Son muchos los dominicanos, y no dominicanos, residentes en el exterior que han utilizado sus ahorros personales acumulados durante años de labores para invertirlos en la compra de una propiedad inmobiliaria en República Dominicana.
Tanto los de la diáspora como los que residen en el país caribeño, destinan sus capitales en una residencia para hacer sus sueños realidad de poseer una casa o apartamento para disfrutarlo con sus familiares y amigos antes o después del retiro.
Otros lo hacen como inversionistas para obtener beneficios de esas transacciones, buscando nuevos ingresos económicos mediante la renta de esas unidades a largo plazo, o períodos cortos a través del sistema de “Airbnb”, uno de los más populares de la década.
Cualquiera que haya sido la intención del adquiriente, en la operación de compra y venta se deben respetar los convenios escritos a los que llegaron las partes al momento de la firma del contrato inmobiliario.
Uno de los negocios más lucrativos y llamativos en los últimos años tiene que ver con la venta de proyectos habitacionales a futuro, es decir, en carpeta.
Una modalidad que brinda a los interesados comprar un poco más económico comparada con aquellas unidades ya terminadas que tienen un costo mucho más elevado.
La ventaja de las constructoras inmobiliarias es que levantan los proyectos habitacionales aprovechando los depósitos iniciales y pagos mensuales por adelantado que confiadamente realizan los adquirientes, dinero que ayuda en mucho a esas compañías a no tocar el capital social empresarial de la empresa o los montos destinados para la obra.
Mucho se ha hablado y denunciado sobre estafas multimillonarias por parte de supuestas empresas constructoras de proyectos habitacionales en perjuicio de potenciales compradores de viviendas en República Dominicana.
Son miles los dominicanos y extranjeros que han perdido sus ahorros al caer en manos de traficantes de ilusiones que, constituidos en empresas inmobiliarias sin ningún record de operaciones, promueven la venta de propiedades y terrenos que no tienen.
Quiero resaltar con este trabajo la labor de aquellas compañías inmobiliarias que, con seriedad y responsabilidad, llevan a cabo la construcción de villas, edificios de apartamentos, casas adosadas “townhouses”, y proyectos habitacionales individuales en todo el territorio dominicano.
Y para levantar la confianza de los inversionistas de la diáspora, destaco mi testimonio sobre las transacciones que realizamos familiares y amigos con las empresas constructoras Concremax, SRL, y Construhormy SRL, en la compra y venta a futuro de propiedades en la región este del país.
Concremax y Construhormy son sociedades legalmente constituidas de acuerdo con las leyes de República Dominicana.
Es cierto que hay muchas compañías constructoras estafadoras e irresponsables, pero también hay muchas muy honestas y cumplidoras que ayudan a impulsar la economía del país operando con pulcritud de acuerdo a las leyes.
Familiares y amigos cercanos residentes en el Estado de Nueva York Connecticut y Pensilvania, incluido yo, depositamos nuestra confianza en las ofertas de compra de una propiedad que promovía vía internet la compañía inmobiliaria “Tu Casa RD”, una empresa de gestión y asesoría en bienes raíces en el país caribeño.
Al momento de la firma en julio de 2023, confiamos en la buena fe de las empresas constructoras y sus gerentes operacionales ingenieros Junior A. Taveras Castillo, por Concremax, y Christian Bienvenido Abad Leyva, por Construhormy, no sin antes indagar sobre la real existencia de estas empresas en la Cámara de de Comercio y Producción de República Dominicana a través de abogados contratados.
Ambos ejecutivos, junto a los representantes de “Tu casa RD”, Caroline Vergara, Elvis Checo y la ingeniera Jennifer Palacio Cruzado, siempre estuvieron disponibles a responder inquietudes de los adquirientes durante los casi dos años de período de construcción.
Luego de 17 meses de espera, sin incrementos de costo alguno, ni subterfugios para conseguir más dinero alegando aumento de los materiales de construcción por culpa de la prima del dólar o desabastecimiento en el mercado, recibimos con alegría las llaves de las nuevas unidades adquiridas.
Al igual que nosotros, y de acuerdo a nuestras investigaciones, otras 220 familias ya habían recibido sus propiedades en los diferentes proyectos habitacionales de Bávaro, Punta Cana e Higuey de varias empresas inmobiliarias, justo en el tiempo acordado para ser entregadas antes del día de Navidad de 2024.
Una larga espera y un final feliz. Con un poco de investigación previa antes de poner sus ahorros en manos de empresas constructoras que al final resultan ser fantasmas, se logran los sueños deseados y con gran éxito.