Las señales de tránsito tienen un origen milenario, ya que fueron los romanos los que crearon un código de señales que en principio orientaban a los viajeros y además medían las distancias que había hacia los distintos destinos que conducían las vías que cada uno requería recorrer, estas señales se llamaron “millarios” y se construían en altas columnas de piedra, donde se labraban los distintos destinos, las distancias y el nombre de la vía o en ese entonces calzada. Pero esa eran otras épocas porque en ese entonces estas señales eran las encargadas de guiar el tránsito de los viajeros que no lo hacían de manera motorizada como es la situación actual.
A través del tiempo las señales de tránsito se han ido desarrollando paralelamente con el crecimiento del parque mundial de vehículos automotores, llegando a estar representas por imágenes colocadas en las vías públicas y con significados ya estandarizados a nivel mundial. Se entiende que estas señales, tienen como objetivos alertar al conductor o peatón sobre las situaciones que hay en las vías lo que conlleva a evitar o mas bien reducir los accidentes y a la regularización del tráfico. Es tal la importancia de las señales de tránsito que hoy existe la “Señalética “, que tiene a su cargo el estudio, desarrollo, diseño e investigación de estas, destacándose que estos estudios contemplan las características culturales de los países y orientaciones correspondientes a la educación vial.
Es conveniente acotar que, aunque las señales de transito son necesarias e importantes por los objetivos indicados, al final lo que verdaderamente importa es su cumplimiento y la aplicación de regímenes de consecuencia a los violadores de estas con miras a obtener los resultados que se esperan y para los cuales se colocan en las vías.
Lamentablemente en nuestro país, primero, son pocas las señalizaciones que existen y cuando se colocan son regularmente violadas sin ningún tipo de consecuencia, ya que las autoridades encargadas de estos controles no tienen la capacidad requerida para realizar una justa aplicación de las consecuencias que conllevan estas violaciones, en la mayoría de los casos se hacen de la vista gorda como pregona el pueblo y adicionalmente a esto no hay la voluntad política de los gobernantes para tomar las acciones correctivas, ya que no son medidas graciosas que agregan votos en los periodos electorales.
Entre las señales de tránsito, tenemos una muy importante, los semáforos que son dispositivos de señalización con los que se regula la circulación de los vehículos automotores, los peatones y las bicicletas y como todos conocemos lo hacen a través de las indicaciones de las luces, verde, roja y amarilla manejadas electrónicamente.
Dentro de sus ventajas, que contribuyen a una mayor seguridad vial se podrían destacar las siguientes:
Ordenamiento y regularización del tránsito, lo cual debe programarse y sincronizarse en función de las intensidades de las direcciones de los tránsitos que regulan.
Reducen los accidentes de tránsito, principalmente los ocasionados por las colisiones que suelen producirse en las intersecciones de las vías.
Los semáforos son de menor costos y de mejor distribución del tráfico, en comparación con el control realizado por un agente de tránsito.
Permiten un mejor flujo peatonal y una mayor estabilidad en las velocidades de los vehículos.
Estas son solo algunas de las ventajas que tienen los semáforos, pero en el caso de que estos no sean efectivamente programados y controlados acorde con los requerimientos del trafico que se desea controlar, entonces los semáforos se convierten en dispositivos que incrementan las demoras e impaciencia de los conductores y producen desviaciones del trafico que conducen a perdidas de tiempo y consumo excesivo de combustible.
En el caso del Gran Santo Domingo, los semáforos deberían ser eliminados ya que en las horas en que deben regular el tráfico son sustituidos por agentes que sin ningún criterio crean enormes taponamientos, que normalmente obedecen a favorecer a determinados conductores que “regularmente” están tardes para llegar a sus lugares de trabajo. Estos agentes solo están disponibles en estas ubicaciones hasta que el “rey haya pasado” y queda concluido su trabajo. Si usted lleva la misma ruta del “rey”, saldrá premiado con un tránsito fluido.
Contrario a lo que debe ser el papel de las señales de tránsito, es decir, contribuir con una mayor seguridad vial, en nuestro país las pocas señalizaciones que existen, podría decirse que no desempeñan ningún papel y parecería que las inversiones que se realizan en ellas al final se convierten en gastos innecesarios.