La historia electoral nuestra demuestra que en casi todos los procesos electorales ha salido triunfador de los mismos, los partidos que con mayor destreza estratégica han sabido articular alianzas con otras organizaciones políticas, con el fin de sumarles más votos a su candidato presidencial.

 

Las primeras alianzas políticas de inicio de la República, se dieron entre los caciques regionales, los representantes de la incipiente oligarquía y el liderazgo patriótico de los restauradores de la independencia nacional.

 

Mucho antes los trinitarios tuvieron que unirse para enfrentar el autocrático liderazgo del General Pedro Santana, tres veces Presidente Constitucional de la República y a su partido santanista conformado con sus seguidores, que fueron los que auspiciaron la anexion a España en 1861, que devino en la Guerra de la Restauración, que se dio entre 1863 al 1865, y fue precisamente en ese mismo año que se le da origen a la constitución del Partido Azul, cuyo líder principal lo fue el General Gregorio Luperón, Comandante del Ejército Restaurador, y cuyas ideas liberales fueron asumidas por su partido; en contraposición a esta organización, fue creado en esa misma fecha el Partido Rojo, del cinco veces Presidente Constitucional Buenaventura Baez, conocido como el “Padre de la Oligarquía Nacional”.

 

Muchos después para el año 1902 se constituyeron dos fuerzas políticas antagónicas, herencias de los partidos azul conocido como los bolos y el rojo denominado los coludos, los términos bolos y coludos, ambos tenían como símbolos representando a sus respectivas organizaciones a dos gallos de pelea (actividad recreativa muy concurrida en esa época), uno sin cola, o sea bolo de color azul y el otro con cola de color rojo.

 

Los azules eran tan bien conocidos como Partido Jimenista, porque su líder lo era el presidente Juan Isidro Jiménez (1914-1916), y los rojos como Partido Horacista, liderado por quién también fue presidente (1899/1902-1903/1924-1930), el general Horacio Vázquez, pero ambas fuerzas para el año de 1922 habían cambiado sus nombres, los rojos o coludos por el de Partido Nacional, y una franja importante de los azules o bolos por el de Partido Progresista, encabezado por el licenciado Federico Velázquez, ambas fuerzas políticas se unieron para las elecciones del año 1924, a través de la Alianza Nacional Progresista, presentando la dupla, Horacio presidente y Federico vicepresidente, dicha alianza fue una de las más exitosas en la historia, ya que obtuvieron el 69.8% de los votos frente a Francisco J. Peynado, que fue apoyado por el jimenismo, por la Coalición Patriótica de Ciudadanos.

 

Con la tiranía trujillista de 31 años solo existió una sola organización el Partido Dominicano, aunque en el exterior existía pero, sin personería legal alguna el PRD desde el 1939, y posteriormente el clandestino Movimiento 14 de Junio y el Movimiento Popular dominicano (MPD), este último reconocido por la dictadura en sus postrimerías en el año 1960, para mostrar a la comunidad internacional una supuesta apertura democrática.

 

El neotrujillismo se volvió a instalar en el poder con el doctor Joaquín Balaguer, desde el año 1966 al 1978, y aunque se hicieron esfuerzos unitarios desde la oposición para ir unidos en los comicios de 1974 con el “Acuerdo de Santiago”, que llevaría la dupla presidencial Antonio Guzmán- Wessin y Wessin, éstos fueron infructuosos, aunque aglutinaron a la mayoría de las fuerzas políticas de la época, fue producto de la represion balaguerista, lo que impidió la participación de la oposición para ese proceso electoral.

 

Sin embargo las alianzas toman mayor importancia estratégica desde el año 1986, donde el doctor Balaguer consiguió el respaldo del PQD del general Wessin y Wessin, que con los casi 19 mil votos obtenidos por los amarillos fueron la diferencia, para que el caudillo de Navarrete regresara al Palacio Nacional, ganando una muy controvertida elecciones al PRD y su candidato el licenciado Jacobo Majluta.

