El objeto de la educación en el marco de una sociedad de nativos digitales sigue siendo la misma que definieron sus precursores en el sentido de que para Piaget, educación es la preparación intelectual del individuo para saber aprender para aprender las dimensiones de adaptación, asimilación y acomodación dentro de un proceso de cambio; para Vygotsky es un medio útil para impulsar el desarrollo de la sociedad; para Freire, es un proceso de prueba, error y transformación orientada hacia la libertad del ser humano; y cierro con Durkheim cuando señaló que la educación es compartir las diferentes competencias de los ciudadanos dentro de un mismo hábitat dominado por una cultura común.
Por lo que resulta lógico entender que el objeto de la educación en el marco de cualquier sociedad de nativos o de migrantes digitales es condensado en una imagen o modelo de diseño instruccional que sirve como eje central de agradabilidad centrifuga encauzando la gestión para la transportación y ejecución del material didáctico por parte del maestro hacia estudiantado. Por eso la importancia de que el conocimiento que se produce en las aulas u otros vínculos relacionados a su entorno se convierte en el catalizador de transformación. De allí, la incorporación de los recursos tecnológicos en el proceso de enseñanza / aprendizaje de quien para Clark (1983) es de utilidad; para Gavriel Solomon (1979) es de imprescindibilidad; y, para Paulo Freire, [educación] es materialismo reflexivo que persigue el desarrollo del otro.
En tanto, es preciso insistir que el aprendizaje es el mayor desafío del ser humano por su aspecto esencialmente racional de los cuales se convierte oportunamente en el catalizador que impulsa las capacidades del individuo para el discernimiento, la crítica y ponderación a través del intelecto. Por igual ocurre con el señalamiento de Abraham Maslow cuando dijo que dicha realización se da por el interés según el nivel de necesidad, objetivación y de las competencias intrínsecas del estudiante de los cuales es el punto de partida para facilitarle el aprendizaje. De esa manera, el estudiante requiere de un buen diseño instruccional que define la ruta y la orientación al maestro para la coadyuvancia en el proceso de enseñanza colocándolo idóneamente en cada parada del silabo y, a su vez, alcanzar eficientemente los objetivos de aprendizaje específicos.
Para ello cabe destacar que a partir de la propuesta construida por el psicólogo David Ausubel con la teoría del aprendizaje significativo, el maestro crea la ruta de desarrollo donde el estudiante sería capaz de entrar en contacto con las cosas que va descubriendo y razonando en el camino, proporcionándole, por su parte, niveles más altos de motivación al punto de que dicho fenómeno disruptivo y emprendedor unidos triangularmente entre el maestro, el estudiante y el proyecto se construya una aventura experiencial de utilidad bidireccional.
Algo semejante ocurre con la aplicabilidad de las nuevas tecnologías que están radicalmente modificando el ecosistema educacional en el universo con ¨credenciales digitales, espacio de trabajo inteligente, cómputo afectivo con inteligencia artificial, espacios de trabajo inmersivos e interactivos y realidad virtual colaborativa, por una parte; y, por la otra, el uso de Whiteboards, Ebook, Tablets, Smartphone, TV, Internet, etcétera. (Burgueño, et. al., 1999).
Como se afirmara luego según la teoría del aprendizaje de Piaget: ¨el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción que el ser humano elabora con esquemas que ya posee y lo que genera en su interacción con el medio que lo rodea¨. Mientras que Richard E. Clark (1994) de hecho adjudicó las características de tecnología instruccional como una fuente de costo y fácil desempeño de usabilidad, pero nunca con el propósito de unidad independiente de inteligencia dirigida.
En función de lo planteado más arriba y como instancia final dentro de este marco se observa lo siguiente: Tecnología Educativa no es por sí sola una fuente troncal para atiborrar el desarrollo creativo e innovador en el alumno y de un proceso experiencial, su aplicabilidad es de subsistencia; en efecto, nunca desplazaría el diseño instruccional. En resumidas cuentas lo que esto significa es que aun cuando perfilado bien por un fondo la teoría instrumentalista, (TE) no es un recurso auxiliar en el salón de enseñanza; sino, un proveedor del aprendizaje,