-Porque: “Las verdaderas batallas se libran en el interior”

-No cedas, no bajes el tono, no trates de hacerlo lógico. Mejor, sigue sin piedad tus obsesiones más intensas. Kafka.

Estamos en plena campaña, es decir, el tiempo donde se escuchan todo tipo de cosas, con el único fin de hacerse con alguna parte del pastel que representa el Estado. Y esto es así, sin que aparezca duda alguna. Todas las promesas para todos aquellos que tengan algún deseo o aspiración de obtener algo del erario se escuchan, y lo hacen como si poseyesen algo parecido a la lámpara de Aladino, que con una pequeña frotada, se harán realidad los deseos para complacer a todos.

Pero, por igual, se escuchan toda clase de denuncias y juicios de valor sobre hechos ocurridos, donde, lo increíble es, que muchos que han realizado hechos muy cuestionables en su desempeño, principalmente en puestos electivos, son los que más elevan su voz, constituyendo esto, todo un descaro, donde su mente sufre lapsus que los hacen olvidar sus hechos, ya que, solo ven las diferentes situaciones a través de un embudo, y,  su pensamiento, no es otro que volver, pero,  para hacer lo mismo, es decir, clientelismos absurdos y abusivos y el uso irracional del Erario.

Bastaría con tirarle una miradita a lo que cuesta obtener una nominación para cualquier posición electiva y luego, el gran gasto en clientelismo que conlleva promocional la misma, es toda una absurdidad que nos lleva a cuestionar; ¿de qué manera recuperan los tantos millones invertidos? Y es que, en la misma medida que han crecido esas “inversiones”, de igual manera se han ido prostituyendo los “elegidos”, donde energúmenos; riferos; lavadores y dealers, beben de la misma fuente, blanqueando fortunas que, en su gran mayoría, provienen del narcotráfico.

Es debido a la degradación de los proponentes para legislar o administrar fondos públicos, que nos encontramos con verdaderos energúmenos, cuya capacidad cognitiva no les da, siquiera, para elaborar un proyecto de ley, si es que nos referimos a los que aspiran a ser “honorables”. Notorio es observar la cantidad de asesores que emplean a fin de buscar en otros lares, leyes, reglamentos u ordenanzas, para con un ligero lavado de cara, presentarlas como producto de sus capacidades, ya que es notorio que, cualquier asunto que signifique una dificultad mayor a abandonar el lenguaje del tigueraje, está por encima del nivel intelectual o cultural de la gran mayoría de los llamados políticos profesionales.

La propaganda y publicidad que se está desarrollando para venderse como el mejor producto, dentro de una increíble gama de aspirantes a puestos políticos, nos da a entender hasta donde han llegado determinadas acciones de los políticos, los cuales a estas alturas han dividido al país de tal manera, que de continuar por el  mismo camino, tendremos “representantes” por cuadras y donde quiera que exista algún grupo de personas, nos encontraremos con un Alcalde, su palacio y sus adláteres, sin dejar fuera, que de igual manera, crecerán los “honorables”. Todo esto, a expensa de quienes no tienen como profesión, la política.

Y, lo más importante, es que, sin analizar mucho, la inmensa mayoría de los aspirantes, exhiben una increíble capacidad económica que, de existir algún órgano que en realidad determinara esta procedencia, serian incontables los que inaugurarían la Nueva Victoria. Pero, estamos en campaña y la gran pregunta es; ¿Cómo podremos protegernos de las acciones delincuenciales de determinados aspirantes? ¿Cómo podremos salir de la gran muralla construida por estos con el famoso Código y su diarrea de garantismos? Y, en base a eso; ¿Cómo podremos sacar de los medios del Estado a todos esos que una vez llegan hacen todo lo contrario a lo que hoy nos prometen, sin que el “garantismo” lo convierta en algo imposible? Bueno, o buscamos la manera de hacerlo o nos j…emos todos. ¡Sí señor!