Gran desventaja ha marcado la vida de la provincia Pedernales, además de su lejanía y pequeñez poblacional. Es la indiferencia generalizada de su gente ante temas determinantes de su existencia que, como consecuencia, facilita la imposición de agendas de actores externos no coincidentes con los intereses locales.

Tierras raras/bauxita y el proyecto turístico Bucanyé son dos ejemplos presentes. 

Tras la declaración de la Reserva Fiscal Minera Ávila (Decreto 430 del 19 de noviembre de 2018), hay aprestos para seguir explorando en busca de tierras raras, minerales imprescindibles para las nuevas tecnologías de hoy desarrolladas en países desarrollados. El foco está en el mismo entorno donde la minera estadounidense explotó y exportó 40 de las 45 millones de toneladas estimadas en las minas, desde mediados de los años 50 del siglo XX hasta entrados los 80.

En medios de información masiva y corrillos profesionales en la capital, fluyen corrientes de opinión favorables a tal proceso que se ejecutaría en las narices del Proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales y los parques parque nacional Sierra Baoruco y Jaragua, playas Bahía de las Águilas y Cabo Rojo, humedales y hoyo Pelempito. 

Expertos locales y extranjeros, así como academias, han advertido sobre los altísimos riesgos medioambientales, agrícolas y para la salud que conllevaría la explotación de las tierras raras.

No hay, sin embargo, una posición pública del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, ni del ambiental Grupo Jaragua, responsable del comanejo de los parques, ni de la Coalición para la Defensa de las Áreas Protegidas, muy diligentes en sus posturas sobre temas de menos envergadura. Tampoco de organizaciones, ni del liderazgo religioso, político y empresarial de la provincia, ni del regional. 

Con el proyecto turístico Bucanyé, frente a la hermosa playa local del mismo nombre, ha habido ataques feroces sostenidos desde diferentes frentes atrincherados en la urbe, pese a que, con ajustes, expertos han afirmado que es factible, mejor motor de impulso de la economía y mucho menos dañino para el medioambiente que la explotación de las tales yacimientos y otras iniciativas, dada la flexibilidad del área protegida en su probable área de ejecución (categoría V, paisajes terrestre y marino).

En Pedernales, el silencio colectivo ha sido brutalmente ruidoso, salvo excepciones. Es como si no afectara la probable explotación de las minas y el desarrollo del proyecto turístico en cuestión. 

Lo empujan el fanatismo partidario, conflictos de intereses, prejuicios, egocentrismo y la cautela con la opinión para no ser excluido de santuarios de políticos caciques, o la actitud de resguardo ante sectores empresariales que en el futuro podrían ser proveedores de beneficios económicos. 

Si bien son válidos los intereses económicos particulares y hasta entendibles el afán de protagonismo y las prenociones, quienes se sienten social y éticamente responsables jamás los ponen encima del interés colectivo. Y menos si median propiedades públicas, riesgos medioambientales y la salud de la gente. 

El conformismo y la actitud contemplativa, cuando resulta mandatorio ir al frente sin temor, es lo que necesitan los buscadores de recursos naturales para ejecutar la explotación que, sin embargo, según los antecedentes, no implica enriquecimiento de las comunidades como se pregona en discursos de ablandamiento. Y es lo que ha debido entender la sociedad pedernalense.

Otros pueblos presentan similar displicencia; por tanto, su  empobrecimiento y escaso desarrollo humano es igual o peor. Independencia, Baoruco y Elías Piña constituyen una muestra. 

Junto a Pedernales, son los más pobres del país y están en el sudoeste extremo, tres de ellas en la misma frontera. 

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Independencia es muy bajo (0.308); Baoruco, 0.3671; Elías Piña, 0.308, y Pedernales, 0.318. 

De acuerdo al mapa de pobreza de 2010, las provincias mencionadas registraban porcentajes entre 44 y 49. A la vuelta de los años, han involucionado. Ejemplo: los técnicos del Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (Mepyd) que han trabajado en el marco del Proyecto Desarrollo de Turístico de Pedernales manejan un 57% de pobreza.

Es decir, están por el suelo en términos de educación, salud… de bienestar general. 

La realidad es la realidad. Las soluciones gubernamentales, históricamente, se han orientado hacia otras provincias más dadas a reclamar sus derechos aunque carezcan de la importancia electoral que tanto aman los políticos.

Hermanas Mirabal, en el nordeste, por ejemplo, tiene mucho menos riquezas que Pedernales; sin embargo, ha sido menos empobrecida. Y no es sólo por existir en el Cibao. 

Esa provincia, sobre todo su capital Salcedo, tiene historia de organización, proactividad e integración de su gente más allá de las diferencias políticas y hasta empresariales. Pese a los pesares, en coyunturas especiales, ha sabido unirse. 

Buen espejo para mirarnos. Y hay otros.