A todos nos pasa que en alguna ocasión estamos contrariados por sentirnos estancados. En los peores casos, no logramos identificar lo que nos paraliza, y en otros, lo podemos ver con claridad, pero quizás no sabemos enfrentarlo.
Es de suma importancia que nuestros pensamientos fluyan libremente, porque cualquier cosa que nos impida pensar, limita nuestra vida. Tener la mente bloqueada es mucho peor que tener el cuerpo atado.
Podemos ver como un huracán es capaz de arrancar grandes árboles, mientras que otros más pequeños, pero mucho más flexibles, resisten sin problemas los fuertes vientos. La posibilidad de enfrentar la fuerza que te doblega, cediendo lo indispensable, pero sin perder la esperanza de retomar el terreno perdido es la clave de la resiliencia. Los grandes estrategas militares reconocen que a veces para ganar es necesario retroceder y en el Judo se utiliza la misma fuerza del atacante en su contra.
Existen unos seres microscópicos que se llaman tardígrados, los cuales tienen una facultad que se llama criptobiosis, en la que entran a una especie de estado de vida en pausa, pudiendo revivir cuando las condiciones vuelven a ser favorables. Así, son capaces de resistir: falta de alimentos y oxígeno, desinfectantes, temperaturas extremas, radiactividad e incluso se pudieron encontrar vivos en naves rusas que regresaban del espacio. Estos podrían ser los seres más resistentes conocidos, también se les llama osos de agua. Es relativamente fácil para el hombre acabar con el gran elefante o el poderoso león, pero eliminar a este enano es un tremendo reto.
Existen personas con buenas habilidades de adaptación y otras que solamente podrían ser felices si el mundo fuera perfecto. Las personas menos adaptables son las que más se quejan de todo lo que les acontece, las que ven la vida simplemente como un problema, no soportan cambios de temperatura, no toleran ruidos, les resulta difícil convivir con otros, se descontrolan con las crisis, etc. Algunos autores vinculan los estados alérgicos con este tipo de actitud.
Una de las ventajas de la flexibilidad es que te permite un mayor poder de adaptación y la evolución de las especies nos muestra la importancia de esto. Las especies de animales que lograron sobrevivir hasta el día de hoy no fueron las más grandes, las más fuertes o las más veloces, simplemente fueron las más adaptables.
El mejor recurso del Homo sapiens es específicamente la inteligencia. Hemos logrado un gran desarrollo cerebral y nuestro poder de adaptación depende de nuestros pensamientos. Paradójicamente hay tendencias actuales a promover la estupidez.
Hay diversas definiciones de inteligencia, pero podríamos explicarla como la capacidad de incrementar nuestros conocimientos de manera que nos puedan facilitar desenvolvernos en la vida. Si ya no te interesa aprender, a desarrollar nuevas habilidades, o a aplicar las capacidades que tienes, dejarías de ir a favor de la corriente y comenzarías a hundirte.
Una de nuestras peores deficiencias es la rigidez. Si observamos a ancianos que logran mantenerse flexibles, realmente muestran mejor salud y autonomía. Los niños tienden a estar moviéndose e inventando actividades o juegos, de igual forma sus cuerpos se muestran muy flexibles. Los gatos se encuentran entre los animales más flexibles y si los observamos, notaremos que constantemente realizan ejercicios de estiramientos. El estar constantemente inmóvil tiene consecuencias negativas para el organismo, las personas que se ven forzadas a una vida sedentaria, deben aprender a integrar actividades físicas adecuadas. Hay prisioneros que en su pequeña celda se las han ingeniado para tener un régimen de ejercicios, por lo que hay pocas excusas para no ejercitarse.
Al igual que nuestros cuerpos, nuestra mente necesita flexibilidad. La mente joven es dinámica, juega, pregunta, explora, se divierte y hace nuevas amistades.
Estancarte en pensamientos desagradables drena tus energías y desencadena en ti, procesos fisiológicos negativos. Fluye siempre hacia mejores horizontes.
Ante cualquier pérdida, tienes dos opciones: te limitas a lamentarte por lo que perdiste o reanudas tu vida con lo que te queda. La flexibilidad te permite reinventarte, empezar un nuevo camino, desarrollar nuevos hábitos, seguir aprendiendo, relacionarte con más variedad de personas y sobrevivir en una mayor diversidad de circunstancias.
Si sólo conoces tus limitaciones, más valdría que no te conocieras. Creer que siempre hay una opción es la mejor forma de pensar, y perder las esperanzas, no te aporta nada positivo.
Normalmente la mente joven y flexible es la que avanza al futuro. Entre las cosas que más desarrollan al cerebro y a las sociedades, está el pensar más allá de lo conocido. Las novelas de ficción de Julio Verne que hace algo más de un siglo hablaron de viajes al espacio, de submarinos, videoconferencias, misiles dirigidos, helicópteros, etc., eran simples cuentos fantásticos para jóvenes, pero hoy son la realidad. Bienaventurados los soñadores, porque son los que pueden mejorar la realidad y siempre avanzar.