Estudios realizados con individuos de alto rendimiento en Reino Unido indican que “la mayoría de estos no estaban satisfechos de sus logros personales y laborales, al considerar que ellos no merecían dichos logros” (Pauline Clance y Suzanne Imes, 1978-2019).

En tal sentido, los investigadores que participaron en los estudios referidos en el párrafo anterior concluyeron que las personas que no reconocen su capacidad, sus logros personales y laborales padecen del “Síndrome del Impostor”.

De su lado, expertos de la Organización Mundial de la Salud constataron que, las personas que padecen del “Síndrome del Impostor”, son autoexigentes, perfeccionistas, tienen miedo al fracaso, viven comparándose constantemente con los demás y, se autosometen a presiones personales y laborales innecesarias” (OMS-OPS, 2018).

Además, los investigadores de la OMS constataron que, las personas con el Síndrome del Impostor, “subestiman sus capacidades, sus habilidades y  sus destrezas y, al mismo tiempo, tienden a atribuir sus logros a la suerte o a factores externos” (OMS-OPS, 2011-2018).

Por su parte, otros estudios realizados por expertos de ACCESS COMERCIAL FINANCE sobre el Síndrome del Impostor refieren que, “dos tercios de las mujeres consultadas en Reino Unido en el período 2014-2019, habían experimentado esta sensación alguna vez en sus vidas, al sentir que no merecían ocupar los puestos de trabajo que ellas estaban desempeñando” (Estudios publicados, 2015-2020).

Asimismo, la Psicología Social ha podido constatar que, el Síndrome del Impostor aparece con más frecuencia en mujeres profesionales, quienes consideran que no son merecedoras del rol que están desempeñando en las empresas u organizaciones para las que éstas trabajaban” (Estudios realizados por la Federación Mundial de la Salud Mental, Inglaterra, 2016-2019).

Por otro lado, los estudios revisados por nosotros sobre el Síndrome del Impostor refieren que, este tipo de cuadro patológico afecta a todo tipo de profesionales, especialmente a mujeres de alto rendimiento, cuya edad oscila entre los treinta y cinco y los cincuenta años (Access Comercial Finance, 2019).

Según se constó, los síntomas patológicos que presentan las personas con el Síndrome del Impostor son, entre otros: (1) La persona sientes que sus logros personales y profesionales han sido un golpe de suerte y, no por su capacidad, sus destrezas y sus habilidades; (2) es una persona con autoestima descompensada o baja.

También, (3) la persona sientes que necesitas ser perfeccionista para lograr un trabajo de calidad que satisfagas las expectativas de los demás; (4) la persona sacrifica su propio bienestar para realizar más trabajo; (5) es una persona que cuestiona públicamente sus propias capacidades y, al mismo tiempo, no crees que sus logros son por méritos propios.

Además, (6) es una persona que se sientes sola o, sientes la necesidad de aislarse, para que nadie descubra su “secreto o su incapacidad”; (7) es un individuo que sufre o padece de un deterioro de su salud mental, como resultado del exceso de trabajo y de su agotamiento físico y mental; y, (8) es una persona que sientes que, en cualquier momento, alguien se va a “dar cuenta” de que ella no es tan competente como piensan los demás.

Por otra parte, la Psicología Social sabe que, “el Síndrome del Impostor no es exclusivo de los empleados que recién comienzan sus respectivas carreras técnica o profesional, sino que dicho cuadro patológico es más frecuente en empleados con muchos más tiempo en sus respectivos puestos de trabajo” (Tratado de Psicología Social de la Universidad de Cambridge, USA, 2019).

No obstante, las personas que padecen del Síndrome del Impostor que desean superar esta patología deben, entre otros: (a) Admitir que padecen del trastorno mental, lo que les aliviará una buena parte de su carga de su patología; (b) compartir sus sentimientos con sus familiares, colegas y amigos de confianza, lo que les ayudará a desmitificar el Síndrome y, a su vez, recibir apoyo y el reconocimiento de sus capacidades, habilidades y destrezas personales y profesionales.

También, (c) las personas deben desafiar y cuestionar los pensamientos negativos que perciben y, al mismo tiempo, valorar críticamente su capacidad y sus logros; (d) deben, además, establecer metas y expectativas realistas, lo que reducirá la presión y la ansiedad a las que éstas personas se autosometen.

Y, finalmente, (e) las personas con este cuadro patológico deben buscar ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra, quien identificará las causas subyacentes de dicha patología y, al mismo tiempo, les recomendará las estrategias y las técnicas psicoterapéuticas para superar sus pensamientos.

“La persona con una autoestima equilibrada, es capaz de reconocer su capacidad y, celebrar sus logros” (DTGM, 2923).