-Porque: Cuatro cosas ponen al hombre en acción: interés, amor, miedo y fe.
-Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos; sin memoria no existimos y sin responsabilidad, quizás, no merezcamos existir. Saramago.
Apenas se extinguen los ecos de un escándalo, cuando uno nuevo ocupa su lugar. Pareciese, que, por las reacciones de las altas dirigencias de los partidos, estos hechos ya hace tiempo, se les han convertido en una pandemia la cual no pueden controlar y mucho menos, tomar decisiones que de una u otra manera, no les cause peor daño político que el escándalo en sí.
La plaga, cual invasión de langostas en predios agrícolas, ha sido encabezada por los que mal se llamaron ellos mismos en sus inicios, como “banqueros”, enturbiando con esto, la buena fama de la cual gozan los reales banqueros, en base a un trabajo profesional honesto y no se necesita poner ejemplos, ya que por todos son bien conocidos, los cuales se codean con sus ganancias, con el banco gubernamental que posee el monopolio del erario y que además, cobra sus honorarios como si fuese un banco cualquiera, sin tomar en consideración, que el dinero con que trabaja, pertenece a todo aquel que paga sus impuestos y que pese a ello, no recibe ningún tipo de distinción o consideración al momento de utilizar su dinero.
Pero, he ahí, que los “riferos”, en contubernio con una clase política corrupta, de a poquito, se fueron haciendo dueños, amos y señores del negocio de los juegos de azar y que hoy día, en su mayoría, constituyen, junto a una increíble cantidad de dealer, los mayores lavadores de dinero en este país y, nada pasa. Su poderío es tal, que se dificulta cernir muy bien para separar la paja del Eno, es decir, quienes no forman parte de este sucio negocio, incluyendo autoridades que actúan como la gatica de María Ramos, que tiran la piedra y esconden la mano.
Solo eso sería la explicación para entender el cómo esta peste se ha extendido por todo el país y, aun parezca absurdo o increíble, existen lugares en los barrios que hay más bancas de apuestas que colmados; farmacias y escuelas todas juntas, a pesar de que en estos momentos existe una persona honesta y responsable al frente del organismo, que trata con este asunto pero que, definitivamente, el problema sobrepasa sus buenas intenciones.
Y, no se puede olvidar, que la mayoría de estos riferos, proviene, de una u otra manera, del narcotráfico y como tales, ya su problema no es el dinero sino, la obtención del poder político en base a la manipulación de los más miseros que habitan en los lugares donde existen sus bancas, es decir, en el país entero. Pero, el descaro de estos llega al extremo de que se presentan como salvadores de los infelices produciendo trabajos y salvando de la pobreza hasta a las reales pobres madres de familia o, mejor dicho, madres solteras. Ufff, que ironía.
Pero, hablar sobre este problema es llover sobre mojado, porque esta situación que se había intuido se ha convertido en una verdadera convicción, de que cada día que pasa, entre riferos, narcos y políticos corruptos, el ejercicio de la política se ha cualquerizado, prostituido y, cual pandemia, se ha adueñado de nuestra sociedad. Duro, pero cierto. ¡Sí señor!