Cuando uno se sienta a observar el discurrir de los acontecimientos políticos y sociales de este país (me refiero a los Estados Unidos donde resido) tengo que acordarme de Tres Patines quien en su estelar programa La Tremenda Corte, cuando este quería confundir al señor juez, le decía que lo que había ocurrido “se cuenta y no se cree” …Y es que efectivamente todas las disparatadas y situaciones bizarras que aquí acontecen se cuentan y es posible que no se crean. Y es que nos encontramos en una de esas situaciones cuando en estos momentos se discute en el país más poderoso del mundo si el resultado electoral está en manos de una popular cantante pop, Taylor Swift.
Resulta que la popular estrella a quien no tengo el gusto de conocer; posee una fama que se ha disparado a nivel estratosférico. En el 2023 la revista Time le otorgo el título de Personaje del Año confirmando así su estatura mundial como figura pop. A tal punto que en sus distintas intervenciones ya notamos como las palabras que utiliza son bien estudiadas para ser incluidas en sus declaraciones públicas. Ha sido objeto de espionaje, sus gestos, vestuario se imitan; pero cuidándose siempre de no enajenar a ningún segmento de su amplia base de apoyo por cualquier comentario de carácter social o político que pueda emitir.
Aun así, en ocasiones la hemos visto dar su opinión como fue el caso en el 2018 cuando quizá de manera tímida empezó a expresarse en defensa de las minorías raciales y sexuales en su estado natal de Tennessee. También en el 2020 expreso su apoyo a las candidaturas Biden-Harris y en donde dijo que “Bajo su liderazgo, creo que América tendrá el chance de empezar el proceso curativo que necesita desesperadamente”. También en el 2022 reacciono fuertemente a la decisión por parte de la Suprema Corte estadounidense de eliminar el aborto como un derecho constitucional. “Estoy absolutamente aterrorizada al percatarme de donde estamos” escribió en su cuenta de Twitter que en ese entonces contaba ya con 94.9 millones de seguidores.
En la actualidad, en medio de una muy reñida contienda electoral caracterizada con megaespectáculos en donde se invierten miles de millones de dólares y en donde artistas como Swift son más talentosos que los políticos de turno al movilizar sus fans o seguidores a cantar, motivar, bailar, ofrecer espectáculo, inspirar, convencer y emitir criterios o mensajes.
En su caso, las estadísticas indican que dentro del universo de sus seguidores, un 55% es demócrata, las tres cuartas partes blancos/as moradores de los suburbios en donde efectivamente habrá de decidirse las elecciones de acuerdo con los resultados de la encuestadora Morning Consult Poll en su estudio dado a conocer en marzo del 2023.
La popular artista inclusive llamo en su cuenta de Instagram (ya con 280 millones de seguidores) el pasado mes de septiembre del 2023 a inscribirse a votar, lo que se tradujo de inmediato en 35,000 nuevos jóvenes a inscribirse. Su romance con la también estrella de los Kansas City Chiefs Travis Kelce, el hecho de que ambos el pasado 28 de enero caminaran juntos en el estadio de Maryland frente a las cámaras produjo un frenesí entre sus seguidores quienes pudieron observar en tiempo real a la pareja besándose.
De ahí que en las últimas semanas estallara en las redes diversas cábalas, teorías conspirativas según las cuales Swift estaba siendo utilizada como una especie de arma secreta en manos de los demócratas y en contra de Trump en un siniestro complot financiado por George Soros, el estado profundo y patatín y patatán… Stephen Miller, el siniestro asesor de Trump quien el lector quizás recuerde sugirió atacar los migrantes irregulares en la frontera con drones; escribió en su cuenta X “Lo que está pasando con Taylor Swift no es orgánico”… Otro comentarista de noticias Fox indico si Taylor Swift no era un arma dentro del repertorio a utilizar por el Pentágono el pasado 9 de enero.
La avalancha de cábalas en cuanto a la joven estrella también sugirió que durante el popular juego del supertazon, Swift habría públicamente de apoyar al presidente Biden en su búsqueda por la reelección. Les recuerdo al lector que en la actualidad el presidente Biden ha enfurecido a vastos sectores dentro del partido demócrata por su apoyo incondicional hacia Israel en lo que a todas luces es ya un genocidio en Gaza. El miedo a un castigo que se habrá de evidenciar en la abstención de grandes segmentos poblacionales dentro del partido demócrata aun continua, por lo cual dicho gesto por parte de la artista pop hubiese dado un gran espaldarazo al tambaleante Biden en la actualidad.
El nerviosismo también alcanzo a Trump quien en un comunicado indico que fue el quien promulgo una ley que beneficio a Swift y otros artistas. “No hay manera de que ella pueda endosar al demente Joe Biden…Y ser desleal al hombre que hizo que (ella) ganara tanto dinero. Además de eso, me cae bien su novio, Travis, aunque pueda que sea un liberal y probablemente no me aguanta”.
pensaría uno que ante el cumulo de retos inaplazables que enfrenta Norteamérica: una deuda externa de 34 mil millones de dólares, el galopante incremento de las tarifas médicas, una población envejeciente y un sistema tributario que no capta suficientes entradas para solventar los crecientes gastos corrientes. La retórica de odio que hoy se escucha en candidatos como Trump quien describe a los inmigrantes como individuos que “envenenan la sangre” frase quizás tomada de Mi Lucha, escrito por Hitler. La crisis en Europa por la guerra entre Ucrania y Rusia, la guerra además en el Medio Oriente por el genocidio perpetrado por Israel en los territorios ocupados, el problema del fentanilo, los tiroteos masivos, y en fin, los demás temas que deberían preocupar y ser motivo de intensos debates entre los candidatos y el electorado; en vez, nos encontramos en medio del bullicio, algarabía y espectáculo de luces que lo único que me hace pensar es de nuevo en Tres Patines ya que uno viendo todo esto, “se cuenta y no se cree.”