Cuando compramos un libro de un escritor extranjero, siempre buscamos quien es el autor, el tema, el prólogo, el índice, si lo hay, así como la calidad del libro, el tipo de letras, la casa editora, etc. Pero no ponemos atención al traductor, sin embargo, su rol es esencial para que el libro sea un éxito, pues una mala traducción perjudica al autor. El traductor está en estrecho y constante contacto con el autor, y claro, lo busca por amistad, por referencia, por capacidad reconocida.

El traductor amerita algo más que su simple nombre en el libro “Traducido por…” y en letras minúsculas… No hay una pequeña biografía del traductor. No es para darle publicidad, pero tal vez nos gustaría saber de donde es, reconocer sus arduas labores de traducir. Si analizamos el trabajo de un traductor de un román, de una biografía, es inmensurable. Tiene que dominar a la perfección los dos idiomas, ya es el inicio. No es lo mismo dos idiomas latinos, por ejemplo, español – francés que un idioma germánico al hispano. Tiene que conocer las culturas de estos países, para plasmar en un libro si es necesario la equivalencia de las expresiones idiomáticas. Cuando es un libro de 400 páginas, hay que ver el trabajo para traducir este libro para llegar a la perfección. Traducir y revisar, revisar y revisar… Darlo a leer a otros ya que siempre se encuentran errores. Por esa razón, el escritor debería darle un pequeño lugar visible en su libro, siquiera como agradecimiento de su éxito internacional.

La traducción siempre ha existido, con la ayuda de voluminosos diccionarios. Era materia en Francia, hace muchos años, para el bachillerato clásico, había que traducir textos en griego y latino. Los juristas dominicanos aprendían francés a través de la traducción de textos legales, ya que es el mismo sistema jurídico. Consultaban jurisprudencia en francés, y las traducían para poder usarlas en sus escritos de defensa.

La traducción es una profesión apasionante cuando se tiene esta vocación. Es muy variada, pasando de un tema a otro, es una fuente de cultura inagotable. Hay muchos tipos de traducciones: literaria, de divulgación (tipo periodismo), técnica, jurídica, económica, comercial, médico-sanitaria, subtítulos en películas. El traductor tendrá su preferencia y tendrá que ver el alcance de su capacidad. Pues hay que tener un vocabulario especializado en ambos idiomas. Ahora bien, la persona muy sociable se siente aislada ya que pasa muchas horas frente a su computadora. Se necesita mucha concentración, para no equivocarse, brincar líneas y a veces párrafos. Hay que alcanzar la perfección a una velocidad difícil para lograrla. Pues muchos clientes son muy exigentes, y quieren que el traductor traduzca muchas páginas en un tiempo realmente imposible. Los especialistas nos indican que 10 páginas al día es lo máximo que se puede o que se debe hacer, ya que nuestro celebro se cansa. No estamos fotocopiando, hay que dedicarle muchas horas. A veces, las dificultades son tales qué, en un párrafo mal construido, no logramos desenredarlo, y al otro día, con calma nos viene la solución. El traductor tiene que interpretar, analizar, tener profundo conocimiento de la gramática, fidelidad y transparencia y sobre todo ÉTICA.

Para ser un profesional moderno, hemos tenido también que aprender computadora, manejar la impresora, el scanner, ayudarnos rápidamente de las herramientas que nos traen el Internet. Es un real progreso, pues antes, era la máquina de escribir, proceso muy lento, luego una máquina de escribir electrónica, más moderna con una pequeña memoria, con una pantalla de una a tres líneas. Ya era un gran progreso. Luego llegó la computadora, que nos permite realizar trabajos mucho más rápidamente, pero a veces traicionera. Pues el procedimiento es tan fácil, copiar, cortar, corregir, etc.… no grava bien los cambios, o nos equivocamos. Luego, con los idiomas, corrige el idioma que no es, hay que ser muy vigilantes y revisar, aun después de imprimir, para no pasar vergüenza. Hay un tipo de traducción, la traducción asistida CAT para ganar tiempo, pero es una traducción sin sentimiento… ustedes analizaran el porqué.

En conclusión, un escritor, o la casa editora, por reconocimiento y agradecimiento del éxito de su libro a nivel internacional, podría tal vez poner una pequeña biografía del traductor.