En estos días se ha estado hablando mucho de los altos sueldos de los funcionarios del gobierno. Muchos ya lo habían encontrado apetitosos, pero la ambición es tan grande que no la pudieron saciar con el dinero asignado.

 

Se ha comentado de los aumentos que se han hecho muchos. Se dice que hay una ley, un decreto, una orden, ¡Qué se yo! que prohíbe el aumento de los sueldos a partir de X fecha, pero los muy vivos han aprovechado antes de esa fecha para no tener que echar pa’trá.

 

Hace poco, uno de los periódicos nacionales hizo una relación de los sueldos antes y ahora de muchos funcionarios. ¡Qué vergüenza! En medio del alza en el coste de la canasta familiar, en que los sueldos no alcanzan, los ávidos de dinero se han dado cuenta de que con lo que recibían no podían comprar lo que necesitaban. Pero no los ingredientes de la “bandera dominicana”, yo pienso que mínimo deben de comer langostas, caviar, quesos franceses acompañados de los vinos más selectos de las bodegas francesas, italianas, españolas, californianas, etc.

 

La mayoría de los actuales funcionarios, bueno, los que no son empresarios y que han escalado por el puesto, apenas conocían ciertos restaurantes, pero ahora los gastos de representación les permite acudir a los más “in”, que por supuesto son los más caros.

 

Da pena ver a los choferes en las jeepetas o carros de lujo, durmiendo con un palillo en la boca esperando que esos nuevos “ricos o agentaos” se den tremenda jartura y salgan con el pechito inflado, pavoneándose a ver si alguien los ve y los saluda.

 

Somos un paisito, ni siquiera ocupamos una isla entera, apenas la mitad, pero poseemos más congresistas, más diplomáticos, más viceministros y más de todo, que los países grandes, (eso no me lo crean a mí porque solo me entero por la prensa) y yo creo en los datos estableciendo comparaciones con los demás países.

 

Los que nunca han viajado más allá de Puerto Rico o Nueva York, han conocido Europa, América del Sur y hasta Asia, porque se inventan congresos, observaciones de sistemas y cuantas cosas se les ocurra para poder conocer y montar avión en primera clase, además de recibir una jugosa dieta.

 

La corrupción es tan grande, que hasta para discutir un proyecto de ley y tener la mente clara es necesario pasarse un fin de semana en un hotel de lujo, al que nunca habían podido asistir. Pienso que si solicitan a Manresa Loyola o Manresa Altagracia en donde tienen salones, silencio y comida, modesta sí, y cuartos pequeños con abanico, si en verdad quieren trabajar y ser austeros con el dinero que no es de ellos, pueden hacerlo. Pero no, es muy bueno estar en un resort sin pagar un chele.

 

El pueblo quiso un cambio, de estilo, de forma, de manejar el dinero de todos, no de personas y seguir en lo mismo y “má pa’llá”, recibiendo sueldos de lujo y aprovechando el puesto para enriquecerse.

 

El señor presidente tiene la gran oportunidad dentro de diez días de seguir reestructurando su gabinete, y revisar desde los cargos altos, hasta los funcionarios medios que muchos ni siquiera asisten a sus trabajos, sino que tienen a un representante o asistente que se ocupe de cumplir con la labor asignada, pero disfrutan de un sueldo que de verdad no se lo ganan, ni lo merecen.

 

Sería interesante que a los funcionarios que sean removidos de sus puestos no se les asigne otra función, porque si metieron la pata en una, la seguirán metiendo y no es posible que sean premiados con un cargo, sin funciones, pero con un sueldo de lujo.