1.- En cualquier país atrasado y dependiente, dominado por el escaso desarrollo, a sus nacionales les interesa escuchar de los dirigentes políticos la forma cómo pueden ser superadas las dificultades.
2.- Los procesos electorales son espacios en los cuales partidos y candidatos dan a conocer sus proyectos a los fines de que el electorado pueda valorar las propuestas.
3.- La pieza que se le presenta a las ciudadanas y a los ciudadanos para su conocimiento, es un proyecto, una especie de agenda que el político ofrece ejecutar en caso de ser favorecido con el voto de los posibles electores.
4.- El plan que exhibe el político que aspira a captar la simpatía de quien ha de sufragar, se supone que contiene una relación de las necesidades que, en caso de resultar triunfador, se obliga a solucionar.
5.- Ante ciudadanas y ciudadanos que carecen de lo indispensable para tener una existencia digna, el político que se propone ganarse el apoyo de los electores pobres, de seguro que se empleará a fondo, haciendo hincapié en que una vez resulte ganador, enfrentará las causas que generan pobreza.
6.- Un país con gran aprieto económico, deficientes servicios públicos de salud y educación; angustiado por la criminalidad, delincuencia, inseguridad y otros males sociales, su deseo es escuchar una voz de aliento durante una etapa de votaciones o elecciones.
7.- En la actual campaña electoral dominicana está ausente la presentación, el levantamiento de planes, de propósitos a cumplir por candidatos y partidos. Nada se ofrece, ni se le pone en las manos al futuro votante para que lo estudie como proposición.
8.- El posible elector para las votaciones de este 19 de mayo no conoce de viva voz la idea, intención, ni lo que tiene pensado hacer uno cualquiera de los candidatos a la Presidencia en caso de ganar para eliminar las lacras sistémicas.
9.- Lo que se ha comprobado en el curso del período electoral, es que todo se ha reducido a chismes, intrigas y mutuas acusaciones que encierran temas personales.
10.- Mientras el pueblo está desesperado por la carestía de los artículos indispensables para comer día a día, y la inseguridad lo aterra, los candidatos, en busca de la representación del Poder Ejecutivo, se limitan a sacar de sus gargantas tonterías, disparates, carajadas y majaderías.
11.- Con el fin de no poner de manifiesto la imposibilidad de solucionar los problemas que dañan al pueblo, los candidatos huérfanos de propuestas creíbles, escurren el bulto, se van de lado, hacen el vacío, rehúyen hablarles a las masas populares de las lacras sociales.
12.- En lugar de poner ante la opinión pública las manchas del régimen económico inútil que padecemos los dominicanos y las dominicanas, los candidatos se comportan calladitos, ocultos, como si estuvieran en la clandestinidad.
Ideas finales
13.- El ordenamiento económico y social predominante en el país, es tan inhumano que sus propios candidatos saben que no es defendible, porque causa daño, apena, desconsuela, atormenta, y no aporta nada de bienestar.
14.- En República Dominicana, la campaña electoral se ha reducido a discursos de boberías, porque aquellos que se identifican y se aprovechan del modelo económico que lesiona al pueblo, saben que causa pobreza, ocasiona sufrimiento, provoca indignación, engendra criminalidad y hace posible la drogadicción, el negocio del narcotráfico e impulsa el fenómeno social público y privado de la corrupción.
15.- Por más que quieran aromatizar el sistema social que impera en la República Dominicana, le sale su mal olor, apesta. Aunque tratan de santificarlo, elevarlo a los altares y que el pueblo le rinda culto, el mismo no tiene salvación, porque es inútil, hasta el punto de que avergüenza, pone de mil colores a los candidatos sistémicos que no dan la cara, ni levantan la voz para defenderlo ante el electorado.