 

Hubo de hacerle el reformismo un fraude colosal para impedir que el PRD y el Acuerdo de Santo Domingo, con el doctor Peña Gómez como su candidato presidencial ganaran las elecciones de 1994, pero se produjo en ese mismo año, producto del “Pacto por la Democracia”, que fortaleció la construcción casi obligada de alianzas y fue la reforma constitucional que instituyó el 50% + 1 y el sistema de doble vuelta, para elegir a los presidentes, pero fue precisamente en el año 1996 para la segunda vuelta electoral, que se produce una alianza oposición-gobierno por el apoyo brindado que el oficialismo le dio a la candidatura presidencial del PLD, en la persona de su candidato presidencial el doctor Leonel Fernández.

 

Después de ahí ha sido imprescindibles para ganar las elecciones los apoyos partidarios, en el año 2000 los aliados del PRD (UD-PRI-PQDC-PNVC-PDP-ASD) sumaron a Hipolito Mejía 160,387 votos, con este 5.2 puntos, llevando a los blancos a obtener un 49.87% para 1,589,386 sufragios, que los llevó después de 14 años de oposición al Palacio Nacional.

 

Pero en apenas 4 años un PLD que quedó en segundo lugar en el 2000, gracias a los 41,000 votos que les sumó el BIS al PLD para esas elecciones, ganaban los morados arrolladoramente las elecciones del año 2004 con el voto fundamental de sus aliados, que le sumaron 292, 494 votos (BIS-PTD-PLRD-FNP-APD-UDC), que le agregaron más de 9 puntos, con los cuales el doctor Leonel Fernández regresa al poder con un increíble 57. 11 % de sufragios obtenidos.

 

En las elecciones del 2008 con el llamado Bloque Progresista, el PLD volvió a ganar las elecciones con la reelección del presidente Fernández, en esta ocasión con el apoyo de 11 partidos políticos (BIS-APD-PUN-UDC-PTD-PQDC-PRN-PLRD-FNP-PPC-PDP), con un aporte de más de 10 puntos al peledeísmo, quien vence nueva vez con un 53.83% de votos alcanzados.

 

En el año 2012 el crecimiento de la alianza del Bloque Progresista fue de 11 a 13 organizaciones, que fueron la clave para que en tan disputadas elecciones se impusiera de nuevo el partido de la estrella amarilla, ahora por la mínima de un 51.21%, llevando a Danilo Medina a la presidencia para esas elecciones, aunque salieron del acuerdo un partido, la APD, se les adicionó el apoyo de 3 partidos (PRSC, PAL, PCR), los aliados le sumaron al PLD 13.5 puntos, que fueron imprescindibles para ganar en esas competidas elecciones, que pronosticaban el regreso de Hipólito Mejía al poder, al grito popular de “Llegó Papá”.

 

Ante la división del PRD y la constitución del PRM para las elecciones del 2016, la reelección del presidente Danilo Medina, obtuvo un histórico 61.74%, perdiendo en esa ocasión el apoyo del PRSC, PUN, PQDC y FNP, pero ganando el apoyo del PRD y el PDI en esa elecciones, los aliados le sumaron 11.5 puntos a los morados.

 

Tuvo que dividirse el PLD para las elecciones del año 2020, para que ganara el PRM, el portentoso Bloque Progresista se resquebrajó, apoyando sus partidos integrantes, indistintamente a los candidatos presidenciales, Gonzalo Castillo y Leonel Fernández; el PRM llevó como aliados para las últimas elecciones a solo 6 partidos (DXC-PRSD-PHD-APD-FA-PP), que le sumaron menos de 5 puntos (156,459 votos) de un total de 52.52%, alcanzado por el candidato y hoy presidente constitucional Luis Rodolfo Abinader Corona.

 

Para las elecciones de medio término, congrensuales y municipales de los años 1998, 2002, 2006 y la última del 2010, fue fundamental los acuerdos de alianzas partidarias para el PRD, que las ganó en el 1998 y también nueva vez en 2002, como para el PLD que triunfó en los comicios celebrados en los años 2006 y 2010.

