Una de las lecciones mejor aprendida en estos dos últimos años en materia política electoral, es no mirar el territorio con una sola mirada, sino, verlo a través del ser, del sentir, del pensar de la gente, de la cotidianidad, esas que llevan a veces su difícil existencia. Por ejemplo, una mirada al Brasil de hoy no es comparable con una mirada al Brasil de cinco años atrás. Ni tampoco del siglo pasado, cuando en 1994 Fernando Henrique Cardoso obtuvo el 53.9% de los votos emitidos y Luis Ignacio Lula da Silva obtuvo un  23.3%, por el Partido de los Trabajadores que volvió a ser derrotado en primera vuelta en 1998.

El Registro Nacional de Electores tiene 156.454.011 millones de  brasileros y brasileras aptos para votar en las elecciones generales, siendo el 53% femenino y un 47% masculino. Pero esos  números tienen valor , tienen un significado, no son fríos. Tienen una expresión como se observa que el 2.114.946 son jóvenes entre 16 y 17 años (1,36% del padrón), cuyo voto es facultativo y no obligatorio de acuerdo a la ley electoral. Asimismo, 14.871.235 tienen 70 años o más (9,55% del padrón), también con voto facultativo. El padrón entre 18 y 34 años es de 50.650.889 electores/as, que representan un 32,52%.

El Brasil de hoy es violento, según los datos del  Observatorio de Violencia Política y Electoral de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro: En el país registró 113 casos de violencia contra líderes políticos entre enero y marzo de este año, aumentando un 48,7% respecto al trimestre anterior. La principal modalidad de violencia fueron las amenazas, con un 46%, seguido por los homicidios (18,6%). Estos datos son reforzados por  las Naciones Unidas. El Relator especial sobre el derecho a la libertad de reunión y asociación pacífica, Clément Nyaletsossi Voule, advirtió que la violencia política está "destruyendo la democracia" en Brasil. Hay instalada una sociedad del miedo, ese miedo que lleva a la agente a comprar 1,300 armas por días , la cual apoyo Bolsonaro, frente a la violencia  política y la violencia general.

El análisis electoral conduce a la siguiente reflexión ,el estado de Sao Paulo hoy es el distrito electoral que mayor cantidad de electores concentra, con un 21,78%, seguido por Mina Gerais (10,48%), y Río de Janeiro (8,43%). Todos estos estados pertenecen a la región Sudeste. Lula pierde un estado bastión el de Sao Paulo, donde  nace el PT y es la base industrial de Brasil, qué paso, una posible  explicación es la obsolescencia de la base industrial del Brasil, debilitado la respuesta de la clase obrera brasileira.

Lo que hemos tenido la oportunidad de estudiar y vivir en Rio de Jainero, sabemos que allá donde cruzaba la muchacha de Ipanema, juntos a la aristocracia más pudiente, encantada con los conciertos de Antonio Carlos Jobim, conviven la favelas Rocinha o de Santa Marta. Esa aristocracia impuesta al lujo, impuso su modo operandi para que  Bolsonaro ganara en un estado clave.

La agresión a la  Amazonia de Chico Méndez , se estima en 10% de pérdida de la vida boscosa, el estado de Minas  Gerais, es agroindustrial, si bien es cierto, Lula obtuvo la victoria en primera vuelta, no es menos cierto que tiene la oposición del poderoso gobernador electo. En este breve artículo no quiero dejar de destacar, que  hay un cambio de la religiosidad popular en Brasil, donde las iglesias evangélicas, alcanza  a las católicas, que tienen una agenda común en contra del  aborto, esta agenda es  también del Bolsonaro que se ha expresado  abiertamente.

La profundidad de la mirada al territorio explica los números, como los números de la pobreza con el 23,7%, sin ayuda de emergencia, sin aumento de la productividad, con desempleo, la pobreza aumento en 19,8 millones en las metrópolis brasileñas en 2021. Es el nivel más alto de una serie histórica de diez años, que comenzó en 2012, señala el IX Boletín Desigualdad en las Metrópolis. Aquí está el voto del PT, en los ambientalistas, en los grupos LGBT, en los obreros.

Lula no debe cometer errores, con un 48,40% de los votos, del actual mandatario, Jair Bolsonaro que recabó un 43,22 % de los sufragios, para un impensable desempeño. La senadora Simone Tebet dio su apoyo con su 4,16 % y Ciro Gomes con 3,05 %; debería ser suficiente para ganar la segunda vuelta. Movilizar voluntades de los apoyos consistidos, sería la clave de la victoria, sin embargo, las matemáticas son exactas, pero el alma de los electores no.