Primera parte

Un 29 de noviembre del año 2020 Clemente iba en un autobús hacia su pueblo; iba rodeado de recuerdos, de remordimientos, de inseguridades, de dudas… Durante unas 3 horas que duró en el camino escuchó canciones de Anthony Santos y Romeo Santos. Una parte de una canción le reafirmaba, cuando decía: eres mía, mía, mía…, una canción de Romeo Santos, esta frase le hacía sentido, y se le quedó grabada en la mente, y escucharla repetidamente, le daba consuelo, entendimiento, alivio, ante el sufrimiento que sentía durante el viaje. Escuchaba, permanecía en silencio, y se identificaba con la estrofa de la canción “Eres mía”, que dice:

“Bien conoces
mis errores
el egoísmo de ser dueño de tu vida
eres mía, mía, mía
no te hagas la loca, eso muy bien ya lo sabías”.

Llegado al pueblo se desmontó de la guagua en el parque y de inmediato se le acercaron 4 motoconchos. Uno lo llevó hasta la loma donde residía su abuela Ovi por unos setentas pesos. Clemente saludó a la abuela, se retiró y buscó la mata de samán con sus florecitas rosadas, una mata querida, de muchas ramas, hojas… y descansó en ella.

Tempranito llegó Adriana a la casa de la abuela, llamándola: -Abuela Ovi, Ovi, Ovi…repetía mientras lloraba: –Clemente vino del pueblo parece que anoche y lo encontraron colgando con una soga amarrado de la mata de samán, está muertecito. Tío Roberto lo bajó de la rama y su cuerpo está durito-, explicó con voz llorosa Adriana.

La abuela Ovi sufrió casi un desmayo cuando escuchó a Adriana, finalmente su cuerpo se quebró en la cama y la abandonó el amarillo de la mañana quedando envuelta en la oscuridad y en la incertidumbre.

Segunda parte

Clemente mató a Fermina en su propia casa, en su propia cama, le propinó martillazos, luego la ahorcó, dijeron los periódicos. Fue una nota noticiosa corta, “se desconocen los motivos que llevaron al feminicida Clemente Rojas a poner fin a la vida de su esposa, aunque se dijo que estaba celoso, estaban casados y no se le conocía que tuvieran problemas, dijeron familiares y vecinos…”- narró el periodista.

-“Clemente y Fermina se llevaban bien, se querían mucho; él no era violento, nunca le puso la mano encima, nosotros no nos explicamos qué fue lo que le pasó a Clemente: un hombre bueno, decente, tranquilo, de poco hablar, era buen esposo, buen hijo, trabajador, buen vecino, y a veces iba a la iglesia, no era tan cristiano como Fermina, pero se estaba convirtiendo, era un hombre cristiano, era graduado de licenciado en educación…”- Así se expresó Chea, la madre de Fermina, cuando la profesional del Trabajadora Social le preguntó luego de concluida la “hora santa”, que era parte de los nueve días que se oraba por el descanso del “alma bendita” de la difunta. Aunque Fermina era cristiana su familia era católica, y se le hicieron sus “nueve días”. Al final de la “hora santa” se compartió café y galletas de manteca de las mocanas.

Tercera parte

– “¿No habría algún cambio en la forma de ser de Fermina, y de Clemente en los últimos meses”; algún sufrimiento, molestia, entre ellos? -, preguntó la Trabajadora Social, mientras les explicaba a familiares y amistades presentes que era muy importante conocer lo que pasaba cuando ocurría un feminicidio, pues eso servía para educar, para aprender, y para ponerse a pensar; y colaborar para que quizás se pudiese evitar que esto  se siguiera repitiendo y que no siguieran ocurriendo los feminicidios,  sin que nadie se diera cuenta que eso podía pasar.

Se reunieron varias personas junto a Chea y a la Trabajadora Social: Nano, el líder de la junta de vecinos; Krisleidy una prima de la difunta Fermina, y Rada, un hermano de Chea, tío de la fallecida, tratando de analizar los porqués de un feminicidio. Y trataron de pensar las situaciones, comentarios, que pudieran dar una idea de lo que le pasaba a Clemente que pudiese explicar ese asesinato. Fue a Krisleidy que se le ocurrió que quizás la prima Alba Iris podría saber algo, pues era la persona con la que Fermina tenía más confianza y que hablaban mucho. Como a los cinco (5) minutos llegó la otra prima, Alba Iris.

Alba Iris explicó que desde hace unos meses Clemente vivía llamando a Fermina, que, aunque ella no se quejaba mucho, se le notaba a la ansiedad, en el trabajo como enfermera se le estaba dificultando la concentración porque allá la llamaba.

La Trabajadora Social le preguntó al grupo reunido y principalmente a la prima Alba Iris, por qué eso no se trató en la iglesia, o con algún psicólogo o psicóloga, psiquiatra, pastor, pastora, trabajadora Social, una lideresa, o un líder…Alba Iris informó que en la iglesia se orientaba de que las dificultades de la pareja no se deben hablar, que así debía ser una “mujer virtuosa”, y que no había que quejarse, ni molestarse, que debía aguantarse, pedir a Dios que lo ayudara a cambiar. Un periódico la definía como dulce, tranquila y buena…

En el periódico se dijo que el fallecido Clemente estaba celoso. Pero de eso los familiares ni en la iglesia se supo. El dueño del negocio a quien le dijo que chequeara con su cámara su casa, no pudo comprender el problema de celos del fallecido.

También Alba Iris informó que por la calle por donde Fermina y Clemente vivían el dueño de la ferretería de enfrente le informó que Clemente le había pedido que observaba a través de la cámara de su negocio, si veía algo raro en su casa, como entrar a algún hombre.

Todo eso llenó de asombro a los presentes. Pues Fermina vivía callada, no hablaba con nadie, ni con su madre, ni con las enfermeras compañeras del hospital sólo con la prima Alba Iris.

Epílogo

Algunos feminicidios suceden y familiares, amistades, los grupos, las iglesias, suelen ignorar que el hostigamiento con llamadas constantes, la falta de tranquilidad del hombre con problemas de inseguridad y machismo son factores de alerta, y que esas conductas son violencia psicológica

Notas 1. Más datos sobre este relato están disponible en:  https://www.elpoderdelsur.com/2020/11/santiago-rodriguez-hombre-mata-su.html

Nota 2: Los nombres de este cuento son ficticios. Parte de las informaciones se basan en hechos reales, otros son recreados por el imaginario social y vivencias de la autora, Mildred Dolores Mata.

Nota 3: Los factores estructurales, culturales, que forjan personalidades machistas, de que la mujer les pertenece, son elementos presentes en las vidas de algunos hombres. Existe el dato que de un 30 a un 45 % de las mujeres han sufrido violencia física alguna vez en su vida; también se reconoce que la violencia psicológica está un poco generalizada en RD.