y social más importante del país. Y el legado más auténtico de la Guerra Patria Abril del 1965 y del Glorioso Movimiento Renovador del 1966.