En la últimas décadas estamos viendo una fuerte tendencia a sexualizar a los niños. Se les incentiva al noviazgo, a bailes eróticos, a concursos de belleza, a vestirse de forma seductora, etc.

Ha sido evidente la persistente motivación a la inclusión de temas sexuales complejos en películas de niños, así como a nivel escolar; impulsándolos a interesarse por estos temas lo antes posible. Es importante que los humanos capaces de pensar analicen las posibles razones.

Después de la fecundación, los varones y las hembras lucen igual, en menos de dos meses, el sexo del embrión solamente puede diferenciarse con estudios especiales. En los niños, los genitales externos nos permiten calificarlos como varón o hembra, pero sus órganos sexuales no completan su desarrollo hasta que tengan la edad necesaria para iniciar su vida sexual. Un niño vestido de niña parece niña y todavía no entiende bien lo que es ser masculino o femenino, suele tener juegos o exploraciones relacionados con su sexualidad sin todavía manifestar una verdadera orientación sexual, sino simplemente curiosidad, travesura o cierto placer al tocar sus genitales, pero carece del deseo sexual del adulto.

A nivel popular se comentaba que los niños que mostraban tempranamente interés por el sexo habían sido pervertidos por un adulto, a quien se denominaba pervertidor de menores. Porque normalmente, todos los animales manifiestan sus conductas de apareamiento cuando su cuerpo está en condiciones de experimentarlo. Lamentablemente nuestra sociedad con tantas comunicaciones pornográficas resulta pervertidora para los niños, quienes en sus pantallas las reciben con mucha facilidad. Muchos padres se declaran de mente abierta, hasta que sus niños son víctimas de un depredador sexual.

Los padres dedican cada vez menos tiempo y manifestaciones de cariño para sus hijos. El ser humano especialmente en la niñez necesita mucho del afecto, de no obtenerlo en la casa podría buscarlo en la calle y lamentablemente, quien se lo ofrezca podría ser un psicópata. Aunque dijimos en la calle, casi siempre se trata de un pariente cercano o un gran amigo de la familia.

El pedófilo suele ser muy cercano al niño, siendo capaz de jugar los juegos que al niño le agradan, hablarle con frecuencia, tener posibilidad de poder estar a solas (sin despertar sospechas). Podría constituirse en un apoyo para los padres y suele mostrarse muy cariñoso. Podría desarrollar una relación de complicidad con los niños e incluso ser quien los defienda “hasta de sus padres”. Su perfil más frecuente: suelen ser hombres entre 30 a 50 años (aunque podrían ser mujeres), usualmente de clase media o alta y podrían no tener buenas relaciones de pareja. A menudo aparentan ser muy “decentes” y hasta muy religiosos. Usualmente son insensibles ante el dolor del niño y consideran normal lo que hacen. Se estima que al menos uno de cada tres niños podrá padecer abuso sexual, pero podrían ser más.

El niño no está física ni mentalmente preparado para tener actividad sexual. Sus órganos genitales no están desarrollados, por lo que el sexo suele afectarlos, pudiendo haber desgarros, hemorragias, infecciones urinarias, enfermedades de transmisiones sexuales, etc. En las adolescentes, existe la posibilidad de embarazos, con el agravante de que, el embarazo les puede costar la vida o llevarlas al suicidio.

Si la adolescente logra tener su niño, usualmente depende de sus padres para mantenerlo, y con frecuencia, sus sueños de progreso como mujer, se pierden por completo.

Según la OPS, la República Dominicana tiene la más alta tasa de embarazos en adolescentes de Latinoamérica. Además del daño individual para las menores, las repercusiones en la economía del país son considerables.

Psicológicamente el sexo prematuro puede producir abandono escolar, niños retraídos, desconfiados, resentidos, deprimidos y avergonzados. Podrían distanciarse de sus padres por temor a que no les crean y tener miedo a represalias del adulto que los usa.

Los padres deben sospechar que en este momento algún pedófilo está contemplando sus niños como posibles víctimas y tenerlo presente cuando suban sus fotos a las redes. La mejor defensa es el amor, la comprensión y la confianza, lo que permitiría que el niño se atreva a contarles algo que le perturbe. Los padres que aman y se ocupan verdaderamente de sus hijos son sus aliados, los que no, pueden ser cómplices del agresor sin saberlo.

Recientemente se han estado denunciando redes muy organizadas de pedofilia, que tienden a mezclarse con los LGTB, lo que ha hecho que muchos homosexuales se aparten de esta agrupación. Se han hecho terribles denuncias de crímenes despiadados en contra de niños pequeños e incluso se han presentado testimonios de personas que han estado enfrentándose a estas redes, incluso arriesgando sus vidas. Ante niveles tan monstruosos de degeneración humana, lo más bondadoso sería pensar que han perdido el juicio o que sus deteriorados cerebros están manipulados por espíritus diabólicos.

La única forma en que los leones pueden devorar a un búfalo es si su manada no lo defiende.

“Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Martin Luther King.