Una corte del estado de Texas dictaminó como inconstitucional el Programa de Acción Diferida Para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en Ingles). Los dreamers, como se les conoce, son este grupo de migrantes que arribaron a los Estados Unidos siendo aun niños, pero carecen de documentos legales que los avale como residentes permanentes en los EE. UU.  El programa, se recordará, fue establecido en el 2012 durante la administración del entonces presidente Barack Obama. El mismo, concedía una gracia a este conjunto de personas (alrededor de 650,000, se estima que dominicanos hay 12,000 jóvenes dreamers) lo cual les permitía vivir y trabajar en Norteamérica. Lamentablemente, el mismo fue tomado como munición para los ataques emprendidos desde su campaña electoral por el también expresidente Donald Trump aun antes de asumir la presidencia en el 2016.

DACA ha sido objeto de una ofensiva legal desde el 2017 cuando Trump lo interrumpió de manera “arbitraria y caprichosa” según lo considero el mismo John Roberts, Juez de la Suprema Corte de Justicia en su memorándum a este respecto en el 2020. El lector también recordara que hace precisamente un año; (octubre 2022); el programa una vez más volvió a ser declarado ilegal lo cual, en efecto impedía cobertura a miles de jóvenes en las mismas condiciones que optaran por dicha protección.

Ni corto ni perezoso, el exmandatario Trump volvió arremeter en contra de los dreamers el pasado miércoles 13 de septiembre indicando que, de llegar a ser elegido nuevamente al solio presidencial, habrá de transferir recursos presupuestales de las agencias federales, y dispondría de miles de tropas en el extranjero para apostarlas en la frontera Sur con México. Otro tanto dijo en Iowa, donde prometió restablecer la prohibición de ingreso a los EE. UU. a varios ciudadanos de países árabes. En una de sus habituales andanadas donde excretaba un odio misantrópico y hasta nihilista; acusó a la actual administración Biden de propulsar la “invasión”. “Dejare claro que debemos utilizar todos los recursos necesarios para detener la invasión, incluido el traslado de miles de tropas actualmente estacionadas el extranjero”.

De igual manera, Ron DeSantis, en entrevista con Nora O’Donnell de CBS, afirmó recientemente que de ser elegido también enviaría el ejercito a la frontera, y autorizaría el uso de la fuerza letal en contra de los miembros de los carteles de la droga. Aunque con 40 puntos por debajo de Trump, los mismos visos xenófobos, racistas y antiinmigrantes se advierten en DeSantis.

De hecho, DeSantis gobierna la Florida bajo una cosmovisión política fundamentada esencialmente en el miedo. Para miles de inmigrantes que hoy residen en el estado sureño de manera ilegal, el miedo cotidiano es hoy por hoy el pan nuestro de cada día.  No pueden manejar, si salen de sus hogares es para lo esencial.  Ya no frecuentan tan a menudo los supermercados, los parques, o áreas públicas. Miles inclusive ya no llevan a sus hijos a las escuelas y evitan a toda costa visitar a los médicos.

La nueva ley de inmigración firmada por DeSantis el pasado mes de mayo ha desarticulado todo el esquema de vida de los miles de indocumentados en la Florida.  La misma criminaliza el trasporte de inmigrantes sin estatus legal permanente, invalida todo tipo de documentación que no sea las emitidas por el gobierno federal. Los pacientes tendrán que revelar su estatus legal al procurar servicios médicos y las empresas con más de 25 empleados tendrán que verificar el estatus legal de sus trabajadores entre otros.

Políticas de marcado tinte racial, promulgadas única y exclusivamente para atraer el voto de la reacción conservadora, xenófoba, antiinmigrante.  Estos aprestos debieran mover de inmediato a nuestras autoridades migratorias al través de la Secretaria de Relaciones Exteriores y los diversos consulados generales de nuestro país aquí en los EEUU, de modo que los compatriotas cuenten con información actualizada y asesoría legal para los miles de jóvenes dominicanos y de otras nacionalidades que una vez mas se encuentran en el limbo.

Aprovechar el estado vulnerable de 650,000 jóvenes con fines electoreros, es execrable a todas luces. Estos jóvenes ya están aquí, conocen el idioma, están integrados cabalmente a la sociedad norteamericana y merecen la oportunidad de ser atendidos de inmediato en cuanto a su deseo de obtener su documentación legal estadounidense.  Ojalá pues que nuestras autoridades electas en RD no decidan quedarse de brazos cruzados ante este panorama que afecta hoy a miles de conciudadanos en los Estados Unidos, y que de inmediato se destinen los fondos necesarios para abrir oficinas de asesoría legal, defensa e información precisa para nuestros compatriotas, y que en unión posiblemente con otros consulados y profesionales del derecho hispanos, se pueda ayudar a nuestros connacionales, hoy victima una vez más de las anti políticas que hoy por hoy enarbola la reacción aunque sea a costa de truncar los sueños de miles de nuestros jóvenes.