Desde pequeños se empieza a formarnos con la idea de conseguir de adultos la pareja perfecta, que supuestamente vendría a complementarnos en nuestras deficiencias. Hasta hace algunas décadas esto era muy notorio en la mujer, quien tenía una posición muy dependiente. Cada jovencita soñaba con el príncipe azul que le daría la vida ideal con la que había soñado. Los tiempos han cambiado y la mujer, al igual que el hombre, lucha por desarrollar su propio futuro y no ser simplemente parte del futuro de un hombre.

La soltería te permite mayor libertad, te levantas del lado que quieras en tu cama, requieres menos esfuerzos de adaptación, estás disponible para cualquier aventura, organizas tu casa como quieras, tomas decisiones sin consultar, no perturban tu sueño ni compartes tus pertenencias. Algunos casados viven frustrados por no tener las ventajas de los solteros.

Estudios realizados demuestran que tener una relación de pareja satisfactoria nos hace más saludables mentalmente y contribuye a una vida más feliz. A los casados se les relaciona con vidas más largas, especialmente en hombres. La mujer podría tener mayor interés en casarse, pero para el hombre es más conveniente.

Una pareja podría hacernos mejores, darnos oportunidades de crecer, de conocernos, desarrollarnos, aumenta nuestra capacidad de adaptación, nos incentiva a mejores conductas; funciona normalmente como un espejo, mostrándote lo mejor y peor de ti. Los que no te conocen, pueden creer cualquier cosa de ti, pero tu pareja te conoce y además te ayuda a conocerte.

Las parejas ocasionales o aventuras suponen incentivos sexuales por la novedad y la ventaja de no establecer compromisos, pero, para el desarrollo psicosocial, tener pareja y familia es muy importante. La sana relación de pareja progresa, se hace cada vez más completa, llegando a involucrar niveles más profundos de consciencia. Cualquiera puede formar pareja, pero no muchos logran mantenerla, ya que puedes profundizar con tu pareja hasta el nivel en que te hayas desarrollado mentalmente. Cuando se está perdiendo la libido, el hacer cosas novedosas, extrañas o arriesgadas, puede ser la forma de probar que se conserva el vigor sexual. Quien normalmente conoce mejor la potencia sexual de un hombre es su esposa.

Nos casamos cuando creemos ser adultos, pero siempre llevamos un niño interior que podría no estar en armonía con nuestro yo adulto o con nuestro padre interior. La vida de pareja requiere mucha madurez, porque los niños no pueden tener parejas, sólo ilusiones, y existen niños a cualquier edad.

Normalmente proyectamos nuestros vacíos y miserias en nuestras parejas. Así, lo que nos molesta de ellas se relaciona con nuestros propios defectos. Por eso, muchos divorciados al volverse a casar tienden a encontrar los mismos defectos que tenía su pareja anterior. De igual forma, cuando logras superar algunas diferencias con tu pareja, aunque no te des cuenta, te superas y maduras. También la madurez te dice cuando la relación con tu pareja no es sostenible.

Uno de los errores más frecuentes en las relaciones humanas es confundir tristeza con rabia. Si tu pareja te dice algo que te duele o entristece, y respondes agrediéndola, difícilmente aprenderá que eso te afectó, pero si en cambio le explicas que te hirió, procurará excusarse y evitarlo, de no ser así, ambos necesitan ayuda profesional. Una de las posturas más inmaduras es enojarnos porque nuestra pareja no logra adivinar lo que nos pasa y no queremos decirlo. Los problemas de pareja son predominantemente problemas de comunicación y existen múltiples niveles de comunicación.

Es importante corregir conceptos errados. No eres ni busques una media naranja, tienes que ser una naranja completa y relacionarte con otra naranja completa. La pareja sana, son dos personas maduras, independientes, que saben lo que quieren y que no creen que su felicidad está en las manos del otro. No es correcto decirle a nadie: “te haré feliz”, pero todavía peor es creerlo.

La mujer suele cargar más pesado, porque hace el trabajo más valioso, pero a menudo menos reconocido, permitiendo al hombre más libertad para destacarse laboralmente, quien no siempre tiene la capacidad de agradecerlo. Aunque en las últimas décadas los cambios a este nivel han sido notorios.

Los jóvenes que busquen parejas deben saber que las personas ideales no existen, que no importa lo bien que las busquen, siempre tendrán defectos y que, si no son capaces de aceptarlos, no podrán tener una unión satisfactoria. Si tú, tu familia, amigos y relacionados no son perfectos, ya es hora de dejar de esperar la pareja perfecta. Cuando hablas a los demás de los muchos defectos de la pareja con la que vives, lo que demuestras es tu mal gusto o que te falta valor.

Quien siente lo que sientes, ríe cuando ríes, llora cuando lloras, le agrada estar contigo, tu placer le causa placer, te ama a pesar de conocer tus defectos y es capaz de vibrar en tu misma frecuencia…esa es tu pareja. Te corresponde analizar si tú también eres su pareja.