Desde pequeña recibí de mi madre una formación de carácter muy original. Mami nos inculcaba a mi hermana Cristina y a mí que éramos como Indhira Ghandi y Golda Meir, las primeras mujeres jefas de Estado en el Siglo XX elegidas democráticamente y cuyo liderazgo, fuerza y legado aún no han sido superados. Mientras nos hablaba de estas mujeres principales, mami nos dedicaba su cariño y sus fuerzas para que tuviéramos un hogar estable, seguro y con afecto.

El Sari Rojo, escrito por Javier Moro, nos cuenta la trayectoria de Sonia, una mujer del Veneto italiano, su matrimonio con el hijo de Indhira Ghandi, Rajiv. Un amor a primera vista, de novela lleno de belleza y tragedia, que va hilando lenta e incesantemente como el simbólico algodón de la India en una rueca igual que el escudo de la bandera india.  Una vida que conduce a un destino fatal, como una tragedia griega.

El libro relata su relación afectuosa, de admiración y respeto con la primera ministra india Indhira Ghandi, su suegra, así como la asimilación progresiva del legado de la familia Nheru-Ghandi (el Ghandi viene del marido de Indhira y no se relaciona con el Mahatma), de la cultura india, un legado familiar imbricado en la creación de la India independiente y republicana.

Esta italiana del Veneto, con familia y aspiraciones de clase media, de crianza estricta y muy católica, entra por amor a pertenecer a la dinastía de mayor peso histórico y de más poder de la India, un país totalmente distinto al de su nacimiento, cambiado su vida para siempre.

La riqueza cultural, diversidad y complejidad de India vista desde la perspectiva occidental es magistralmente retratada por Javier Moro en esta historia novelada, cuyo título refiere al sari rojo tejido por el padre de Indhira, Jawaharlal Nehru (amigo y correligionario de Mahatma Ghandi) mientras estuvo preso por su lucha para la independencia de India, une a la familia; lo regaló a su hija Indhira para su boda con Feroze Ghandi (no relacionado familiarmente al Mahatma), y que ésta a su vez cedió a su nuera Sonia en su, y ésta a su hija.  El título nos anuncia una novela sobre una familia indisoluble y fatalmente unida a la historia de la India.

Indhira Ghandi es una poderosa presencia en la novela, es descrita por Moro como una mujer llena de contradicciones, con un profundo amor por su familia y por su país, ambiciosa, política experimentada, consciente de su legado familiar.  En contraste, dibuja a Sonia desde un lugar de cuidadora, facilitadora, pero también una conciencia silenciosa, sensata de la familia Ghandi, especialmente lo que se refería a la política de la cual siempre trató de mantenerse alejada.

El Sari Rojo presenta a una Sonia que siempre mantuvo su rol conciliador, cuidador, unificador, pero llena de añoranza por la vida sencilla fuera de la política, tal era que le permitía caminar hasta un vendedor de helados ambulante cerca de su casa en Nueva Dheli, de la mano de Rajiv.  No habría más helados cuando la vida, y ese coro incesante del pueblo, cual tragedia griega condujo a que su esposo Rajid se convirtiera en primer ministro de India.  Rajid terminaría asesinado al igual que su madre por razones político-religiosas.

El relato nos sumerge en la vida diaria del hogar de los Ghandi, con el contraste de aromas de la cocina italiana y la india, siempre preparadas por Sonia.

Moro destaca el rol de ama de casa discreta de Sonia, su desinterés por el protagonismo, su maternidad, su amor indiscutido a su esposo, a su suegra y a India, su patria por adopción, por oposición a la otra nuera de Indhira, la esposa de Sanjai.

Al tiempo que recorremos los pasillos y jardines de las distintas residencias que ocupó la familia Ghandi con Indhira como matriarca indiscutida, con toda la familia a su alrededor, los agentes de “seguridad” y toda la ironía de ello, la cercanía de la gente, la llegada de los hijos de Sonia. Moro nos coloca en primera fila para una historia desgarradora de dolor, poder, violencia, política, corrupción y sobre la descarnada naturaleza humana.

El Sari Rojo trata también sobre ese lugar fuera de los reflectores, ocupado por tantas mujeres que como Sonia han encontrado su felicidad y su paz dándose a su familia, cuidándoles, alimentándoles, y cómo ese rol también es ponderado por la sociedad.  Un lugar que parecía estar entrenando a Sonia para lo que sería el papel de su vida, aprendió de su suegra y de su marido cómo era la política y la realidad en la India.

La dedicación, el amor, y la honestidad de Sonia Ghandi hacia su familia y hacia los más desposeídos de su patria adoptiva, le granjearon tal confianza del partido de su familia política, el histórico National Congress, que la encontraron merecedora de todo el poder de India, como primer ministro, posición que rechaza para aceptar sólo el ser presidente del partido.  Este inesperado y original movimiento, la convirtieron en la persona mas poderosa de India, con una impronta ética y moral.

El Sari Rojo nos relata en modo entrañable sobre el destino improbable de esta mujer que dedicó su vida a dar seguridad, estabilidad y cariño a su familia, y cuya mayor realización, como la mi madre, era observar y sentir a la familia disfrutar una nueva receta en el almuerzo familiar.  Una vida contiene más verdad que mil discursos.