“Casi siempre soy de los últimos en llegar a la sala de profesores, incluso mucho después de que haya sonado el timbre de entrada. La sala pintada en verde oliva (el color de las escuelas de los hospitales y de las comisarías) es pobretona y desoladora. En la mesa alargada, casi el único mueble e la estancia, el mantel rojo, está desgastado por todos los codos que se han apoyado sobre él. En la sala suele haber algún profesor, sentado a la mesa, con el cuaderno de notas abierto, corrigiendo algo con tinta azul. Ni siquiera levanta los ojos para ver quién ha entrado. El profesor de Dibujo. La profesora de Latín. La profesora de Física. Una especie de bruma melancólica flota en la habitación, sobre todo en las mañanas de invierno, cuando todavía no ha amanecido y nieva en las ventanas de marcos desconchados. Estás en un sueño, pero ¿quién lo está soñando?”

Mircea Cǎrtǎrescu: Solenoide (versión española en Ed. Impedimenta, Madrid, 2018 (2022), pp. 55

 

La aparición de Solenoide en español abrió una compuerta escrituraria retadora para todo lector deseante de memorias y testimonios críticos, políticos, literarios y monstruosos sobre lo real. Su autor  Mircea Cărtărescu de origen rumano ha dado a la estampa un sueño que arropa al lector por su consistencia onirocéntrica. (“La literatura es teratología”, dice Cǎrtǎrescu en su libro Nostalgia (2022). Solenoide no es solo novela, relato intenso,  diario íntimo o ensayo. Dicho libro es todo esto a la vez. Pero sobre todo espacio topológico y matemático abstracto, aparato físico y polo magnético, polilogos, texto-raíz, esto es, lo que sería una “atractor semiótico” de amplia significación textual para soñar, tal y como lo pone de manifiesto el personaje-autor a todo lo largo de esta obra.

 

Como ya se ha dicho muchas veces, Mircea Cărtărescu nació en Bucarest, Rumanía en 1956, con un talento de poeta, narrador, ensayista y testimonialista muy particular. Estudió desde muy joven en una Escuela General y en un liceo (Liceu) de Bucarest para luego graduarse en la Universidad de Bucarest, Facultad de Letras, y ser, luego de obtener su diploma, destinado a impartir docencia en modo obligatorio en una Escuela general de aquel tiempo sobrellevando un oficio que para él era un yugo dictatorial poco soportable para su mentalidad de joven intelectual, inconforme y rebelde en contra de aquel “socialismo real”.

 

Sin embargo, el soñador, escritor y sujeto resistente que encontramos en Solenoide (y también en Lulu (2020), El ojo castaño de nuestro amor (2016 (2022), El ala izquierda (2018, Cegador, 1), El cuerpo, Cegador, 2 (2020) y El ala derecha, Cegador, 3 (2022), entre otros libros sobresale  en toda su obra, conocida o por conocer en español hasta el momento, una poética del resistir y de la resistencia que podemos percibir cuando entramos al planeta,  Solenoide. La descarga verbal y sentiente de una texto denso, expresivo y potente de lenguaje hace del mismo un libro para ver, leer, escuchar y decir sus huellas e imágenes. Tanto el autor como el personaje y profesor constituyen el testigo histórico y metahistórico realista (y oniromántico) del relato que estalla en los 51 capítulos de este Opus magnum. (Ver, edición en Impedimenta, Madrid, 2018 (2022), donde la escritura del autor revela un universo y una memoria, un vientre fermentado de voces y demonios revelados a través de rumores, intersticios, efectos y encuadres de escritura. Los 51 capítulos del libro organizados y pronunciados con extrema lucidez constituyen, además, un mapa de lecturas, imágenes de una realidad que vive y revienta en la ficción literaria.

 

Condenado a ser profesor de una escuela general ubicada en un barrio pobre el escritor no pudo obtener una plaza mejor, pues en el sistema rumano de nivel superior, el absolvente o graduado debía cumplir con ese requisito de cumplimiento con el Estado comunista y así, la plaza de catedrático allí debe cumplir con otros requisitos complementarios, independientemente de la formación adquirida en la universidad y las calificaciones que allí haya adquirido. Los vicios del sistema los muestra Mircea Cărtărescu en el capítulo 7 de Solenoide (versión española en Ed. Impedimenta, Madrid, 2018 (2022), pp. 55-66, Quinta edición), donde podemos leer en su clave de comienzo, una información que da cuenta de los vicios y manejos de la burocracia comunista rumana:

 

“Tomo mi cuaderno, uno de los del montón de la mesa, y salgo a los pasillos desiertos de la escuela. Son pasillos estrechos, de techos bajos, como las galerías de los topos, iluminados difusamente por las ventanas que dan al patio interior. Paso junto a innumerables puertas pintadas de blanco, al otro lado de las cuales suceden cosas desconocidas. Se escuchan voces, agudas, histéricas, autoritarias. Se grita, se explica, se suplica. De repente, una puerta se abre de par en par, como una flor que, filmada a cámara rápida, revienta en su capullo, y un chaval aparece a mi lado. Entonces los gritos de la profesora se oyen diez veces más agudos. La puerta se cierra al instante y se reanudan los murmullos. El chaval desaparece en un recodo del pasillo y no vuelve a aparecer.”

La descripción exhaustiva del narrador abre la zona más amarga de su confinamiento docente, anotando como en un diario, las imágenes y eventos que se pueden leer y visualizar en dicha situación de ocultamiento, violencia, pérdida de identidad y cuerpo.