 

Para las elecciones del 2020, 27 partidos políticos se encontraban reconocido, hoy al día todo parece que serán más de 30 las organizaciones que irán a los comicios del 2024, se han integrado con personería jurídica después de las últimas elecciones del 2020, a los partidos PPT, OD, GS, y quedan pendientes de resolución aprobatoria por parte del Pleno de la JCE el PDI y el PSC, organizaciones que han sido beneficiadas con sentencias del TSA y el TC, respectivamente.

 

La mayoría de los partidos reconocidos pactarán, excluyendo a los partidos políticos que presentarán sus candidaturas de manera independientes, con el partido oficialista (PRM), y la organización que liderea Leonel Fernández, la Fuerza del Pueblo.

 

El PLD de hoy no tiene posibilidad alguna de encabezar una gran alianza electoral por variopintas razones, lo que afectará sensiblemente la potencial candidatura del eficiente Alcalde de Santiago, Abel Martinez, a saber:

 

  1. El danilismo desde el gobierno destruyó al Bloque Progresista, expulsando del mismo a los aliados que más le aportaron para llevarlos al poder, al saber (PRSC, BIS, PUN, PQDC, FNP);
  2. La corriente danilista también impuso en el Congreso Nacional el inciso 1 del artículo 75 de la ley 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, con el fin de extinguirles las personería jurídicas a la mayoría de las organizaciones políticas, estableciendo la condición de que obtuvieran en promedio más de un 1% de los votos válidos emitidos, pero sin recursos económicos adicionales asignados como contribución, cosa que no lo lograron ejecutar los morados, gracias a la resolución que en favorabilidad emitió el Pleno de la JCE, encabezado por el doctor Julio César Castaños Guzmán, reconociendo el derecho constitucional que protege a las organizaciones políticas minoritarias
  3. Tan difícil las tendrá el PLD para encabezar una verdadera coalición, que inclusive una parte de los mismos partidos políticos aliados a ellos para las elecciones del 2020 y que postularon a Gonzalo Castillo, están haciendo hoy causa común con el proyecto reeleccionista del presidente Abinader, pareciese que ni estos fueron bien tratados por los danilistas cuando estuvieron en el poder.

 

Es por eso que los peledeístas dañaron sus relaciones con la partidocracia nacional y les será muy, pero muy difícil a ellos en tan poco tiempo, lograr mejorar sus vínculos con los organizaciones afectadas por sus anteriores desaprensivas acciones.

 

Las grandes alianzas en los niveles (presidencial, senatorial, alcaldías y direcciones distritales) menos, tal vez, en las preferenciales (diputados, regidurías y vocalías) serán lideradas por el PRM y la FUERZA del PUEBLO, ellos tendrán la mayor cantidad de recuadros en apoyo para sus candidatos, algo vital, ya que la boleta seguirá siendo física, y eso beneficiará a los candidatos que lleven esas coaliciones, pues verán repetida varias veces su cara en la boleta, que incide de manera determinante en el elector.

 

Les sugiero a todos los aspirantes a candidatos, sobre todo a los cargos de senadores, alcaldes y directores distritales que busquen cobijo en los liderazgos de Leonel y Luis si quieren tener real posibilidad de competir o ganar en las próximas elecciones municipales y congrensuales, en cuanto a las candidaturas preferenciales será otra cosa, porque ahí los acuerdos serán más difíciles de lograr por los particulares intereses de los dirigentes de los partidos mayoritarios y el de las organizaciones emergentes, a las que no les quedara de otra, que no sean unirse en esos niveles de elección si desean que sus candidatos tengan, aunque sea una mínima posibilidad de ganar algunas curules en las próximas elecciones.

 

Estimados lectores prepárense para ver en diferentes recuadros y varias veces la cara de Leonel y Luis en la boleta física presidencial, este pleito será entre presidentes, en esos dos gallos está el que será elegido por el soberano en las elecciones del tercer domingo del mes de mayo del año 2024, en cuanto a los comicios presidenciales para el proceso electoral venidero, está demás decirles lo que todos ya conocen, que quién esto escribe, apuesta que Leonel será el victorioso.