En varias intervenciones sobre el proyecto de desarrollo turístico de Pedernales y la Región Enriquillo, el Presidente Luis Abinader y el viceministro de Turismo Carlos Peguero, han explicado que se trata de un desarrollo que asume los principios del turismo sostenible para “armonizar los objetivos de desarrollo económico y sociocultural del turismo con la necesidad de proteger el capital natural” y cultural.
Se pretende que el turismo, importante fuente de riqueza, también genere equidad y cree para la región más empobrecida del país, a partir del Proyecto Turístico Cabo Rojo, “un negocio económicamente rentable y viable, pero también un vehículo de desarrollo social, un medio de protección de los modos de vida de las comunidades y un instrumento para la conservación del medio ambiente, la biodiversidad, los paisajes, los ecosistemas y los recursos naturales del país”.
Se puede resumir en una frase: un desarrollo turístico que aporte rentabilidad económica y desarrollo social. Un enfoque con gran sentido de equidad, asumiendo el Estado su rol de nivelador social ya que mientras a escala nacional los hogares de nivel económico bajo y muy bajo suman el 36%, en la frontera son el 65%, y los que no tienen acceso al agua el 63% y en todo el país el 46%. Los hogares con ingresos bajos y muy bajos en Pedernales suman el 71%; en Bahoruco 74%, en Independencia 72%. En Bahoruco 74% no tienen acceso a servicio de agua potable, en Independencia el 72% y en Pedernales 71%.
Esta visión para la Región Enriquillo, que tiene por primera vez oportunidad en las instituciones del Estado, principalmente en la Presidencia de la República, fortalece la positiva percepción internacional de nuestro turismo y nos conecta como país con los postulados sobre desarrollo turístico sustentable, promovidos por las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial del Turismo (OMT) el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y las demás organizaciones satélites.
Estas entidades consideran que: Las directrices para el desarrollo sostenible del turismo y las prácticas de gestión sostenible se aplican a todas las formas de turismo en todos los tipos de destinos, incluidos el turismo de masas y los diversos segmentos turísticos. Los principios de sostenibilidad se refieren a los aspectos medioambiental, económico y sociocultural del desarrollo turístico, habiéndose establecer un equilibrio adecuado entre esas tres dimensiones para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Dicen que por lo tanto: el turismo sostenible debe: 1) Dar un uso óptimo a los recursos medioambientales, que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica. 2) Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales y arquitectónicos y sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y la tolerancia intercultural. 3) Asegurar unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes, unos beneficios socio-económicos bien distribuidos, entre los que se cuenten oportunidades de empleo estable y de obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.
Hace 5 décadas al entrar en vigencia la primera ley de incentivos turísticos nada de esto era relevante. Hoy, sin embargo, la sostenibilidad con sus componentes, social, cultural y medioambiental, es una exigencia del mercado. La última encuesta internacional encontró que es un tema importante para más del 70% de los posibles turistas.