La frase de Carlos Marx "Los burgueses investigan la realidad para saberla, y nosotros los comunistas para transformarla" es una reflexión importante sobre el papel del conocimiento en la transformación social.

Traigo a colación la frase del filósofo, economista, sociólogo y revolucionario alemán, padre del socialismo científico, del comunismo moderno y del materialismo histórico, porque hace unos seis años IDEICE hizo una investigación nacional sobre el desempeño magisterial, en el que la Provincia Bahoruco quedo en el último lugar de las 18 regionales.

Y que hizo la autoridad educativa, en el nivel nacional y local, para transformar esa lacerante realidad, no obstante, la presión que hiciéramos desde la Fundación Padrino de las Escuelas de Bahoruco, no se ABSOLUTAMENTE NADA.

Un ciclo interminable de investigaciones

La República Dominicana, se encuentra atrapada en un ciclo interminable de investigaciones sobre la situación de la educación, sin que estas se traduzcan en avances concretos, y es que año tras año, se realizan estudios, se publican informes, se diagnostican problemas y se proponen soluciones.

Sin embargo, la realidad en las aulas dominicanas sigue siendo la misma: maestros con salarios precarios, infraestructura deficiente, estudiantes con bajo rendimiento y un sistema educativo que no responde a las necesidades del mercado laboral.

Las investigaciones, por sí solas, no son suficientes. Son como la roca que Sísifo empuja sin cesar, pero que nunca llega a la cima. Se necesita algo más: voluntad política para implementar las soluciones propuestas, inversión en educación de calidad y un compromiso real con el futuro de los niños y jóvenes dominicanos.

Es hora de romper este ciclo de ineficacia. Es hora de dejar de investigar y empezar a actuar. Es hora de construir una educación que sea la base del desarrollo del país y que permita a las nuevas generaciones alcanzar su máximo potencial.

¿Hasta cuándo seguiremos condenados a este Sísifo educativo?

¿Hasta cuándo la educación dominicana seguirá siendo una roca que no llega a la cima?

Es hora de decir ¡basta! Es hora de exigir un cambio real. Es hora de construir una educación de calidad para todos los dominicanos y las dominicanas.

Solo así podremos romper el ciclo de la ineficacia y construir un futuro mejor para nuestro país.

En el contexto del título

Sisyphus era un personaje de la mitología griega que estaba condenado a empujar una roca gigante hasta la cima de una montaña una y otra vez, solo para que la roca rodara hacia abajo y tuviera que empezar de nuevo.

"Sisyphus educativo", en el símil de este artículo representa la tarea interminable de investigar la situación de la educación en la República Dominicana sin ver resultados tangibles, en tanto La frase "educativo" enfatiza que esta situación se da en el ámbito de la educación, donde se realizan investigaciones y diagnósticos, pero no se implementan soluciones efectivas.

Me sirvió para interiorizar y confirmar

9:00 de la mañana: Leo en la agenda de un prestigioso diario local que a esa hora se estará efectuando un panel “Hablemos de la investigación educativa: un impacto en la transformación de la escuela”, patrocinado por Instituto Dominicano de Evaluación e investigación de la Calidad Educativa (IDEICE).

Y como nada en educación me es ajeno, me dispuse a participar como autoinvitado, inquieto la respuesta a la interrogante que me persigue desde hace muchos años…” Para qué investigan, quienes investigan la situación de la educación en la República Dominicana”.

En el primer panel de expertos y expertas en la materia, navegaron sobre la cultura, el aprendizaje, trascendencia y preocupación que el sector educativo debe tener sobre la investigación y la innovación como herramienta del cambio, los nuevos retos y desafíos de la escuela y de los estudiantes, refirieron que la ADP nunca se ha preocupado por la calidad de la educación. En fin: entre ellos no hubo la más remota disidencia, y se complementaban uno al otro, como una orquesta afinada.

El segundo panel, conoce tu regional investigando, que pareció ser el centro del evento, en el que jóvenes docentes expusieron su experiencia a partir de la investigación para conocer su regional, pero el resultado de su esfuerzo, que conllevo partir en eventos internacional, no encontraron quien recibiera el resultado de sus indagatorias.

En síntesis, fue evento vertical, donde no se habilitó espacio para la discusión y participación de las inquietudes de los asistentes. Sin embargo, me sirvió para interiorizar y reafirmar mi hipótesis, reforzada con la frustración que logré al tener que volver a preguntarme… “Para qué investigan, quienes investigan la situación de la educación en la República Dominicana”.