En estos días ha saltado a la palestra una posible alianza de Guillermo Moreno con el Partido Revolucionario Moderno (PRM). En esta supuesta alianza al presidente del partido Alianza País se le entregaría la senaduría por el Distrito Nacional (parecido a lo que se hizo con Eduardo Estrella en Santiago) y a su esposa Aura Celeste formaría parte de la Cámara de Cuentas.
Hasta el momento yo no manejo más información que la publicada en diferentes medios incluyendo a este periódico digital y debo decir que, de ser cierto, ahí concluye mi simpatía por el proyecto político de Alianza País.
Aclaro que no soy miembro del partido, simplemente un simpatizante que se hartó de los partidos tradicionales y su liderazgo rancio que no tienen nada más qué aportar a este país que palabras huecas.
En el contexto de la campaña del 2020 casi me atrevo a votar por el PRM porque entendía que ya debía haber un cambio en el país y porque los niveles de corrupción a que se había llegado eran enormes, pero mi decisión retrocedió cuando vi al partido de gobierno en alianza con Leonel Fernández.
Mi deseo es que algún día suba una opción política que no guarde relación con el pasado funesto de este país y aunque Luis Abinader está haciendo ciertas cosas que son plausibles, como el combate a la corrupción, el liderazgo que conforma su partido no me satisface.
La otra cosa que me ha llevado a decepcionarme de Guillermo Moreno y Alianza País es que suelen estar ausentes de los temas de debates importantes, su presencia se siente solamente cuando se acercan las elecciones, después desaparecen. Y así no se hace política.
Mi primer voto fue en 1994 y lo hice por Peña Gómez, pero el fraude que le hicieron en ese momento y las posteriores jugarretas y zancadillas en las que participaron miembros de su propio partido me llevaron a aborrecer esa perversidad llamada PRSC, PRD, PLD y ahora PRM y votar por partidos minoritarias que no fuesen aliados a ninguno de esos partidos. Sí lo confieso, voté incluso por el Bacho.
Mi lectura de esta propuesta a Guillermo Moreno es que el ala liberal del PRM necesita un reforzamiento. La alianza es el primer paso a la fusión. Espero que igual suerte no corra Opción Democrática que termine fusionándose para hacer una tendencia interna que se potabilice dentro del partido de gobierno porque Virginia Antares podría ser mi próxima candidata.
También Guillermo Moreno representa una figura del discurso anticorrupción, sumar ese discurso al de su justicia independiente es el negocio que ven en él, no solo el % de votos. Esto probablemente sea una estrategia midiendo y creando una balanza entre Gobierno y oposición.
En resumen, no creo que sea una decisión cuantitativa sino cualitativa. Guillermo no tiene muchos votos, pero tampoco tiene carga negativa. Ya Faride asumió carga negativa y eso implica una tasa de rechazo con peso específico. Sus principales promesas ella no las cumplió, jugando al olvido y las decisiones que hieren generan rechazo total (ejemplo, el de villa juana).
Posiblemente mi voto no represente nada para Guillermo Moreno y su partido, total es un voto de alguien que apenas le ha visto una sola vez en su vida. Lo que sí espero (por su bien) es que, de aceptar esa alianza, no genere más decisiones como la mía.