El turismo accesible es el que garantiza el acceso y disfrute de las actividades turísticas y de ocio para el mayor número de personas de todas las edades y capacidades. Su puesta en marcha comprende la aplicación de la accesibilidad en toda la experiencia del viaje.
Es innegable la cantidad de beneficios que otorga el turismo accesible a un destino turístico. Además de mejorar considerablemente la calidad de la oferta, incrementa la cuota de mercado, permitiendo incluir, no solamente a los clientes con discapacidad sino, además, a personas mayores de edad.
La accesibilidad, además, refuerza la imagen y la reputación del destino ya que no solo beneficia a los visitantes, sino también a los residentes locales y a la economía del lugar. La accesibilidad puede generar empleos y oportunidades de negocios en sectores relacionados con el turismo, como el transporte, la hostelería y el ocio.
Según el Observatorio de Accesibilidad Universal del Turismo en España, Fundación ONCE, el 73% de las personas con discapacidad que viajan por turismo lo hacen al menos dos veces al año.
Por su parte, el mercado potencial de pasajeros con discapacidad de Estados Unidos, mercado emisor número uno de turistas al país es significativo, y en crecimiento. Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, aproximadamente el 12.8% de la población estadounidense tiene alguna discapacidad, lo que equivale a más de 40 millones de personas. De estos, se estima que aproximadamente el 26% viaja por turismo, lo que representa un mercado potencial de más de 10 millones de turistas con discapacidad.
Además, los turistas con discapacidad tienden a gastar más en viajes que aquellos sin discapacidad. Según una encuesta realizada por la organización Open Doors Organization, los viajeros con discapacidad gastan un promedio de $ 13,600 dólares al año en viajes, en comparación con los turistas sin discapacidad que gastan un promedio de $ 5,600 dólares al año.
Otro factor para tener en cuenta es que el envejecimiento de la población también está aumentando el número de personas con discapacidades en los Estados Unidos. Según las proyecciones del Censo, el número de personas mayores de 65 años en los Estados Unidos aumentará a más de 98 millones para 2060, lo que significa que el mercado potencial de turistas con discapacidad seguirá creciendo en el futuro.
Lamentablemente, en nuestro país es mucho lo que se ha teorizado sobre la necesidad de implementar mejoras en las plantas hoteleras e infraestructuras de los principales polos turísticos. Sin embargo, a la fecha, pocos han avanzado en este aspecto.
Las limitaciones a nivel de accesibilidad inician en los principales aeropuertos, puertas de entrada a nuestro destino, que si bien ofrecen algunos servicios como traslados en sillas de rueda, no podemos decir que han cumplido con todos los requerimientos propios de un destino accesible.
Es necesario que se implementen una serie de acciones que abarcan desde la instalación de señalización podotáctil en puntos críticos como escaleras y ascensores, sillas de apoyo isquiáticos en el área de aduanas, además de parqueos debidamente señalizados. Son necesarios, además, baños accesibles en todas las áreas, incluyendo baños familiares, carros eléctricos y personal identificado para atender a las personas con discapacidad o movilidad reducida.
Para que un destino turístico pueda llamarse un destino accesible, implica un proceso de colaboración multisectorial que permita a las personas con necesidades especiales de acceso en distintas dimensiones, entre ellas las de movilidad, visión, audición y cognición, a funcionar independientemente, con igualdad y dignidad, gracias a una oferta de productos o servicios y entornos diseñados de una manera universal.
Ahora que se está dando inicio a nuevos destinos en el país, como Miches, Bergantín y Pedernales, deberíamos de asegurarnos el tomar las medidas de lugar para que dichos destinos sean planificados 100% accesibles, tal y como lo requieren los nuevos tiempos. De esta manera podrán atraer a un mayor número de turistas, y no sólo aquellos que busquen un destino turístico accesible, si no también aquellos que aprecian los destinos que se preocupan por la inclusión social y la sostenibilidad.
A pesar de que el tema del turismo accesible ya se conoce más en el país y se han intentado desarrollar algunas iniciativas, no han sido abordadas de manera integral y desde los estamentos adecuados según la experiencia de otros países.
Es justo resaltar que la Asociación de Hoteles de la Romana y Bayahibe ha promovido la implementación de mejoras en las instalaciones hoteleras e infraestructuras de la zona convirtiéndose en el único polo turístico del país que ha tomado en serio el tema de la accesibilidad, lo que unido a los esfuerzos que han realizado como destino turístico sostenible, lo llevan a ser el único y mejor destino manejado en aspectos de sostenibilidad.