Si en vez de CONFIANZA, HONESTIDAD Y TRANSPARENCIA usáramos el crecimiento del PIB o la tasa de inflación, daríamos números. También si habláramos del comercio, el turismo o las zonas francas, tendríamos un montón de cifras.

¿PERO CÓMO MIDES LA HONESTIDAD, LA CONFIANZA Y LA TRANSPARENCIA?

Por los hechos, la percepción y uno que otros numeritos. A veces hechos insignificantes tienen un impacto positivo en la conciencia ciudadanas.

Por ejemplo, el presidente Abinader, durante la pandemia, tomó decisiones muy arriesgadas de la que estaba plenamente consciente. Y le salió bien ya que primó en todos los programas de ayudas sociales y en las compras y contrataciones, una TRANSPARENCIA que no era habitual en el país. Y eso lo percibieron todos los ciudadanos.

Durante los primeros meses de la pandemia, bajo el gobierno de Danilo Medina, se suscitaron varios escándalos de corrupción en la compre de medicamentos y en los privilegios otorgados a una línea área privada que ganó millones haciendo viajes pagados por el gobierno. Esa línea aérea era precisamente del candidato presidencial del PLD y eso fue un craso error político.

La independencia del Ministerio Público no se puede medir con números, pero su impacto ha sido tremendo en la opinión publica, mostrando con ello que nadie quedará impune de la corrupción: ¿pero ¿dónde creció la CONFIANZA en Abinader a raíz de esa decisión? En el hecho de que algunos de sus propios colaboradores también fueron afectados, sin que hubiera privilegios especiales para ninguno.

La gente, sin cifras ni gráfico, ha comprendido que en este gobierno prima la HONESTIDAD Y TRANSPARENCIA en el manejo de los recursos públicos. Nada de contratos de grado a grado, ni sobornos o comisiones en las compras y contrataciones. Nada de viajes lujosos, vehículos de alta gama, ni banquetes diarios en los restaurantes.

Ahora todo es más frugal, menos pomposo y hay que competir para ganar por lo que muchas licitaciones se han caído por errores mínimos o sospecha de irregularidades. Además, las empresas que compiten pueden impugnar un concurso público y abierto si entiende que hubo fallas en los procedimientos. Eso ha elevado la CONFIANZA del sector privado y la de los inversionistas extranjero.

Hay excepciones ya que aquellos acostumbrados a pagar sobornos para conseguir una obra o servicio ahora están muy disgustados.

Cuando Abinader dejó en su puesto al Gobernador del Banco Central, tomo una decisión difícil porque varios de sus colaboradores aspiraban a ese cargo.  Y lo hizo dándoles más importancia a la experiencia y buen manejo de la política monetaria. Eso generó mucha CONFIANZA en el sector financiero.

Lo mismo puede decirse de las reformas institucionales. Ningún país alcanza su pleno desarrollo económico si no se sustenta en sólidos fundamentos institucionales, incluyendo la seguridad jurídica. Por ello, no vaciló en presentar en el CND y en una mesa de dialogo, 13 reformas fundamentales que cambiaran el escenario en que se desenvuelve el quehacer público.

¿Pueden esas reformas medirse con cifras? Algunas si y otras no, pero hablamos más de cambios cualitativos que cuantitativos. Y si no hay calidad nada sirve.

En fin, el país se encamina por un nuevo sendero, con un nuevo paradigma de desarrollo basado en la TRANSPARENCIA, HONESTIDAD LA CONFIANZA, libre de corrupción y vagabunderías, que se traducirá en una distribución del ingreso mas equitativa y un mayor bienestar social. La cuestión es seguir adelante y jamás retroceder.