1.- No hay que caer en estado de desesperación; mortificarse; estar angustiado; lleno de indignación, malhumorado, ni creer que al pueblo dominicano siempre  lo van a estar tomando de tonto, poniéndolo a votar así por así, sin ton ni son.

2.- Debemos ser realistas, objetivos; pensar detenidamente; armarnos de sensatez; no caer en romanticismo y ser conscientes de que formamos parte de un país donde está presente una comunidad de mujeres y hombres dominados por el subdesarrollo.

3.- Procede estar convencidos de que nos acompaña el atraso que viene unido a ignorancia y retroceso en la formación educativa. En la postergación de la buena instrucción, que es lo mismo que retardarse el conocimiento, dilatarse en el dominio de la política, y no saber cuándo somos piezas de un sistema social que aplasta la sana voluntad de los pueblos.

4.- La mayoría de las ciudadanas y los ciudadanos dominicanos, dan demostración de estar políticamente despistados y de esa desorientación se beneficia el que manipula la politiquería haciendo de mangoneador.

5.- Empeora la situación del votante ingenuo, el hecho de la pobreza, que agiganta su debilidad y le motiva desconocer la causa de su propia indigencia.

6.- El ambiente electoral dominicano es un campo ideal para la prolongación de un régimen económico degradante, llamado a preservarse con el consentimiento de la mayoría oprimida.

7.- El próximo 19 de mayo, en curso, las electoras y los electores dominicanos no tienen salida política a su favor. Cualquier brecha que escojan les es difícil el escape, porque  están atrapados, sin salimiento favorable.

8.- La ciudadana o el ciudadano dominicano, el 19, no elige al candidato que le conviene. Le echa el voto al que le ha movido a hacerlo; el que le induce. El inductor es contrario a la felicidad de quien ha llamado a sufragar como tonto.

9.- Para escoger con conciencia, hay que saber preferir entre diferentes, al que responde a la más buena selección. El que bien sufraga le echa la vista y el voto al que representa sus intereses.

10.- En una boleta que contiene candidatos del mismo sistema, todos son semejantes en ideología y procuran preservar el statu quo, para que todo siga igual, idénticamente por más  hambre, criminalidad, corrupción, y, por tanto, vigente más  desigualdad de oportunidades.

11.- El que vota ahora el 19 de mayo,  lo está haciendo como lo hizo hace más de  60 años, por igual sistema, idéntico régimen económico, muy semejante ordenamiento social. Todo saldrá del mismo orden, porque se va a votar por igual patrón, la misma matriz sistémica. Cada votante lo hará para que siga la misma cosa.

12.- No es que los candidatos sean la misma persona, y los partidos de iguales siglas, el mismo color en la cachucha y camiseta. Nada de esto importa.

13.- Lo fundamental es que cualquiera que logra sacar más votos el 19, el triunfo es para que el pueblo siga gobernado bajo reglas semejantes a las del siglo pasado.

14.- Seguirá  la afinidad en el modo de vida, analogía en la salud pública y equivalencia en el sistema educativo. Nadie votará para cambiar, diferenciar, ni desemejanza entre lo añejo  de ahora y lo que va a ser el resultar en las urnas.

15.- La democracia representativa dominicana tiene su relajo electoral montado para el 19 de mayo que se avecina, y al terminar ese barullero, el Estado y todas sus gastadas instituciones seguirán girando sobre la misma vetusta base económica reelegida para prolongar la desigualdad de oportunidades, con sus manchas incuestionables, sus lacras caracterizadas en mendicidad y vicios sociales  nuevamente reelegidos.